Fernando Allendes.

¿Cuál es el escenario actual de la energía geotérmica en Chile?
Estudios académicos estiman que nuestro territorio tendría un potencial técnico que podría encumbrarse hasta los 16.000 MW. Por otro lado, diversas instituciones estiman que al año 2030 podríamos tener entre 1.750 MW de potencia instalada, en un escenario conservador, y más de 5.000 MW, en un escenario optimista. Como ACHEGEO, pensamos que una meta de unos 2.000 MW instalados al año 2025 sería un buen aporte a nuestro país y creemos que es perfectamente alcanzable si todos hacemos lo correcto. Actualmente, cerca de veinte empresas, nacionales e internacionales, estamos trabajando activamente en desarrollar esta industria en Chile. Sin embargo, aunque se ha progresado significativamente, no se ha podido consolidar con la rapidez que quisiéramos.

¿Cuál es la principal barrera que impide avanzar más en este tema?
La obtención de las concesiones; principalmente, las de explotación. Luego, la relación costo/riesgo en la fase exploratoria y el acceso a los sistemas interconectados son también otras barreras que ha enfrentado la industria geotérmica. A lo anterior se suma la escasez de oferta de servicios especializados, particularmente de perforación profunda. Afortunadamente, estos obstáculos se están superando gracias a que la autoridad y la industria están colaborando activamente para removerlos con el fin de acelerar el desarrollo de la geotermia en Chile.

¿Los altos costos y riesgos de estos proyectos también actúan como un freno?
Si bien es cierto que los proyectos geotérmicos implican riesgos importantes, especialmente al inicio, las tecnologías están evolucionando y los costos disminuyendo. Por lo anterior, acelerar la entrega de las concesiones, poner en marcha instrumentos de mitigación de riesgos en la perforación geotérmica son, entre otros, elementos clave para producir el cambio. Hay que tener claro que la explotación de este recurso traerá energía de base, a precios competitivos y estables, seguridad de suministro, empleos (incluyendo ocupaciones más calificadas), innovación, desarrollo productivo, descentralización y protección del medioambiente. También cabe destacar que estudios internacionales muestran que la energía geotérmica tiene costos promedios nivelados similares a la eólica y a la biomasa, y menores que la solar, la nuclear y la derivada de centrales térmicas (a carbón o gas).

¿Qué incentivos son necesarios para que haya un mayor interés de los inversionistas?
Para nosotros, la instalación de un instrumento financiero que mitigue el riesgo en las fases exploratorias, como el denominado “seguro de perforación fallida”, es esencial para el despegue definitivo de la geotermia en Chile. Marcaría un antes y un después en el desarrollo de esta energía.

En relación a otros países de la Región, ¿cuál es el nivel de Chile en el desarrollo de esta energía? Chile tiene una posición privilegiada en cuanto a disponibilidad y calidad de recursos geotérmicos. Ocupamos una porción muy importante del llamado “Cinturón de Fuego” del Océano Pacífico, y eso nos otorga condiciones muy favorables. Ciertamente, la experiencia de otros países que ya están explotando energía geotérmica es de mucha utilidad para todo el planeta y, particularmente, para Chile. Países como EE.UU., Japón, Filipinas, Indonesia, Nueva Zelanda, México, El Salvador, por nombrar algunos, tienen mucho que colaborarnos en cuanto a aspectos de políticas públicas así como conocimientos científicos y técnicos. Afortunadamente, eso está ocurriendo, pues la comunidad geotérmica mundial es muy cooperadora.

¿Cómo ha avanzado la agenda con el Ministerio de Energía?
Bien, pero nosotros siempre quisiéramos ir más rápido. Hemos compartido ponencias y esperamos resultados prontamente.