En diversas industrias, especialmente en aquellas que cubren una amplia superficie geográfica, no siempre es posible registrar una medición en el lugar donde esta se realiza, ya sea por distancia, dificultad de acceso, costos, o incluso por comodidad. Sin embargo, para mantener en operación un proceso industrial, es vital poder acceder a estas mediciones.

Por ello se desarrollaron las soluciones de supervisión remota, que -como explica Leopoldo Pavesi, docente de la carrera de Ingeniería en Automatización y Robótica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Andrés Bello- consisten en un conjunto de elementos de software y hardware que permite monitorear y controlar procesos industriales que se encuentran ubicados a distancias alejadas de donde está el operador. Con estos sistemas no solo es posible concentrar en un solo punto la coordinación de varias subunidades productivas, sino que también permiten la retroalimentación en tiempo real de las variables de importancia para el funcionamiento de los procesos involucrados.

De acuerdo al académico, estos sistemas están estructurados generalmente por un nodo central y varias unidades remotas o RTUs (Remote Terminal Units), desde donde llega la información de manera periódica. “En ocasiones, las RTUs permiten realizar además las rutinas de mantenimiento y calibración de equipos e instrumentos”, añade.

En este sentido, Walter Grote, Director y Académico del Departamento de Electrónica de la Universidad Técnica Federico Santa María, indica que un sistema de este tipo implica el uso de un sensor apropiado para el proceso a ser supervisado, un sistema de telecomunicaciones y un procesamiento de la información. “El sistema puede ser pasivo o activo: En caso de ser pasivo, el sistema no toma acción sobre el proceso; en cambio, si es activo, sí se actúa sobre el proceso, mediante un actuador”.

Respecto a las variables que es posible monitorear a distancia, Grote enumera algunas: temperaturas, presión, flujos de líquidos, infrarrojos, velocidad, aceleración, peso, cambios de forma, deslizamientos, sonidos, imágenes, espectrografía, intensidad de radiación electromagnética, presencia de gases, movimiento, entre otras.

Coincidiendo con lo anterior, Vilma Silva, Directora de Ingeniería Civil en Minas de la Universidad San Sebastián, afirma que prácticamente todas las variables pueden ser monitoreadas. “Si consideramos un sistema remoto de información geográfica, de recursos hídricos, meteorológica o de transporte de camiones, los sistemas se ejecutan a medida de las necesidades de las empresas y acordes a sus necesidades. Respecto de las acciones que se pueden hacer a distancia, esto dependerá del sistema implementado”, señala.

Según Pavesi, “es normal encontrar soluciones que contemplan, por ejemplo, recabar el registro de temperaturas, presiones de líquidos y gases, velocidades de transporte de material, niveles de líquidos; y estados de bombas, motores y válvulas. En este contexto, permiten llevar a cabo importantes tareas a nivel global dentro de una empresa, como la gestión de la producción, control de calidad y cálculo de indicadores de estabilidad para la producción, planificación por medio de la interconexión con un ERP (Enterprise Resource Planning) u otros sistemas corporativos”.

Sin duda alguna, la mayor ventaja que otorga este tipo de plataformas –como comenta Grote- “es poder monitorear procesos en forma remota, sin requerir de la presencia de humanos, hasta el tiempo en que resulta imprescindible la acción humana, especialmente en lo relacionado con vigilancia”. En este sentido, el académico de la USM sostiene que los procesos más beneficiados de la supervisión remota generalmente tienen relacionados con minería, agricultura, aviones, domótica y vigilancia de espacios públicos.

Entre los beneficios de la supervisión remota, Luis Vásquez, Ingeniero de Proyectos en Veto y Cía., destaca la gestión de recursos. “Esta beneficiaría mucho a las empresas que dependen de un gran consumo de materia prima en su producción, como por ejemplo las Utilities o las empresas mineras”, acota. Para el profesional, este tipo de plataformas también otorga una mejora en el tiempo de respuesta ante contingencias de la planta o empresa.

Para Grote, los ingenieros y técnicos que se lancen a la tarea de desarrollar e implementar un sistema de supervisión remoto, deben en primer lugar determinar con claridad la naturaleza del problema que se quiere resolver. “Esto puede requerir varias sesiones entre el diseñador del sistema con el usuario final, las primeras de las cuales son de indagación general para posteriormente definir con mucha más precisión lo que desea el usuario y lo que no le resulta tan relevante”, explica.

A modo de ejemplo, el académico afirma que en un sistema de alerta de tsunamis, la funcionalidad “realmente” relevante es contar con la información de que se están manifestando las condiciones que generan un tsunami, cuando ello esté por ocurrir. Sin embargo, a lo mejor el usuario o cliente (por ejemplo, el SHOA) puede requerir contar con información cada minuto, a pesar de que ello se traduzca en un mayor desgaste energético y de costo.