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GESTIÓN DE ACTIVOS
Optimizando los procesos
industriales con una visión de largo plazo
Por Equipo de Prensa Revista ElectroIndustria
En un escenario de alta competitividad, la gestión de activos se ha validado como una estrategia que permite mejorar la operación y los resultados de las compañías. ¿En qué pie se encuentra la industria local? Lo averiguamos en este reportaje.

La gestión de activos ha ido ganando espacio en las empresas de Chile, especialmente en los últimos cinco años. No obstante, como sostienen algunos especialistas, todavía su acogida no es generalizada.

“Muchas veces se confunde con mantenimiento, y, en otras ocasiones, se trata de no hablar de mantenimiento y a cambio se habla de ‘gestión de activos’ para darle un mayor ‘estatus’ dentro de las organizaciones”, explica Edgar Estupiñán Pulido, Académico de la Escuela de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Tarapacá (UTA).

Para Raúl Stegmaier, Académico del Departamento de Industrias de la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM), esta evolución ha sido relevante y ha ayudado a instalar nuevos paradigmas en las empresas. “Hoy en día, parte importante de nuestra industria cumple al menos dos condiciones que han facilitado el desarrollo y la implementación de conceptos y herramientas propios de la gestión de activos físicos: la participación en mercados globales y la consiguiente necesidad de desarrollar habilidades competitivas y el uso intensivo de activos físicos de gran valor”, afirma.

Edgar Estupiñán Pulido, UTA.
Raúl Stegmaier, UTFSM.
Adolfo Arata, PUCV.
Franco Basso, UDP.

Hay que tener presente que la gestión de activos físicos, en general, debe procurar que los equipos presentes en un proceso desarrollen su función productiva en forma pertinente a los objetivos del negocio en el que se encuentran, sostiene el profesional. En esta perspectiva, resulta esencial la consideración del ciclo de vida de los activos -desde su concepción hasta su reemplazo- en un marco de evaluación que debe, además, considerar el ciclo de vida del proyecto de inversión industrial en los cuales estos activos desarrollan su función.

“Esto significa que la toma de decisiones debe ser en un contexto de mediano a largo plazo, evitando el tradicional conflicto entre la minimización de costos de corto plazo versus la maximización de beneficios de largo plazo como objetivo de negocio”, destaca Stegmaier.

Por su parte, Adolfo Arata, Director Ejecutivo del Magíster en Gestión de Activos y Confiabilidad Operacional de la Facultad de Ingeniería Industrial de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), reconoce que si bien la gestión de activos se ha generalizado en el ambiente industrial local, su implementación ha variado según el tamaño y el rubro de las empresas. “El sector minero es el que ha asumido con mayor atención este tema, sin desconocer que también otros sectores, con profundidad diversa, han comenzado a interesarse. Tal es el caso de las industrias relacionadas con la generación y distribución eléctrica, el Oil&Gas, el transporte, la celulosa y, últimamente, los alimentos”, asegura.

Sin embargo, advierte que es posible encontrar, en una misma instalación industrial, diferentes niveles de desarrollo entre las diversas áreas productivas que la componen. “Esta falta de uniformidad ha sido producto del poco compromiso e involucramiento de la dirección superior de la empresa, la que, por desconocimiento de su verdadero valor estratégico, ha dejado esta responsabilidad a los niveles operativos de la organización, quienes al estar presionados por la inmediatez operan con una cultura más reactiva que preventiva, contraponiéndose con ello a los fundamentos de la gestión de activos, que busca agregar valor económico sustentable con una visión largo plazo”, señala.

En cuanto a las tendencias tecnológicas que están marcando el desarrollo de la disciplina, Franco Basso, profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Diego Portales (UDP), asegura que los nuevos vientos que está trayendo la gran cantidad de datos disponibles son un factor que permitirá desarrollar mucho esta disciplina. “Parece particularmente interesante incorporar modelos estadísticos predictivos que permitan mejorar la toma de decisiones. En este sentido, el área de data analytics puede ser el compañero perfecto para la gestión de activos”, sentencia.


Éxito en la implementación de los programas

Dentro de los varios factores que se pueden mencionar para el éxito de un programa de gestión de activos, destaca la inmensa relevancia del soporte tecnológico. “Un correcto desarrollo de la TI permite mejorar la confiabilidad de los datos, los procesos y las operaciones, tanto de los recursos tangibles como de los intangibles”, afirma el docente de la UDP.

Es importante señalar que implementar un programa de gestión de activos responde a un proceso que requiere de una evolución hasta que logre transformarse en parte de la cultura organizacional. “No implica solo la incorporación de nuevas metodologías y tecnologías, sino también requiere actuar sobre las competencias de las personas y la organización. Es decir, la gestión de activos necesita intervenir tanto sobre la componente dura, asociada a las tecnologías, como la componente blanda, relacionada con las personas y la organización”, sostiene Arata.

En esa línea, el académico de la UTA subraya que el éxito de un programa de gestión de activos depende en gran medida de los lineamientos y el convencimiento que se tenga desde la presidencia y gerencias de las organizaciones; es decir, el tema debe estar inmerso en la estrategia y políticas organizacionales. “A su vez, resulta importante contar con una fluida comunicación entre los diferentes niveles organizacionales para que cada cual tenga claridad respecto del rol que juegan y cuál es su aporte dentro de un programa optimizado de gestión de activos. Se debe contar con datos, registros e información sistematizada de los procedimientos y operaciones, lo que permitirá, por ejemplo, que dentro de un programa de gestión de activos, las decisiones sean tomadas basadas en la evidencia. De esta misma manera, es fundamental llevar a cabo análisis de confiabilidad y cálculo, y seguimiento de indicadores”, comenta.

Finalmente, asegura que un programa exitoso de gestión de activos debiese llevar a la empresa hacia la certificación. En este caso tienen como referencia la norma ISO55000.

Un ejemplo de buenas prácticas en torno a esta disciplina sería Minera Los Pelambres. “Tengo certeza de que se está avanzando hacia sistemas de gestión operacional de excelencia en el área de mantenimiento y seguridad. En efecto, en esta última área, junto a un grupo de consultores trabajamos en un modelo de predicción de accidentes que permite determinar zonas y franjas horarias en las cuales la probabilidad de que ocurra un accidente es mayor a lo habitual. Este tipo de iniciativas apuntan en la dirección correcta para disminuir la accidentabilidad laboral”, concluye Basso.


Escenario económico vs gestión de activos

Considerando la actual desaceleración económica, ¿qué debiera ocurrir con los proyectos de implementación de programas de gestión de activos industriales? “La gestión de activos tiene un rol relevante, tanto en períodos económicos favorables como en aquellos desfavorables de la industria, ya que apunta a mejorar la productividad del capital en empresas intensivas en equipos. Esa función busca disminuir los costos directos y reducir las pérdidas originadas por las detenciones de planta no programadas, sean por problemas operacionales, de mantenimiento, de abastecimiento o de competencias laborales”, remarca Adolfo Arata.

sostiene que “en períodos de inestabilidad económica, se hace más relevante aún el rol que pueda jugar la gestión de activos. Si bien su implementación puede ser vista como gasto, los retornos a largo plazo, son en la gran mayoría de los casos, mucho mayores a sus costos”.

Según Raúl Stegmaier, la gestión de activos debe condicionar a las organizaciones a tomar decisiones de negocio de mediano a largo plazo y, por este motivo, en períodos de estrechez económica es donde con mayor razón se debe actuar con precaución. “Las empresas mejor preparadas para enfrentar estos ciclos de desaceleración económica son aquellas que entre otros temas han incluido conceptos, modelos y herramientas propias de la gestión de activos físicos”, precisa. Tesis que adscribe Edgar Estupiñán. “Hay que recordar que los beneficios que se esperan obtener de un buen sistema de gestión de activos se relacionan con asegurar retorno de la inversión de los activos; optimizar el uso de la capacidad instalada; controlar el riesgo de los activos durante todo su ciclo de vida; extender la vida útil y optimizar los costos; y maximizar el conocimiento de todo el personal de la organización alrededor de sus activos”, sentencia.
Mayo 2016
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