Daniel Salazar.
¿En qué situación se encuentra actualmente el SING?
En términos de capacidad de generación, el sistema normalizó hace bastante tiempo el balance oferta-demanda, por lo que cuenta con recursos de generación que permiten abastecer de buena forma los requerimientos de demanda. Esperamos que el futuro sea aún más auspicioso, gracias a los proyectos en construcción. Estos, que incluyen proyectos termoeléctricos y de ERNC, significan que a principios de 2017, el sistema tendrá del orden de 1.300 MW adicionales a lo que hoy día tiene. Para 2016, la demanda del sistema debería ser de unos 2.300 MW, por lo que considerando el mencionado aumento, la capacidad de generación en construcción supera el 50% de la demanda actual del SING. Entonces, en capacidad instalada, no hay situaciones complejas que proyectar.
¿Y en transmisión?
En términos de la infraestructura actual, no hay “cuellos de botella” específicos, pero sí trabajando fuertemente para estandarizar las instalaciones, para normalizar algún equipamiento que pueda tener alguna obsolescencia. Recordemos que el sistema de transmisión mayoritariamente pertenece a empresas generadoras y mineras, cuyo core business no es el desarrollo y gestión de dicha infraestructura. De alguna manera, ese hecho nos ha llevado a poner mayor energía y atención en los estándares de mantenimiento, operación, control y despeje de fallas, por lo tanto, estamos impulsando nuevas inversiones, especialmente en sistemas de control y de protecciones. Afortunadamente, las compañías involucradas están comprometidas en mejorar y normalizar sus instalaciones.
¿Cuáles son los principales desafíos de la interconexión SING-SIC?
Son varios. La interconexión es un proyecto- país que aportará varios beneficios en términos de integración, haciendo más atractivo el mercado eléctrico nacional para nuevos oferentes. Además, impactará positivamente en la seguridad de todo el sistema, mejorando nuestras capacidades de redundancia, al permitir compartir recursos e infraestructura. Por lo tanto, es un proyecto que convoca a toda la industria.
Ahora bien, como coordinadores de la operación del SING, la interconexión con el SIC nos presenta un desafío adicional: la formación de un nuevo organismo coordinador. Al interconectarse ambos sistemas, se formará un nuevo coordinador, lo que será materia de una reforma legal (que conoceremos dentro del próximo mes), la que nos lleva a concurrir y colaborar para crear esa nueva entidad. Después de todo, ese nuevo operador presentará muchas diferencias con los entes existentes, como gobierno corporativo, esquema de financiamiento, facultades, personalidad jurídica… Es más ambicioso. Es más que la suma de las partes, como dijo el ministro Pacheco.
¿Qué desafíos técnicos presenta la interconexión?
Hay mucho trabajo que realizar en la integración de las plataformas tecnológicas, y en un organismo como este, eso pasa por ejemplo, por la integración de los SCADA, los sistemas de información, ámbito en el que hemos avanzado en importantes iniciativas, contando actualmente con un buen soporte tecnológico. Entonces, hay mucho trabajo que realizar en las plataformas tecnológicas existentes, y en las que queremos incorporar en los próximos años.
Además, en este campo, tenemos proyectos que están muy avanzados y que deberían madurar durante el próximo año, si no lo hacen antes. A modo de ejemplo, mencionaré el proyecto de control automático de generación, que podría iniciar su marcha blanca a fines de 2016, y bajo el concepto de “Smart Grid”, la red de sincrofasores que nos permite monitorear dinámicamente el sistema y tener mediciones con una alta resolución. Este último es una iniciativa que queremos que se proyecte en el tiempo como la plataforma base del nuevo organismo coordinador.
Otro ejemplo de nuestro trabajo en el ámbito de los sistemas de información es el sistema centralizado de medidas, que estrenamos durante el primer trimestre de este año. Consiste en una plataforma propia, de lectura y adquisición remota de todos los equipos de medición que definen los pagos y las transferencias entre los agentes que participan en el SING.
¿Cómo ha resultado la inserción de ERNC al SING?
Creo que al principio, habían demasiados mitos respecto a los efectos que podían generar las ERNC en los sistemas interconectados. En este sentido, desde 2012, hemos desarrollado proyectos que desmitifican los niveles de inserción de estas fuentes de energía que puede incorporar un sistema eléctrico como el nuestro. Nuestro estudio de marzo de este año, muestra que el SING podría incorporar volúmenes relevantes de ERNC (más de 1.000 MW) hacia 2017. Por lo tanto, hay una evolución que nos permite estar más optimistas sobre la inserción de ERNC. En este sentido, el SING seguirá siendo un sistema con una importante base termoeléctrica, pero que estará mucho más combinado con estas energías, especialmente con la solar, dadas las características favorables para la generación de este tipo en el Norte del país. De ahí surge la necesidad de tener mejores esquemas y herramientas de control.
¿Cómo las ERNC están cambiando la gestión de los sistemas eléctricos?
En una perspectiva de largo plazo, la integración de renovables se desarrollará en un concepto más descentralizado, lo que hará necesaria la jerarquía operacional. Hoy en día, pensamos el sistema de manera muy centralizada, con un organismo coordinador que controla todo. Creo que esa mirada no resiste mucho tiempo más, por el tamaño del sistema, la cantidad de información a manejar, el equipamiento disponible, etc. Las redes se irán complejizando y descentralizando, y eso demandará cada vez más tecnología. Advierto que el nuevo coordinador (que se creará tras la interconexión SINGSIC) deberá funcionar con estamentos de distinto nivel jerárquico, que administrarán zonas específicas, con una interacción mucho más fuerte con las compañías distribuidoras, que también tendrán que abrirse y adaptarse a esta nueva realidad.
¿Qué rol juega la opinión pública, considerando la oposición que presenta a varios proyectos de generación tradicional?
Creo que ahí está el punto de quiebre de todo lo que queda por venir. Todavía no está despejado el camino para el desarrollo de proyectos de generación en un abanico amplio de opciones tecnológicas. Si bien las ERNC gozan de una buena percepción pública, también es cierto que necesitan ir acompañadas de otros tipos de desarrollo de base, como los hidroeléctricos, y ahí no está muy claro el camino que sigue el país.