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Internet de las Cosas

El impacto de Internet solo es comparable con los impactos que se han dado en puntos clave de la revolución tecnológica. El avance que supuso antaño el motor a vapor, la industrialización y la producción en serie, la microelectrónica y la miniaturización de los circuitos, se proyecta más aún con la denominada Cuarta Revolución Industrial: El Internet de la Industria.

Hoy en día existe un número impresionante de dispositivos conectados. En 1975, ya había 230 millones de anexos de red fija en el mundo; en 2005, esta cifra se multiplicó por más de 13 veces, llegando a cerca de 3.000 millones de anexos (en su mayoría dispositivos móviles). Hoy, en 2015, hablamos de 7.000 millones de anexos telefónicos. Junto con lo anterior, debemos considerar el avance de los propios dispositivos de comunicación. Seguramente, en 1975 era impensable concebir que el aparato que se usaba para hablar a la distancia con otra persona, más tarde aportaría con muchas más funcionalidades: hoy ya no solo hablamos, sino que visualizamos información, leemos, respondemos correos electrónicos y conversamos “en línea” con otros usuarios. Todo esto gracias a la red que conecta todos los dispositivos: Internet. (ver Figura 1).

Figura 1. Internet Industrial como la Cuarta Revolución Industrial.

En todo esto, existen factores clave que han permitido que los dispositivos estén comunicados. Ya no hablamos nada más de redes de telefonía fija; hoy estas redes se han fusionado con las redes móviles y con las de datos, lo que sin duda ha mejorado la cobertura de este entretejido de conexiones, cuestión que los fabricantes de equipos han aprovechado creando dispositivos cada vez con mejores capacidades y funciones. En otras palabras, ha habido un notorio aumento de la estructura que posibilita las comunicaciones y, a su vez, de la “inteligencia” de los dispositivos que participan de la comunicación.

En cifras concretas, según la información de la consultora IHS Technology, en 2014 hubo 19,7 billones de dispositivos conectados, un 25% de los cuales corresponden a dispositivos industriales.

De acuerdo a las estimaciones de la misma consultora, esta cifra prácticamente se quintuplicará para 2025, alcanzando la impresionante cifra de 95,5 billones de dispositivos conectados, la mitad de los cuales representará dispositivos industriales (ver Figura 2).

Figura 2. Proyección de dispositivos conectados en 2025, según IHS Technology.

Hasta aquí, hemos hablado de conexiones, dispositivos, cifras y redes, pero ¿qué entendemos por Internet de las Cosas? Pues bien, este concepto hace alusión a que dispositivos domésticos y cotidianos estén conectados sobre Internet. Este concepto ha evolucionado el último tiempo y ya no solo se habla del Internet de las Cosas (en inglés, “Internet of Things” o simplemente “IoT”), sino que ahora hablamos de Internet Industrial de las Cosas (“IIoT”), aludiendo a la posibilidad de que los dispositivos industriales estén conectados a esta gran red de datos.


IoT en el mercado

El concepto de IoT se observa desde hace algunos años en el mercado. Existen aplicaciones en domótica que hacen posible controlar la iluminación a distancia, acceder al monitoreo de las viviendas, e incluso hasta controlar el nivel de frío del “refrigerador inteligente”. Ahora, cuando extendemos este concepto al nivel industrial, ya no nos referimos a elementos domésticos con inteligencia virtual, sino que apuntamos a dispositivos de campo en la industria que cuentan con los puertos de comunicación necesarios para integrarse a Internet y de esa forma controlarlo, monitorearlo, accederlo, y en general, gestionarlo a distancia.

Los analistas hablan acerca de dos enfoques cuando aluden al Internet Industrial de las Cosas: un enfoque orientado al hardware y otro, a los datos. La premisa del enfoque orientado al hardware, es “conectividad a pesar de la distancia” y supone el empleo de dispositivos industriales provistos de puertos que permitan la conexión a Internet, además de contar con cierto nivel de inteligencia que haga posible compartir datos en la red con otros dispositivos (lo que se conoce como comunicación “máquina a máquina” o M2M –“machine to machine”-). Nos referimos a distancias que pueden ir desde unos pocos metros hasta miles de kilómetros.

En la actualidad, ya es posible encontrar dispositivos que resuelvan perfectamente el tema de las distancias; por ejemplo, existen medidores de agua domiciliarios que pueden accederse por Internet, o la comunicación a más de 2.000 kilómetros entre un ingeniero de soporte y un PLC instalado en la planta. Precisamente, el soporte a distancia es una de las ventajas de estos dispositivos inteligentes, junto con la gestión de los procesos, la notificación de alarmas, el monitoreo, entre tantas otras.

El segundo enfoque, aquel orientado a los datos, está definido por la consigna “la colección de datos genera información”. Los procesos de automatización industrial consisten de componentes mecánicos, digitales y humanos. En cualquier momento, una de las partes puede tener datos que pueden ser útiles para otra parte.

En este contexto, el IIoT se hace cargo de los siguientes desafíos: conectar diferentes redes, estándares y protocolos; compartir datos entre diferentes disciplinas, para finalmente, transformar grandes conjuntos de datos (“Big Data”) en información valiosa. Con todo, desde el punto del enfoque a los datos, el Internet Industrial de las Cosas (dispositivos) avizora enormes potencialidades para el sector de la automatización industrial, a saber, precisar la predicción de fallas de componentes, mejorar la calidad del producto final, aumentar la flexibilidad en la producción y un importante ahorro energético como corolario de eficientar los procesos.

El Internet Industrial de las Cosas llegó para quedarse; ahora es nuestra tarea adaptarnos a este entorno de trabajo que presupone amplios beneficios tecnológicos y monetarios para la industria.


Artículo gentileza Fabelec Ltda. Extracto de la charla que dio Robert Bauerschmitt, Ingeniero de Fabelec, en "Automatización 2015". robert@fabelec.cl
Diciembre 2015
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