El cambio climático y la creciente escasez de recursos son retos importantes de nuestro tiempo, unido a que muchos países dependen de la importación de energía. El uso eficiente y sostenible de la energía es, por tanto, una necesidad urgente. Después de las áreas del transporte y generación de energía, el sector inmobiliario es el mayor consumidor. La calefacción, el aire acondicionado y la iluminación de edificios residenciales y de oficinas constituyen aproximadamente el 40% de la energía consumida en las naciones industrializadas.

Vivimos y trabajamos en un mundo cada vez más automatizado. Con edificios, viviendas e instalaciones que equipamos con aparatos que nos aportan comodidad, seguridad, sentido práctico, así como ahorro de energía y dinero. Es un mundo que cada vez será más difícil y costoso gestionar con instalaciones eléctricas tradicionales.

Los nuevos materiales y la utilización de tecnologías pioneras para el uso de energías renovables son importantes innovaciones en la construcción y tecnología de los edificios de los últimos años. La instalación eléctrica, el corazón del edificio, recoge un gran potencial en su fase de diseño, con un considerable aumento de la flexibilidad, seguridad, eficiencia energética y aumento del confort. Además, la automatización de edificios es una inversión inteligente, ya que gracias a ello, el edificio se puede mantener actualizado con el paso del tiempo realizando mínimas modificaciones.

Por eso, la pregunta es: ¿Por qué automatizar nuestros edificios? El elevado consumo energético derivado del mantenimiento de edificios supone un enorme gasto en nuestra sociedad. Superior incluso al gasto en transporte o al conjunto de necesidades energéticas de la industria. Una reducción significativa del mismo supondría un gran ahorro en el conjunto del consumo energético mundial.

La visualización de los datos importantes del funcionamiento del edificio y el procesamiento de mensajes de incidencias reducen significativamente los costos de gestión y mantenimiento del edificio. Pero esto no es todo, ya que en comparación con los edificios sin sistemas de control inteligente, el ahorro energético puede ser sorprendente:

• Hasta un 60% de la energía que se utiliza en el alumbrado eléctrico, a través de un control constante de la iluminación, detección de presencia y control de atenuación solar inteligente.

• Hasta un 25% de la energía de calefacción y un 45% de la energía del aire acondicionado a través de funciones tales como el control de habitación individual, la detección de presencia y la atenuación solar.

En muchas áreas de nuestra vida privada y laboral, nos enfrentamos diariamente con una tendencia creciente hacia la automatización sin casi darnos cuenta. La automatización de los edificios tiene como fin combinar entre sí las funciones específicas de los edificios y simplificar la puesta en práctica de las preferencias particulares de los clientes.

La finalidad de los sistemas de automatizacion de edificios es proporcionar al usuario una herramienta de gestión que facilite la supervisión y manejo de las instalaciones a lo largo de todo el ciclo de vida, manteniendo una optimización de los consumos energéticos y un compromiso con el confort.