Gabriel Olguín Parada.
¿Por qué es necesario hoy hablar de almacenamiento de energía?
Hay varias razones. Para empezar, en la concepción, diseño y operación de los sistemas eléctricos nunca se ha contado con el almacenamiento de energía eléctrica (aunque existe almacenamiento en la forma de embalses de agua o la acumulación de combustibles primarios, como carbón o gas). De hecho, a los que estudiamos ingeniería eléctrica se nos enseñaba que el almacenamiento nunca era viable para la energía eléctrica. No obstante, con el reciente desarrollo de las tecnologías de almacenamiento de energía, hay que considerarlo.
Además, el almacenamiento de energía es una opción para acomodar en la matriz energética las energías renovables variables, como la solar y la eólica, que se caracterizan por tener variaciones rápidas, no ser totalmente predecibles, y porque no tenemos control sobre sus energías primarias (sol y viento, respectivamente).
¿Qué aplicaciones tiene el almacenamiento de energía?
Como los sistemas de almacenamiento de energía no estaban considerados conceptualmente, estos pueden cumplir roles que actualmente se asignan a otros segmentos dentro de la cadena Generación-Transmisión-Distribución (incluso al consumidor final). Un ejemplo de lo anterior, es el control de frecuencia que actualmente se lleva a cabo sacrificando capacidad de generación de ciertas máquinas que proveen la llamada reserva en giro. Esto representa un costo de oportunidad para el generador y la sociedad que debe pagar más caro por la energía de punta. Hoy, esa tarea se la podemos entregar al almacenamiento de energía que puede usar energía renovable almacenada.
También propone nuevos modelos de negocio…
Así es. Se pueden crear modelos de negocio basados simplemente en el almacenamiento de energía, comprando energía eléctrica cuando es barata y despachándola cuando es más cara.
Asimismo, el almacenamiento puede participar en el plan de recuperación de servicios, otorgarle partida autónoma a las centrales de generación, entre otros. Consideremos como ejemplo una minera con un elevado costo de falla y sujeta a desprendimientos de carga por baja frecuencia o variaciones rápidas de tensión. Esta minera, en vez de desconectar esa carga, podría contratar almacenamiento de energía para inyectar la misma potencia y salvar su carga. En este sentido, hay varios servicios que se pueden ofrecer.
¿Qué criterios se deben emplear para elegir la tecnología apropiada?
En primer lugar, se debe entender la aplicación. Si el sistema de almacenamiento participará como reserva en giro, se puede emplear una tecnología que no requiera cargas y descargas profundas, pues la intensidad de uso es baja. Además, se debe considerar otro elemento: la eficiencia. Hay sistemas de almacenamiento de energía con eficiencias de sobre un 90%, pero que no pueden usarse en ciclos profundos de carga y descarga. En el almacenamiento de energía, hay distintas aplicaciones y hay que elegir la tecnología apropiada para cada una. De hecho, hay casos donde el sistema ha durado menos de lo que se esperaba por una mala selección tecnológica y, por ende, ha generado un perjuicio económico para el inversionista.
En este campo, ¿hacia dónde se está moviendo la tecnología?
Diversas opciones están apareciendo en el mercado. Dado el valor que ofrece el almacenamiento de energía, no es extraño encontrar nuevas tecnologías que ofrezcan valor, como por ejemplo, el almacenamiento térmico. Actualmente, ya han aparecido nuevas soluciones que son más eficientes térmicamente que las sales fundidas, que permiten almacenar fluidos a altas temperaturas y después generar vapor y accionar una turbina de vapor. Estas soluciones pueden usarse para generar no solo horas más tarde, sino también en otros días, aumentando el valor que pueden ofrecer al sistema.
¿Cómo es el nivel de conocimiento sobre estas aplicaciones en Chile?
A mi juicio, estamos avanzando, pero no se conocen todas las aplicaciones y las tecnologías se están desarrollando más rápido que la regulación sectorial, aunque esta se ha ido acomodando, como lo demuestra el hecho de que el almacenamiento de energía aparece por primera vez en la nueva Ley de Transmisión Eléctrica. Para avanzar en esta línea, junto a un grupo de profesionales y empresas, estamos trabajando en la formación de una Asociación de Empresas de Almacenamiento de Energía de Chile. La Asociación permitirá educar sobre los beneficios y competitividad del almacenamiento de energía en redes eléctricas.