Christian Sfeir.

Los sectores industriales se ven enfrentados a fuerzas que conducen a transformaciones. Si nos enfocamos en sectores como Energía, vemos tendencias como cambios demográficos de nuestra fuerza de trabajo, sustentabilidad climática, incertidumbres regulatorias y traspaso del poder hacia los consumidores. Todas estas fuerzas de cambio generan en las empresas inversiones que buscan motivar y empoderar a los líderes de hoy y mañana, entregar de manera rentable y confiable los suministros energéticos que se necesitan, cumplir con los estándares regulatorios y generar ofertas para cubrir las demandas de consumidores cada vez más informados y comunicados. Las tecnologías no solo pueden ayudar a enfrentar todas estas metas y lograr los resultados necesarios, sino también potenciar la agilidad fundamental y conocimientos de las organizaciones, mediante el empoderamiento de las personas, para que estos puedan reconocer y actuar tan rápido como este nuevo mundo lo requiere.

Muchos estudios se han realizado respecto a estos temas a nivel mundial, los que han analizado tanto tendencias tecnológicas como de la industria. Gartner, en 2015, mencionaba que “para 2017, la mayor parte de los usuarios de negocio y analistas de nuestras organizaciones tendrán acceso a herramientas de autoayuda para preparar sus datos y realizar análisis”. Un año antes, la misma entidad mencionaba que “Manufactura, Utilities y Transporte serán los principales rubros en usar Internet de las Cosas -IoT-, pues en estas áreas se tienen al menos 736 millones de dispositivos y sensores conectados”. Por último, en 2014 IDC indicaba que “para 2018, los servicios cloud representarían la mitad del portfolio TI de un 60% de las empresas de utility, dado que estas buscan mecanismos para reducir costos”.

El World Economic Forum ya habla de la llegada de la cuarta revolución industrial. La primera Revolución Industrial se basó en el uso de agua y vapor para energizar las maquinarias; luego, la segunda usó electricidad para producción en masa y, en la tercera, vimos cómo se usó la tecnología y electrónica para automatizar la producción. Esta cuarta revolución que se está asomando, se refiere a Internet de las Cosas y la barrera cada vez menos clara entre el mundo físico y el digital, donde los datos son clave. Imaginen las posibilidades que pueden surgir tras la conexión de billones de personas con sus dispositivos, generando masivas cantidades de información, que se procesa en nubes con capacidades de procesamiento y almacenamiento virtualmente ilimitadas.

En este escenario, donde la información y cómo sacamos provecho de esta es clave, tecnologías como Advanced Data Analitics nos ayudan a obtener ventajas competitivas. Pero, ¿qué es Advanced Data Analitics y Big Data? En términos simples, se refiere a la capacidad de procesar grandes volúmenes de datos, que se generan a gran velocidad y en formatos muy variados (conocido como las “3V” del Big Data), para lograr obtener información y acciones valiosas para el negocio.

Cabe mencionar que Big Data no es necesariamente un concepto nuevo: en los años ‘80, los sistemas ERP eran Big Data, en los ‘90, lo fue el web 2.0 y en la actualidad, es Internet de las Cosas. Usando Advanced Data Analytics, las empresas deben buscar pasar desde la información hacia la acción, siendo capaces de evolucionar desde los actuales cuadros de mando que nos muestran “que pasó” hacia sistemas predictivos que nos digan “qué va a pasar” e incluso que tomen decisiones de negocio por nosotros. Acá los escenarios donde se puede aplicar Advanced Data Analytics son muy amplios, por mencionar algunos: propensión de compra de clientes, análisis de redes sociales y sentimiento, mantenimiento predictivo, prevención de accidentes, análisis de Churn, explotación de recursos naturales, predicción del clima, entre muchos otros. ¿Y desde dónde obtenemos tal cantidad de información? La respuesta está, literalmente, en nuestras manos.

Las maquinarias que se utilizan actualmente están dotadas de sensores y alarmas que, programadas en el sentido correcto, nos ayudarán a recopilar información valiosa para el negocio. Desde situaciones tan “domésticas” para la industria, como lo es el estado técnico de las flotas vehiculares, hasta el estado físico de las complejas redes eléctricas, en donde por medio de las revisiones periódicas que se realizan, se puede recabar data importante para los efectos que buscamos.

Por el lado más práctico, como hemos mencionado, se encuentra el uso de smartphones, tablets, redes sociales y todo lo que las personas, tanto de nuestra organización, como los usuarios finales de los servicios, pueden manifestar a través de informes e, incluso, de simples posteos en las redes. Por ejemplo, la recopilación de incidentes como postes de luminarias en mal estado, “apagones” locales determinados o fallas, en general, que sean informadas por estas vías, pueden ser datos de valor importantes para el negocio.

Con ese manejo adecuado, tanto del insumo, como de las respuestas, de seguro se podrá tener un nivel de conocimiento mayor de los negocios y su estado, además de que el poder de los Datos, podrá entregar una contestación más acertada e informada para el cliente.