Leoncio Briones.

¿Cuál es el nivel de la robótica en nuestro país?
En Chile el nivel es incipiente, está recién comenzando, aún estamos con aplicaciones básicas. Adicionalmente, ha habido muchos problemas con algunas aplicaciones, lo cual atribuyo a que mucha gente proveniente de otras industrias se lanzó a la robótica, al verla como una alternativa interesante, sin tener un conocimiento claro de qué se trata. Hoy estamos en otro momento, haciéndolo de manera más seria, pero con la carga de haber cometido errores iniciales.

Una aplicación robótica no es como una máquina cualquiera. En una empresa, se puede seleccionar un equipo a partir de sus características, lo instala y funciona. Un robot no es así; la mayor parte del robot no viene dado por el fabricante, ya que es el integrador quien tiene que convertir la máquina de propósito general en una de propósito específico. Eso requiere mucha ingeniería y conocimiento.

¿Qué opina respecto a los mitos sobre la robótica en la industria?
La mayoría son verdad, pero de forma relativa. Por ejemplo, es cierto que un robot puede quitarle trabajo a las personas, pero en labores tediosas y peligrosas. Cuando uno ve una máquina hidráulica haciendo excavaciones, no se imagina a 50 hombres con palas realizando la misma función, aunque en teoría podrían hacerlo. Cuando se desarrolla una tecnología y es exitosa, prospera. Con la robótica sucede lo mismo.

Ahora bien, es verdad que no hay suficiente personal capacitado en Chile para desarrollar esta área y eso se debe a que es una disciplina que se está recién desarrollando. Además, ha habido intentos de profesionales de otros sectores –como de la automatización o la neumática- por desarrollar soluciones robóticas y han fracasado porque no saben cómo hacerlo. Se necesitan profesionales calificados para desarrollar y mantener sistemas robóticos.

¿Existe en Chile el capital humano para desarrollar y mantener estos sistemas?
La formación de profesionales en este ámbito también es incipiente. De hecho, las primeras universidades e institutos que impartieron robótica y mecatrónica son recientes, por lo que ahora están saliendo los primeros profesionales. Pese a ello, no tenemos dudas de que seguirá ampliándose la oferta para la formación de profesionales en la materia, ya que la robótica es imparable y muy útil para la sociedad.

¿Qué desafíos se deben superar para lograr una exitosa solución robótica?
El primer desafío –y muy importante- es la definición correcta del problema, en términos de ingeniería, ya que si no está bien realizada puede terminar en una solución deficiente. Una buena definición del problema lleva a una solución conceptual adecuada, lo que estaría siendo un segundo desafío. Se tiende a pensar que la incorporación de tecnología es tan sencilla como sacar a una persona de un proceso y reemplazarla por un robot, pero no es tan así, ya que hay que hacer una modificación mucho más importante en el entorno del robot para que la aplicación sea exitosa. La definición apropiada del problema y la conceptualización inicial de la solución son fundamentales, y ahí se falla mucho.

¿Qué recomendaría a una empresa que piensa incorporar un sistema robótico a su proceso?
Que se documente respecto a las soluciones que se han implementado alrededor del mundo para resolver problemas similares a los suyos. De este modo, se puede confirmar la factibilidad y crear las expectativas adecuadas en torno a la solución. En ocasiones, las personas esperan resultados sobredimensionados. Hay problemas que no son apropiadamente resueltos por un robot; en muchas aplicaciones, se deja a una persona en el loop del proceso para que tome ciertas decisiones que de manera automática resultan complejas.

¿Hay algún caso de éxito que destaque en la industria local?
En Chile no hay muchas experiencias de incorporación de la robótica en la industria, sin embargo, donde ha funcionado bien es en aplicaciones de paletizado y almacenamiento de fruta, es decir, en aplicaciones con poca dificultad y al final de la línea de producción.

¿Qué experiencias internacionales le gustaría repetir en Chile?
En España hay fábricas que funcionan 24/7; las personas trabajan durante el día y en las noches los robots continúan con el trabajo de la planta. Esto permite tener una producción ininterrumpida y uniforme (cantidad y calidad), lo cual no es posible hacer solo con humanos. Si bien en otros países, hay soluciones mucho más complejas y llamativas, destaco el caso de España porque tiene una realidad que no es muy lejana a la chilena. Además, hay zonas de Chile en donde -debido al alto costo de la electricidad- resulta más conveniente producir de noche que de día. En esos casos uno podría pensar en soluciones robóticas que reemplacen o complementen la fuerza de trabajo humana.