Carlos Finat, Director Ejecutivo de ACERA: “Lo más difícil de este proceso será la transición a un sistema eléctrico flexible” Carlos Finat. ¿Cuáles son los principales aportes de la Hoja de Ruta 2050? A mi parecer, uno de los aportes de esta iniciativa es su visión integral de la Energía, razón por la cual cubre los sectores de Generación, Almacenamiento, Transporte y Distribución de Electricidad, de Producción, Transporte y Distribución de Combustibles, Comercial, Público y Residencial, Transporte y de Industria y Minería. A dicha visión se agrega el análisis de criterios transversales que incluyen la Sustentabilidad Ambiental y los Servicios Ecosistémicos, los Criterios de Ordenamiento Territorial, Planificación Urbana y Descentralización, de Pobreza, Participación, Asociatividad, Equidad y Pueblos Indígenas, de Innovación y Desarrollo Productivo y, finalmente, de Institucionalidad. En este sentido, creo que el principal aporte de la Hoja de Ruta es que propone un camino a seguir de aquí al año 2050, en el que se hacen propuestas sobre los temas antes señalados. ¿Qué efectos tendrían estos cambios? La implementación de la Hoja de Rutapodría tener varios efectos. Por un lado, está la preocupación manifestada en ella de que la energía es un motor del desarrollo económico y social del país. A la vez, se señala que ello debe obtenerse de manera sustentable, respetando el medioambiente y las comunidades. En el caso del sector de energía eléctrica, si tomamos las decisiones correctas, el efecto debería ser que se avance de manera decidida a una matriz energética baja en emisiones, tal como se indica en el documento, y que alcanzaría al menos un 70% de fuentes renovables a 2050, manteniendo su competitividad en precio. ¿Qué desafíos técnicos implican estos nuevos planteamientos? Estos planteamientos imponen varios desafíos técnicos. A modo de ejemplo, puedo mencionar la formación de capital humano, el fomento de la Investigación y Desarrollo (I+D) y la implementación de un sistema eléctrico flexible. ¿Qué sería lo más difícil de este proceso, considerando las características del sistema energético chileno? En mi opinión, lo más difícil de este proceso será la transición a un sistema eléctrico flexible, que pueda adaptarse de forma segura a lo largo del tiempo a las características de las diferentes tecnologías y condiciones operacionales, en paralelo a un retiro gradual de las fuentes generadoras termoeléctricas contaminantes. Otro aspecto también complejo y que se relaciona con el anterior, es la gradual sustitución de combustibles fósiles importados para lograr una matriz en que la mayoría de los recursos energéticos primarios provengan desde aquellos existentes en nuestro territorio. ¿Qué estrategias propone para abordar los desafíos de la gestión territorial, la relación con las comunidades y el déficit energético? La Hoja de Ruta propone pasar desde la lógica actual de compensaciones a una en la que las iniciativas promuevan el desarrollo local de los lugares en los que se insertan. De manera muy resumida, esto requiere procesos de participación más robustos, un acceso a mejor información y el fortalecimiento de los actores locales. En el documento se propone un rol activo de los consumidores. ¿Cómo sería esto en la práctica? Las nuevas tecnologías de generación permiten que los consumidores se suministren energía ellos mismos y que, incluso, puedan vender sus excedentes al sistema eléctrico. Asimismo, y a través de formas más modernas de mercado, un consumidor debería poder elegir el generador y, por lo tanto, la tecnología que le suministra energía eléctrica. Se tiende así a lo que se define con el término “prosumidor”, es decir, un consumidor que puede actuar como agente del mercado, generando y demandando energía en función de su propia conveniencia. |