Por Gastón Herrera N., LBU Manager de Drives and Control de ABB en Chile.
Los variadores de frecuencia son equipos robustos que, con un adecuado plan de mantenimiento, pueden tener una vida útil de 20 años o más, pero es importante seguir las recomendaciones del fabricante y siempre utilizar servicios técnicos autorizados y repuestos originales. De lo contrario, el riesgo es reducir el desempeño y la vida útil del equipo.
Los planes de mantenimiento detallan cada una de las actividades que se deben realizar en cada etapa de la vida de los variadores de frecuencia, de acuerdo al número de horas, meses y años en funcionamiento. Cada tres mil horas, por ejemplo, hay que cambiar ciertas partes para asegurarse de que el equipo esté en condiciones, además de observar algunas variables eléctricas, como verificar que la temperatura de ambiente de trabajo sea la correcta, y seguir las recomendaciones.
La importancia de los repuestos originales
Ahora, cuando llega el momento de reemplazar ciertas piezas es importante siempre optar por repuestos originales para no correr el riesgo de que estas no cumplan con las características técnicas necesarias, de que venga solo una parte del repuesto o de que no venga con los conectores o terminales adecuados, haciendo imposible su instalación.
Un ejemplo de esto se da al reemplazar una pieza clave, como los ventiladores de enfriamiento del variador de frecuencia. Un repuesto no original, probablemente, no entregará el caudal de aire requerido, con lo que el equipo no podrá disipar la energía calórica que genera durante su funcionamiento y, como consecuencia, operará a una temperatura mayor a la deseada, reduciendo su vida útil y aumentando el riesgo de fallas.
La mayoría de los problemas que presentan los equipos de electrónica de potencia se deben a trabajos fuera de su punto de operación, ya sea por excesos de temperatura, polvo, humedad y/o sobrecarga no especificada.
Los condensadores son otras piezas críticas, ya que tienen la función de almacenar la energía disponible para mover los motores con ciclos de carga y descargas disponibles para entregar energía. Una pieza no original tiene menos número de cargas y descargas, por lo que en vez de durar 100 mil horas -que es el estándar-, lo hará por 50 mil o 60 mil, provocando fallas en los equipos.
Otro caso es el de los semiconductores. Estos deben ser lo suficientemente sólidos para cumplir con los requerimientos técnicos eléctricos y mecánicos. Por ejemplo, sus terminales deben soportar el torque recomendado para asegurar un buen contacto eléctrico.
Para saber si se trata de un repuesto original, el usuario puede comenzar por chequear si el embalaje es el adecuado y exigir en el proceso de compra que se les entregue una garantía que lo acredite, pero siempre lo más seguro será adquirir las piezas en Servicios Técnicos Autorizados.