Las primeras directivas sobre atmósferas potencialmente explosivas se remontan al año 1976, para todo tipo de industria, con exclusión de la minería (la que solo fue incorporada en el año 1982). Ambas tratan sobre los “Equipos Eléctricos”, tomando en consideración el riesgo derivado de la presencia de sustancias inflamables en forma de vapor o gas. El resto de situaciones se debían recoger en legislaciones de ámbito nacional de cada Estado Miembro, pudiéndose producir, en cada uno de ellos, vacíos legales significativos, además de divergencias entre los reglamentos de los distintos países.
Zonas de peligro
Dentro de la normativa, se especifican dos zonas de peligro:
Atmósferas de gas explosivas: mezcla de una sustancia inflamable en estado de gas o de vapor con el aire, en la que, en caso de ignición, la combustión se propaga a toda la mezcla no quemada.
Atmósfera con polvo explosivo: mezcla de aire, en condiciones atmosféricas, con sustancias inflamables bajo la forma de polvo o fibras, en la que, en caso de ignición, la combustión se propaga al resto de la mezcla no quemada.
No se incluye en la definición de ATEX el riesgo de explosión de sustancias inestables, tales como los explosivos, material pirotécnico y peróxidos orgánicos o cuando las mezclas explosivas están sometidas a condiciones no consideradas como atmosféricas normales, como es el caso de las sometidas a presión.
Para que se dé una atmósfera potencialmente explosiva se requiere la combinación de una sustancia inflamable o combustible con un oxidante a una concentración determinada, y una fuente de ignición. El riesgo se hace mayor y más complicado cuando nos encontramos en un espacio confinado y con trabajos de manipulación de esas sustancias en muy diversas industrias y procesos productivos.
Lugares con presencia de gases o vapores inflamables
En los lugares donde existe presencia de gases o vapores es muy probable la formación, en cualquier momento, de atmósferas explosivas, por ejemplo en zonas de trasvasije de líquidos explosivos, cabinas de pintura, almacenes de disolventes, u otros.
Según esta categoría se subdividen en función de la probabilidad de presencia de la atmósfera explosiva:
Zona 0: presencia permanente o durante largos períodos de tiempo.
Zona 1: susceptible de formarse en condiciones normales de trabajo.
Zona 2: presencia poco probable y por cortos períodos.
Como principio de seguridad, se debe considerar que las zonas de riesgo de explosión sean lo más reducidas posible y que se minimice la presencia de equipos eléctricos con protección acorde a cada zona.
Lugares con presencia de polvo combustible
Como ejemplo, podemos citar silos de cereales, molinos, plantas de tratamiento de carbón, plantas de fertilizantes, u otros. Se distinguen las zonas:
Zona 20: es aquella en la que hay o puede haber polvo combustible durante las operaciones normales de funcionamiento, puesta en marcha o limpieza, en cantidad suficiente para producir una atmósfera explosiva. Ejemplo: en molinos pulverizadores.
Zona 21: es aquella en la que la nube o capa de polvo es susceptible de formarse en condiciones normales de trabajo.
Zona 22: presencia poco probable y por cortos períodos.
Como principio de seguridad, para estas zonas, se debe evitar la ventilación y, junto con ello, el levantamiento de polvo y el mantenimiento de limpieza y recogida del mismo generado de forma periódica.
Los equipos eléctricos estarán protegidos contra la entrada de polvo en el grado requerido:
IP5x. Protección contra la entrada perjudicial de polvo.
IP6x. Protección total contra la entrada de polvo.
Las temperaturas superficiales máximas de trabajo de los equipos se limitarán a 2/3 de la TIN o a 745ºC menos de la TIC para capas de 3 mm. Si son superiores, se deberá disminuir dicha temperatura.
¿Dónde se encuentran atmósferas explosivas?
Metal pulido superficial, especialmente el polvo de aluminio y partículas
Las refinerías de petróleo, plataformas y plantas de procesamiento
Gasoductos y centros de distribución
Industrias de impresión, papel y textiles
Plantas de procesamiento químico
Manejo de granos y almacenamiento
Plantas de tratamiento de aguas
Industrias de recubrimiento de superficies
Minas de carbón subterráneas
En cuanto a los lugares donde se pueden producir atmósferas potencialmente explosivas, se deben tener en cuenta los niveles de seguridad por zona y su posible relación con un eventual peligro de explosión en esta área. Por esto, existe una división de zonas de acuerdo a la presencia de las sustancias inflamables.
Por Felipe Salazar Durán, Product Manager Sensors, Control & Signaling Industry Schneider Electric. www.schneider-electric.cl