Los medidores inteligentes de energía permiten a los diferentes sectores industriales tarificar su consumo de energía y verificar la calidad del suministro, junto con monitorear eventos eléctricos como armónicos, entre muchos otros. Con el avance de la tecnología, ha sido posible incorporar nuevas funciones a estos equipos, lo que ha ido en directo beneficio de los usuarios.

Un atributo fundamental es que cuenten con opción retrofit, la que permite la instalación de un nuevo medidor en reemplazo de aquellos antiguos de distintas marcas existentes, con mínimos ajustes. En el mercado chileno existen diferentes tipos de medidores, que por necesidades tecnológicas deben ser reemplazados. Por ejemplo, en las últimas licitaciones, las empresas de Transmisión adjudicadas que operan en el país, han debido reemplazar alrededor de 200 medidores de energía, debido a la nueva normativa eléctrica establecida por la autoridad y a la necesidad de contar con más y mejor información, requiriendo nuevas características y desarrollos, como mayor capacidad de almacenamiento, comunicación Ethernet, sincronización horaria IRIG-B, entre otros.

Por todo lo anterior, y al existir subestaciones eléctricas muy antiguas operando en el país, el riesgo asociado a la realización de trabajos como calados o perforaciones en las placas existentes, representa un alto riesgo de desconexión de los dispositivos presentes en dichas instalaciones. Por esta razón, se hace imperativo contar con equipos que tengan la opción retrofit. En esos casos, se utiliza el mismo switchboard que está fijo en el panel, y solo se extrae manualmente para su reemplazo el hardware interno del medidor y los nuevos puertos, tales como Ethernet, IRIG-B, u otros. De este modo, quedan con cables especialmente diseñados para la conexión por fuera de la carcasa metálica, todo muy rápido, simple y sin complicaciones ni trabajos complicados u obras civiles.

Definitivamente, los niveles de precisión y plazos de garantía son importantes. Hoy en día, existen en el mercado equipos con un grado de precisión de un 0,05% que incluso en pruebas realizadas llegan a un porcentaje de un 0,01%. No obstante, atendidas las necesidades del mercado actual, no parece sugerible conformarse con medidores con menos precisión que un 0,05% garantizado por un plazo razonable (por ejemplo, 10 años), lo que es señal de la calidad del equipo y la seriedad de los fabricantes. Por otra parte, la calibración también es relevante y tiene un período asociado que puede ser, por ejemplo, de 5 años.

Finalmente, cabe señalar que los medidores deben cumplir con todas las normativas establecidas por la autoridad, específicamente con lo relativo a la adquisición de datos y con las mejoras que el mercado requiere y demanda para este tipo de medidores industriales de energía, que -en definitiva- actúan como verdaderas cajas registradoras, tanto para plantas de generación como para grandes consumidores.