Sergio Torres.

Personas conectadas con personas, personas conectadas con dispositivos y dispositivos conectados con dispositivos. Hoy el concepto es “Internet of Everything” (IoE) o “Internet de Todo” (IoT), una tendencia que de a poco va dejando de serlo para convertirse en una realidad, tanto en la vida cotidiana de las personas como dentro de las más diversas industrias, incluida la minería, principal sector productivo de nuestro país.

Estamos hablando de sensores inalámbricos de una planta de procesos, signos vitales desde un camión, pala o perforadora, cámaras, semáforos, camiones, sistemas industriales automatizados -como PLCs y robots-, sistemas de energía, relés, transformadores, llaves religadoras, medidores inteligentes, etc.

De hecho, hay estimaciones de mercado para 50 billones de cosas conectadas en Internet para el año 2020. Hoy no son más de 10.

Cuando el proveedor de comunicaciones se ve obligado a dar conectividad a una zona aislada intentará buscar el medio más adecuado. Ya en forma natural se habla de las redes IP como el medio de transporte más simple y versátil para cualquier empresa. En particular, en minería, las redes MESH (redes inalámbricas de alta capacidad) han permitido conectar en forma dinámica, permanente y segura los diferentes ámbitos productivos de una faena: el rajo, la planta de procesos, el barrio cívico, el dispatch, camiones y móviles al interior de la mina (rajo o subterránea), entre muchos otros. Esto responde a la premisa de “Minería Conectada”, bajo el alero del concepto IoT, que entrega visibilidad, control, gestión y, por lo tanto, aumento de productividad sobre lo que pasa al interior de un proceso minero.

En un ambiente laboral con condiciones complejas tales como la altura, humedad, polvo ambiental, vibraciones, condiciones climáticas extremas de frío y calor, nieve, los requerimientos son diferentes. Extender el ambiente de una oficina al interior de un túnel minero requiere comunicaciones de excelente nivel, aparatos inalámbricos resistentes, y soluciones versátiles y amigables, donde la disponibilidad, la continuidad operacional y la seguridad de personas y procesos son esenciales para los clientes.

En el caso de la minería, ha venido aumentando la incorporación de dispositivos móviles, de sensores al interior de una chancadora o de una planta de fundición, cámaras, camiones, palas, perforadoras, camionetas, etc.; lo que está permitiendo que exista la posibilidad de disponer de mucha información al interior de cada proceso productivo, condición que bien administrada, convierte esta data en gestión, productividad, disponibilidad, prevención y seguridad. Un claro ejemplo de esto es el proyecto que desarrollamos con minera Los Pelambres, que se transformó en una de las primeras empresas en el mundo en incorporar la colaboración de los teléfonos inteligentes como una herramienta de productividad para sus empleados dentro de un túnel o planta. Gracias a ciertas aplicaciones, herramientas tales como el correo electrónico y voz son posibles en lugares que no cuentan con cobertura 3G, incluso en alturas de 3.500 metros, donde se ubica el mencionado yacimiento.

La minería se encuentra en un momento de transición que tardó en arrancar, pero está cobrando un impulso enorme y ha estado evolucionando. Han sido años de debates en torno a la necesidad de mayor automatización en la minería, más seguridad tanto para las personas como para los procesos, además de las soluciones de TI y capacidades de movilidad. Sin embargo, las condiciones actuales de la industria con precios del cobre muy bajos, costos de energía altos, etc. aceleran más que nunca la necesidad de aumentar la productividad de procesos y personas, de hacer más con menos, y estamos convencidos de que la incorporación de tecnología de punta en comunicaciones para minería apoya estos grandes desafíos.

Estos cambios no van a suceder de la noche a la mañana, pero se instalarán y ejecutarán en el tiempo haciendo de nuestro país un líder mundial en aplicación de tecnología de comunicaciones, de información y operación (IT y OT) a la minería del cobre, aplicable a cualquier otra industria de similares realidades.