Arnoldo Toledo.

¿Qué rol juegan las cooperativas en la industria eléctrica nacional?
Las cooperativas proveen energía eléctrica a aquellos sectores apartados donde no llegó la planificación estatal o la empresa privada, por lo que, además de cumplir un rol en el sector energético, también tienen un rol social muy importante, especialmente en el desarrollo de la pequeña y mediana agricultura. En este sentido, nuestra finalidad como Fenacopel es ser un actor sólido y reconocido en el sector eléctrico, capaz de servir en buena forma a nuestros clientes y desarrollar el sector energético, especialmente en los lugares más apartados, mejorando la calidad de vida de los usuarios.

¿Cómo describiría el actual escenario de las cooperativas eléctricas?
La última licitación eléctrica abre nuevas perspectivas en términos de precios de la energía gracias al ingreso de nuevos actores al sector, lo que es positivo para nosotros. Asimismo, el hecho de que las cooperativas se desenvuelvan en zonas alejadas, con una baja densidad de clientes, ha representado un desafío que nos ha servido para mejorar todo lo referente a tecnología, puesto que nos cuesta llegar con premura y leer los medidores que están muy lejanos. Por ello, implementamos nuevas tecnologías, especialmente smart metering, para mejorar nuestra calidad de servicio.

¿Qué nivel tecnológico poseen?
En primer lugar, es importante señalar que, pese a las dificultades que tenemos, las cooperativas siempre estamos en los primeros lugares en Calidad de Servicio en el ranking elaborado por la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC). Ahora bien, y pese a que no tenemos las espaldas de las empresas distribuidoras, siempre estamos incorporando nuevas tecnologías en la medida de nuestras capacidades. Como Fenacopel, acabamos de realizar un seminario de redes inteligentes e, independientemente de la federación, cada cooperativa está implementando sistemas más modernos de lectura a distancia, corte y reposición, así como call centers para reclamos. En la medida de lo posible, estamos incorporando nuevas soluciones tecnológicas para mejorar la calidad del servicio.

¿Cómo anticipa el futuro de este segmento?
El sector se está abriendo, están participando más actores y hay mayor competencia. Desde nuestra perspectiva, la nueva regulación de la distribución debería ser diferenciada; a las cooperativas no se les puede exigir lo mismo que a las distribuidoras, dadas las dificultades planteadas. Una distribuidora en un sector urbano puede tener entre 200 y 400 clientes en una manzana, mientras que nosotros tenemos 6,2 clientes por kilómetro de línea, 22.000 kilómetros de línea, y atendemos 61 comunas en cuatro regiones.

Dado este escenario, creemos que, en términos de plazo y adecuación, la regulación para las cooperativas debería ser un poco más flexible, ya que nos costará más cumplir con las nuevas normativas, tanto por tiempo como por recursos. Esperamos que las autoridades consideren esta situación, tomando en cuenta que lo que pedimos no son excepciones, sino que consideraciones por las particulares características que tiene nuestro mercado.

¿Qué tendencias vislumbra en distribución eléctrica?
El mercado y la regulación serán más permisivos con la generación de energía de particulares y el ingreso de pequeños generadores al sistema. Creemos que, en este último punto, todavía falta ver algunos detalles, pero confiamos en que la normativa se ajustará a las necesidades del mercado, lo que sería muy bueno. Asimismo, agradecemos la invitación que nos hizo la CNE para participar en las comisiones que realizarán un diagnóstico sobre la nueva regulación del segmento de distribución eléctrica, en la cual tenemos representantes en los cuatro grupos de trabajo temáticos, que darán a conocer nuestra opinión en las distintas materias a analizar.