Por María Luisa Lozano, Gerente General de Asgreen Ingeniería Sustentable.
María Luisa Lozano.
Ante el actual escenario que enfrenta nuestro país en materia energética, debemos contar con una matriz energética sólida, diversa y, a la vez, respetuosa del medioambiente y de la comunidad. Mucho se ha hecho y se está haciendo, ya por limpiar y diversificar la matriz energética, introduciendo nuevos actores de diversos tamaños y fomentando la incorporación de energías renovables no convencionales (ERNC) al suministro energético.
Sin embargo, mientras no desacoplemos la demanda de energía del crecimiento económico, es decir, mientras la demanda de energía crezca en igual medida que el país, nuestra competitividad como nación disminuirá, ya que una parte de los esfuerzos realizados en infraestructura y diversificación energética estarán, lamentablemente, destinados a cubrir ineficiencias y, por lo tanto, se perderán. En este sentido, preocuparse por incorporar Eficiencia Energética no solo es importante, sino fundamental y prioritario.
La Eficiencia Energética representa entonces por sí sola una innovación, ya que viene a alterar el orden en que se estaban haciendo las cosas hasta el momento y, más aun, lo hace de una forma positiva, puesto que busca introducir mejoras desde el punto de vista del uso y consumo de la energía, sin afectar la calidad de vida de las personas, ni de los productos o servicios generados.
Comprometerse con la Eficiencia Energética en forma concreta y efectiva, va más allá de cambiar un par de ampolletas o instalar variadores de frecuencia. El compromiso debe partir por mejorar la forma en que se trabaja, considerando el factor humano como el punto más importante para mejorar el desempeño energético, concretamente en la capacitación y el compromiso, junto con una buena gestión de la energía. En nuestra experiencia, hasta un 10% de los ahorros energéticos registrados corresponden a la implementación de medidas de baja o nula inversión, también conocidas como medidas blandas, que van desde algo tan simple como evitar cargas térmicas innecesarias en los equipos de frío, hasta modificaciones en los parámetros de los sistemas de control automático.
Innovando primero en la operación y luego en el equipamiento, es cómo podemos asegurar un uso eficiente de la energía en forma sostenida. En este ámbito, las empresas de Eficiencia Energética tenemos el desafío y, a la vez, el compromiso de entregar soluciones no solo eficientes desde el punto de vista del ahorro de energía, sino además prácticas que consideren todos los otros requerimientos del proceso productivo, así como las necesidades de mantenimiento y reinversión. Una solución no puede ser denominada como tal si su implementación y aplicación son tan complejas, que terminará siendo desechada a medio camino, por mucha energía que esté ahorrando.
La Eficiencia Energética es una herramienta valiosa y potente para mejorar la productividad. Nuestra invitación es a utilizarla en forma correcta, paso a paso, para asegurar que tanto los esfuerzos como las inversiones se mantengan enfocados en obtener los mejores y más duraderos resultados.
María Luisa Lozano fue parte del programa de charlas especializadas de ExpoEnergía 2015.