A fines de marzo, Viña San Pedro, filial de VSPT Wine Group, inauguró una planta que genera energía renovable –biogás- a partir del 100% de sus residuos de vendimia. Se espera que genere 1MW/hora de energía limpia, equivalente al consumo de 3.200 hogares y al 60% de la energía eléctrica y térmica que necesita la viña.

“Este proyecto nace de la inspiración de sustentabilidad que tenemos en la viña. Hace varios años que dentro de nuestros pilares estratégicos estamos apuntando a ser sustentables en el tiempo”, destaca Andrea Zwanzger Sánchez, Jefe de Desarrollo Sustentable en VSPT.

La central, ubicada en Molina (Región del Maule), está compuesta por dos biodigestores, grandes estanques donde microorganismos digieren los residuos de la vendimia para producir gas metano. Este tipo de estructuras se utiliza hace mucho tiempo en la agroindustria, con buenos resultados, y de ahí surgió la idea de aplicarlo en la industria vitivinícola. El proyecto se concretó de la mano de Genera Austral, empresa experta en biodigestores, quienes fueron los encargados de hacer la gran mayoría de los estudios técnicos de laboratorio y de traer la tecnología alemana que se utilizó en la planta.

Durante la elaboración del vino, Viña San Pedro genera 9 mil toneladas anuales de residuos orgánicos de vendimia, tales como orujo (piel), pepas y escobajos (palitos) de la uva. Estos son ensilados de forma anaeróbica, lo que permite conservarlos durante todo el año, y alimentan los biodigestores. Estos estanques digieren estos residuos generando gas metano, el cual se acumula en los gasómetros y posteriormente se extrae para usarlo como combustible en un motor de cogeneración que produce energía eléctrica y térmica.

“Como resultado de este proceso, se genera un biodigestado, materia orgánica rica en nitrógeno, con poderosas propiedades fertilizantes, que incorporamos de vuelta a nuestro viñedo para mejorar los suelos de la viña. De esta forma, cerramos el círculo de la gestión de nuestros residuos”, explica Andrea Zwanzger.

La energía generada por la planta se utiliza para el funcionamiento de la bodega de vinificación y el envasado de la bodega de Viña San Pedro. “Se usa la energía eléctrica y la energía térmica, que nos permite precalentar el agua que entra a nuestras calderas, considerando que utilizamos agua caliente en nuestros procesos; y precalentar el agua nos permite reducir el consumo de combustibles fósiles. Con esto también logramos reducir nuestra huella de carbono”, precisa la profesional.

En cuanto a los planes a futuro, la ejecutiva asegura que la idea es ampliar esta iniciativa para que un 100% de su demanda energética sea cubierta por energías limpias. “Hoy en día, la planta funciona con 25 toneladas diarias de residuos, pero está construida para una capacidad de 40 toneladas diarias. Además, como fue construida de forma modular, podría duplicar su tamaño en el tiempo y con eso lograría consumir 80 toneladas de residuos por día y, una vez que logremos aumentar ese nivel de producción en la planta, podríamos generar el 100% de la energía de Viña San Pedro”, sentencia la ejecutiva.

El valor de este proyecto, según Andrea Zwanzger, además de impulsar el consumo de energía limpia en la compañía, es que permite gestionar los residuos de forma sustentable y cerrar el círculo dentro del mismo negocio. “Esto, en general, no se hace y, en ese sentido, nos sentimos muy innovadores”, remarca. Por otra parte, está el beneficio futuro que entregará el uso del biofertilizante –resultado de la biodigestión- que le permitirá a la viña reducir el número de fertilizantes sintéticos y apuntar –idealmente- a una fertilización artificial cero, lo que también se traduciría en un ahorro de costos para la compañía.