Carlos Carmona Acosta.

¿Cuál es el actual escenario de la minería?
La industria minera se encuentra en una etapa de ajuste y ordenamiento, reduciendo sus costos, debido a este nuevo periodo de bajos precios. En este sentido, lo que más ha impactado a la minería, es el hecho que durante estos últimos 10 años de bonanza, se elevaron los costos de producción, complicando los márgenes a obtener en esta etapa de precios bajos. Entonces, la minería chilena y mundial actualmente obtiene muy bajos márgenes (o negativos) y obliga a todas las empresas a tomar acciones drásticas para mantenerse viables económicamente durante este periodo, y entre esas, está aumentar su productividad o simplemente disminuir producción, cerrar o vender los yacimientos.

¿Qué desafíos enfrenta la minería a nivel nacional?
Este es un año muy difícil para Chile, pues el precio de los metales presenta una caída de dos dígitos, y solo el fortalecimiento del dólar deja un balance ligeramente negativo. Lo bueno es que el país cuenta con elevadas oportunidades de negocio, con un gran potencial geológico, además de estabilidad económica y política, que otorga seguridad jurídica a los inversionistas. Existen muchas reservas y la mayoría de los yacimientos operativos tienen la capacidad de resistir estas bajas en los precios. En este sentido, se observan cambios de dueños pero no cierre de faenas.

¿A qué se refiere el concepto de minería inteligente?
La minería inteligente es aquella que, para su gestión operacional y toma de decisiones, se basa en la administración y análisis de la información relevante que es captada remotamente desde las diferentes operaciones unitarias mineras, esto a través de la integración de tecnologías de comunicaciones, posicionamiento, sensórica y software con aplicaciones configurables y algoritmos matemáticos inteligentes; todo esto para alcanzar la máxima eficiencia de los procesos dentro del marco de la minería sustentable, segura y productiva.

Desde la perspectiva de la minería inteligente y el desarrollo sustentable, ¿cómo puede la tecnología aportar en los procesos de la industria minera?
Cada vez hay mayor inversión en investigación e innovación tecnológica, lo que ayuda a mejorar los procesos y la producción de la industria minera. Sin embargo, hay muchos desafíos por alcanzar, especialmente en materia medioambiental y de seguridad laboral.

La tendencia en la minería mundial es a tecnificar los procesos de manera de tener un mejor control de las operaciones y, de esta forma, optimizarlas con la menor cantidad de personas en faena, sobre todo en trabajos de mucha exposición al peligro, y que tanto empresas como trabajadores no están dispuestos a realizar. Lamentablemente, hay actividades que son fundamentales para las compañías y que no se pueden eliminar, pero sí simular, monitorear, automatizar o robotizar. Lo ideal es que toda esta experiencia sea exportable en la modalidad de empresas o de estándares corporativos de las transnacionales que operan en el país, considerando que históricamente la industria minera en Chile ha marcado hitos relevantes en cuanto a su enfoque en la forma de afrontar y abordar desafíos en el área tecnológica como solución a los procesos productivos. Esta actitud permitiría posicionar a Chile como referente mundial en minería inteligente.

En cuanto a la implementación de nuevas tecnologías, ¿existe resistencia al cambio por parte de los trabajadores y/o la misma industria minera?
El problema es que tenemos una industria minera demasiado conservadora y tradicional, por lo tanto resulta difícil convencer a las personas de que será la tecnología en varias de sus dimensiones operacionales y, en especial, la minería inteligente, la que permitirá disminuir los costos operacionales, mejorar la calidad, la confiabilidad y productividad de los procesos de producción. Además, sacará a nuestros trabajadores de las zonas de riesgo, factores que en su conjunto permitirán, entre otras cosas, mejorar las condiciones y calidad de vida de todos nosotros.

Lo curioso es que existe disposición de parte de organizaciones corporativas y de Gobierno para incentivar el uso de las tecnologías desde ya hace varios años, pero igual cuesta bastante avanzar. Lo bueno es que existe conciencia de que el cambio que introduce la minería inteligente es fuerte y de que se está luchando por cambiar décadas de trabajo “tradicional” y un paradigma en la forma de hacer minería en Chile.

En base a lo anterior, ¿qué es lo que se espera para el futuro de la minería a nivel nacional?
La minería en Chile, si se maneja de manera eficiente desde el punto de vista de política nivel país y de eficiencia operacional apoyada con la tecnología, tendrá sin duda un futuro muy positivo, manteniéndose como la actividad en la cual Chile puede mostrar un liderazgo a nivel mundial.

Como ha ocurrido en el pasado, cuando los precios de los metales suben muy por sobre el promedio histórico, en la industria, en general, no solo en la minería, se descuida la calidad de los productos y la eficiencia operacional, se controla menos la productividad, los costos, etc. Por otro lado, se improvisa para el corto plazo, se experimenta con tecnologías, se invierte en proyectos de bajo retorno, los que en escenarios de bajos precios, rápidamente pasan a ser poco rentables o costosos de mantener.

La minería se debe enfocar en volver a ser competitiva, para lo que -como en el pasado- debe mejorar prácticas operativas, entender a fondo las operaciones unitarias de los diferentes procesos, los tiempos efectivos de trabajo, estandarizar u homologar procesos de excelencia, certificar competencias de mano de obra, optimizar la gestión de los servicios, atraer a los mejores proveedores nacionales e internacionales, remuneraciones ligadas a productividad, fomentar la innovación razonable y el desarrollo y uso de nuevas tecnologías aplicadas para optimizar los modelos de gestión, pero ahora apuntando a una minería inteligente que permita sustentar el negocio con todo lo que esto implica.