Considerando los tiempos que acontecen, las tareas y desafíos no son menores para las asociaciones gremiales. Las entidades consultadas coinciden en que conceptos como competitividad, asociatividad e innovación, entre otros, se identifican con las actuales necesidades y requerimientos de sus representados, los que de alguna manera guiarán sus lineamientos durante los próximos años.
Como lo explica Juan Menchaca, Presidente de la Asociación de la Industria Eléctrica- Electrónica de Chile (AIE), “el principal rol de las asociaciones gremiales es representar al sector, por ende, como principio fundamental, deben responder a las inquietudes comunes que manifiesten sus asociados”.
Al respecto, Mónica Gazmuri, Gerente General de la Asociación Nacional de Empresas de Eficiencia Energética (ANESCO Chile A.G.), comenta que “el gremio debe estar atento a todas las variables que impactan en su desempeño. El mercado es ágil, la sociedad cambia y los avances tecnológicos hacen variar el modo de hacer las cosas. Por ello, se hace necesario estar atento y ser flexible para ir respondiendo a los nuevos desafíos”.
Mónica Gazmuri, ANESCO Chile.
Para la Asociación de Industriales de Antofagasta (AIA), “son la competitividad empresarial, la innovación, el capital humano, la responsabilidad social, los encadenamientos productivos y nuevos negocios, los temas centrales que impulsamos a través de la consolidación de la estrategia de cluster minero 2.0”, señala Marko Razmilic, Presidente de la entidad.
En general, las asociaciones gremiales deben difundir su quehacer, estrechar los vínculos de unión entre las empresas asociadas, representar a los asociados ante las entidades públicas, la comunidad y el mundo empresarial. “También deben mantener buenas relaciones con instituciones similares en otros países y generar acciones de responsabilidad social empresarial”, indica Mónica Reyne, Gerente de Desarrollo de la Asociación Gremial de Industriales del Plástico de Chile (ASIPLA A.G.).
No obstante, “las empresas deben tener claro que pertenecer a un gremio no es para ganar en una ‘cancha chica’. La idea es tener objetivos tales que logren mantener una industria en el largo plazo”, agrega Mónica Gazmuri.
Asociatividad y representatividad
Respecto a estos conceptos, hay expectativas similares entre las asociaciones. La mayoría esperan una buena representatividad frente a las autoridades y opinión pública, razón de ser de gran parte de las asociaciones gremiales, y que “estas representen a sus miembros frente a problemáticas que los afectan, influyendo, por ejemplo, en leyes, normas, impuestos y reglamentos que se pretendan modificar o dictar, o que actualmente existen y estén afectando negativamente el ámbito de operación de los asociados”, señala Juan Menchaca. En ese sentido, la AIE, que es eminentemente tecnológica, también busca motivar el emprendimiento, la innovación y el conocimiento, “creando oportunidades para nuestros asociados al difundir los fondos públicos existentes, los beneficios y las misiones empresariales, así como al permitirles relacionarse con el mundo científico y académico”, destaca su Presidente.
En el caso de la Asociación Chilena de Energía Solar (ACESOL), “las empresas socias esperan mantenerse informadas de primera fuente a través de la asociación, mientras que las compañías más pequeñas o que están empezando buscan además crear contactos e instancias para un mayor posicionamiento. En tanto, las menos esperan que, producto de su participación, puedan generar nuevos negocios”, comenta Verónica Munita, Gerente de ACESOL.
En tanto, para ASIPLA, “buscamos tener representatividad de la industria del plástico y asociatividad para concretar y dar impulso a nuestros intereses comunes”, comenta Mónica Reyne.
Próximos desafíos
Hay unanimidad en que el desafío en torno a las asociaciones gremiales es constante. Por lo general, el común denominador apunta a que los distintos gremios deben mantener la cohesión y velar porque la industria salga adelante ante cualquier externalidad que la pueda afectar.
“En nuestro caso, estamos atentos a lo que puede venir con una nueva ley de Eficiencia Energética que está proponiendo el Ministerio de Energía, lo cual supondrá desafíos a los que deberemos enfrentar y para los que debemos estar preparados”, comenta la ejecutiva de ANESCO.
En tanto, por parte de AIA, “los principales desafíos que enfrentamos están relacionados al escenario económico, ya que la desaceleración sin duda ha llevado a muchas compañías a tener una mayor prudencia en cuanto a las inversiones, lo que a su vez ha generado una reducción en los costos de producción”, detalla Razmilic.
Para ACESOL, “el principal desafío es lograr credibilidad y representatividad en toda la industria, de manera de convertirse en el principal punto de referencia sobre los temas que interesan a la industria, en este caso, la solar”, comenta Verónica Munita. En lo que respecta a la AIE, “el desafío es ampliar la base de asociados. El sector tecnológico de la oferta de servicios, soluciones, productos, equipos y formación técnica y profesional en nuestras especialidades, es muchas veces mayor que la cantidad de asociados que actualmente representamos. Debemos aumentar esta base y ser el referente, con opinión propia, frente a los desafíos de la industria tecnológica del país”, señala Juan Menchaca.
Otra tarea a futuro es la que guarda relación con las ganancias que se obtienen al pertenecer a una Asociación. “Creo que no se perciben bien los beneficios. Más aún, en la actual coyuntura económica, política y social, el afán diario por la subsistencia de las empresas más pequeñas y por cumplir las metas de las mayores, las hacen prescindir de actividades gremiales, cuyos efectos positivos se percibirán indirecta y normalmente a mediano o largo plazo”, expresa Menchaca.
Por ello, las asociaciones gremiales deben ser capaces de demostrar a las empresas que existen más beneficios que costos en las actividades asociativas y que pueden crear un modelo que fomente las oportunidades y represente la opinión del sector.
Relación con otros actores
Otra arista que las asociaciones han debido manejar los últimos años, es la percepción que tienen de ellas actores como el Gobierno u otras instituciones. Según las asociaciones consultadas, hay consenso en que están en un muy buen camino. “Somos bien percibidos, ya que a través de una asociación gremial la red de convocatoria se amplía, se mejora la efectividad y las comunicaciones transversales”, indica Reyne.
Otra opinión al respecto es la de Marko Razmilic, de AIA,quien señala que diversas instancias regionales y nacionales en las que han participado dan fe de las buenas y estrechas relaciones que tienen con otros actores del mercado. Ejemplo de ello es la reciente firma del Acuerdo de Producción Limpia (APL) del Barrio Industrial La Negra, en el que participaron la Intendencia Regional, la Municipalidad de Antofagasta, la Empresa Portuaria de Antofagasta, Inacesa, Rockwood Lithium y Altonorte”.
