Antonio Gaete, Evolux; Mario Betancourt, CIECH; Mónica Brevis, Inacap; Tomás Urtubia, Redacom; Javier Hernández, SEC; Marcelo Vergara, Intrónica; Rodolfo García, AIE.

Al crecer la economía de un país, su industria productiva generalmente aumenta de tamaño, y mientras algunas empresas crecen en tamaño y alcance, otras nacen o se consolidan dentro del mercado. En este sentido, el reciente crecimiento de nuestra industria -basada principalmente en la extracción de recursos naturales-, se refleja en una mayor demanda de profesionales y técnicos de aquellas carreras vinculadas a las tecnologías industriales, como lo son Electricidad, Electrónica y Automatización Industrial. Al respecto, Mónica Brevis, Directora Area Electricidad y Electrónica de Inacap y Presidenta del Comité Eléctrico de AIE, confirmó el aumento en las postulaciones a estas carreras en los últimos años. “Creemos que a diferencia de otras carreras, estas no se van a saturar, por lo que los estudiantes podrán encontrar trabajo al egresar de sus estudios”, explica la académica, agregando que “esto se debe, en parte, a que el equipamiento para implementar estas carreras es de un costo elevado, por lo que la oferta es menor a la que se encuentra en otras disciplinas que no requieren de tanto equipamiento para impartirse”.

Sin embargo, para los miembros del Comité, una de las mayores preocupaciones es la falta de competencias fuera del ámbito técnico, como las llamadas “habilidades blandas” y otras más relacionadas al comportamiento profesional. “Algunas universidades han eliminado en ciertas carreras ramos formativos, como Ética, que imparten valores necesarios en un egresado”, afirmó Marcelo Vergara, Subgerente Departamento de Ventas de Intrónica y Vicepresidente del Comité. A juicio del profesional, el empresariado está muy disociado de la universidad. “En nuestro país, hay una baja inversión en Investigación y Desarrollo, porque la conversación que debe existir entre empresas y universidades no está fluyendo. La comunicación entre ambos estamentos es deficiente y no hay una visión a largo plazo”, sentenció. Por su parte, Tomás Urtubia, Gerente de Proyectos de Redacom y Encargado de Comunicaciones del Comité, sugirió impulsar más instancias de voluntariado para que los estudiantes puedan ayudar en las situaciones mencionadas. “Hay que recordar que ser voluntario es bien valorado por los programas extranjeros de educación continua y de becas”, agregó.

Al salir de la carrera y enfrentarse al mundo “real” por primera vez, muchos jóvenes no saben por qué camino continuar su vida laboral. Al respecto, Mario Betancourt, Coordinador del CIECH, sostuvo que “muchos alumnos no tienen una medición anterior que les permita determinar qué pueden hacer con los conocimientos que obtuvieron con su educación”.

En este sentido, Javier Hernández, de la SEC, comentó que “las instituciones de educación superior no pueden preparar al estudiante para todas las distintas posibilidades laborales que ofrecen estas carreras, pero sí entregar los conocimientos mínimos que le permitan especializarse en cierto ámbito y que vaya en concordancia a lo que está ofreciendo el mercado”.

De igual modo, el profesional recalcó la importancia de actualizar las mallas curriculares. “Las tecnologías van avanzando, por lo que se requiere que las diferentes escuelas vayan modificando sus mallas curriculares para mantenerse al día con los nuevos adelantos”, acota.

Sobre este tema, Mónica Brevis explicó que en Inacap los alumnos se preparan para titularse con al menos cuatro competencias. “Estas están señaladas en el perfil de egreso y los preparamos con asignaturas teóricas y prácticas. También es cierto que cuando entran al mundo laboral, hay muchas opciones, por lo que cada uno se forja su carrera”, señaló, repitiendo el llamado a los profesionales a continuar especializándose por medio de estudios de postgrado.

Por su parte, Urtubia llamó a las instituciones de educación superior a inculcar a sus alumnos el interés por continuar la formación tras su titulación. “Hoy en día, no sirve el título (y las competencias que él representa) por sí solo, pues es necesario complementarlo con otras habilidades, como un segundo idioma”. Sobre la creación de las mallas curriculares, la académica explicó que estas están cambiando constantemente, dados los rápidos avances de la tecnología, y que para construir el perfil profesional del egresado, se hace un levantamiento de los requerimientos de diferentes empresas para determinar qué conocimientos y capacidades necesitan los estudiantes para desempeñarse en este campo. “El mundo del trabajo es de suma importancia en este aspecto, porque si empleamos un perfil de egreso que no refleja sus necesidades, será un fracaso. Por esto, reunimos a profesionales en el tema para ayudarnos a actualizar la malla y las cualidades blandas que requieren los egresados. En este sentido, nuestras mallas consideran actualmente competencias ‘genéricas’ (que no son exclusivas a las disciplinas tecnológicas), como manejo de TICs, comunicación oral y escrita, pensamiento crítico y creativo, etc.”, sostuvo.