La generación eólica es un proceso limpio -no requiere combustión- que no perjudica a la atmósfera, la fauna, la vegetación y no contamina el suelo ni las aguas, evitando así un incremento del efecto invernadero y el cambio climático. Para dimensionar su impacto, se estima que 10 molinos de viento generan energía para abastecer la demanda de 19.000 hogares en un año, mientras que solo uno de ellos evita la emisión de 6.375 toneladas de CO2 en el mismo período.

De los 2.278 MW renovables en operación en Chile al 30 de junio, la energía eólica representa el 39%, con 894 MW instalados. En los próximos meses, se sumarán otros 212 MW -actualmente en construcción- que ratificarán su lugar como la ERNC con mayor potencia instalada en el país, que en los últimos tres años ha crecido cerca de un 450%. Actualmente, existen 18 proyectos eólicos en operación, de los cuales uno se encuentra conectado al Sistema Eléctrico de Aysén (1,98 MW); otro, al Sistema Interconectado del Norte Grande (88,9 MW), y los 16 restantes al Sistema Interconectado Central (803,3 MW). A estos se suman algunas iniciativas que funcionan aisladas de la red, como Cabo Negro y El Toqui.

“Se ve un promisorio futuro para esta energía a partir de los planes de construcción y las iniciativas que entran mes a mes a evaluación y que consiguen sus permisos ambientales”, destaca Patricio Goyeneche, analista de la Unidad de Mercado del Centro Nacional de Innovación y Fomento de las Energías Sustentables (CIFES).

Los indicadores que mapean el potencial del viento en Chile dan cuenta que a lo largo de la costa, y también a grandes alturas, se encuentra el mayor potencial eólico del país, y que la mayoría se basa en vientos de Clase 3. En el informe “El Potencial Eólico, Solar e Hidroeléctrico de Arica a Chiloé”, del Ministerio de Energía, se estima un potencial eólico total cercano a los 40.500 MW, en proyectos con factor de planta promedio de 0,34. Esta cifra refleja el extenso espacio disponible para nuevas iniciativas eólicas en el país. Sin embargo, sostiene Stefan Fritz, Project Manager Energía y Medio Ambiente de CAMCHAL, estos datos deben ser analizados con cuidado, pues no todos los sitios con un buen potencial son aptos para proyectos. “De hecho, no es tan fácil encontrar un terreno que cuente con la mayoría de las variables necesarias para que un proyecto sea viable”, agrega. Por ejemplo, explica, en las zonas costeras donde están los mejores vientos, hay una mayor densidad de población, más resistencia a proyectos y muchas áreas protegidas.

De acuerdo a Carlos Finat, Director Ejecutivo de ACERA, toda la generación eólica en Chile se produce desde centrales de tipo “on-shore”, es decir, instaladas en tierra. “Por el momento, no se ha identificado potencial de generación de centrales instaladas en el mar (‘off-shore’), modalidad que está creciendo en otros países”, agrega.

En ese sentido, la tecnología que se utiliza en las iniciativas a nivel local podría ser calificada como estándar, variando particularmente en el tamaño del aerogenerador (desde 1,5 a 3 MW en proyectos grandes). Según Luis Valenzuela, de Sowitec Chile, las tecnologías aplicadas dependen mucho de la ubicación del proyecto. No obstante, acota, la aplicación de nuevas tecnologías se hace especialmente difícil, pero no por un tema técnico, sino que de financiamiento, pues la mayoría de los bancos no aprueban recursos para esos fines.

El equipamiento para el desarrollo de proyectos eólicos generalmente se fabrica en el extranjero y se importa al país. “Muchas de las grandes marcas del sector tienen representaciones en Chile y si bien existen iniciativas, como la del Grupo SAME que abrió una fábrica de palas en el país, lo cierto es que el mercado chileno es muy pequeño para que una empresa pueda fabricar a gran escala y a precios competitivos”, afirma Fritz.

En tanto, por el lado de los servicios, “se observa una tendencia gradual de empresas extranjeras que se instalan en Chile y de empresas nacionales que se posicionan como prestadoras de servicios para la generación eólica en las áreas de mantenimiento, operación, medición de recursos, etc.”, precisa Finat.

Fuente: CIFES, CDEC.

A nivel internacional, una de las principales tendencias en el desarrollo de turbinas es el creciente tamaño y potencia de las instalaciones en alta mar, la operación de velocidad variable, y el uso de generadores de transmisión directa, comenta Víctor Ballivián, Presidente de Cornelec. Estos desarrollos están asociados principalmente con la evaluación de recursos (mediciones de viento y modelado), normas y certificación, mejora de la eficiencia aerodinámica, reducción de costos (ingeniería de valor y desarrollo de componentes) y el desarrollo de la turbinas avanzadas, precisa.

“En un país como Chile, en donde las demandas por ERNC son cada vez más críticas, la generación eólica es un tema que, sin duda, se instalará cada vez más en el debate tanto público como empresarial. La industria debe ser capaz de adelantarse a esta situación y preparar el terreno para comercializar e implementar exitosamente estas tecnologías. Solo una adecuada normalización de estas materias permitirá a Chile mantenerse en el veloz carro del avance electrotécnico. Cualquier paso que queramos dar debe estar previamente sujeto a los más exigentes estándares internacionales”, sentencia.

Fuente: CIFES, SEA, CDEC, CNE.