La experiencia y el avance de la tecnología han permitido mejoras significativas en las medidas de seguridad a la hora de ejecutar trabajos eléctricos. Normas internacionales como la NFPA 70E y la Occupational Health and Safety Act (OHSA), ambas de Estados Unidos, y la EN50110, de Europa, son las más seguidas por la industria en Chile, mientras que en lo referido a Elementos de Protección Personal (EPP), se rige por las normas ANSI, ASTM o CEI.
A juicio de muchos, la electricidad siempre representa un alto riesgo para quienes trabajan con ella, pues incluso un accidente en baja tensión puede ser mortal. Así lo asegura Orlando Piñones, Jefe Especialidades de Electricidad y Electrónica del Liceo Industrial Chileno- Alemán, de la Corporación Educacional ASIMET, parte del Comité Eléctrico de AIE. “Según estadísticas recogidas en las empresas adheridas a la ACHS, en el país, sobre el 17% de los accidentes de origen eléctrico se clasifica como grave y entre un 5% y 9% es considerado grave y fatal. A diferencia de otras clases de riesgos, los eléctricos son transversales a cualquier actividad e incluso en los hogares”, agrega el experto.
De acuerdo a investigaciones realizadas por organismos especializados en Seguridad y Sa l u d Ocupacional, prosigue Piñones, más del 75% de los accidentes del trabajo en la industria eléctrica se produce por causas de ignorancia, imprudencia, desconocimiento, falta de preparación, negligencia, problema de seguridad técnica y personal insuficiente. En este sentido, “muchas personas desconocen que existe tensión donde la hay; no están interiorizados de las características de la instalación en la que trabajan; emplean herramientas no aisladas, y realizan maniobras incorrectas”, puntualiza.
Tipos de accidente
De acuerdo a los especialistas, los principales accidentes eléctricos son provocados por contacto directo (choque eléctrico) o indirecto (arcos eléctricos) de personas con partes activas de los materiales y equipos, “considerando partes activas de los conductores bajo tensión en servicio normal”, sostiene Luis López, Prevencionista de Riesgo de CLAS Ingeniería Eléctrica S.A.
“Muchos de estos accidentes ocurren principalmente durante el mantenimiento de un switchgear a causa de errores humanos, fallos mecánicos y/o problemas ambientales. Por ejemplo, al dejar caer herramientas sobre elementos energizados, a fallas en el aislamiento, a la presencia de polvo y humedad”, explica Juan Pablo Cabañas, Local Group Leader Sales - MV Switchgear de ABB en Chile. Sin embargo, añade, el mayor riego expuesto a los trabajadores es durante la operación manual de los equipos, como es el caso de maniobra de inserción o extracción de un equipo o causadas por las operaciones realizadas en un interruptor bajo corto circuito, donde existe un riesgo potencial de generar un arco eléctrico.
El choque eléctrico se produce cuando se está en contacto en corriente continua con el conductor con polaridad positiva (+) y el conductor con polaridad negativa (-) o cuando está en contacto en corriente alterna con el conductor fase y el conductor neutro, en ambos casos con piso aislante. También cuando una persona está en contacto directo con la fase o conductor energizado, haciendo tierra a través de su cuerpo con un piso conductor, o cuando existe una falla de aislación en los equipos eléctricos, máquinas o en electrodomésticos que se encuentran bajo tensión o energizados.
En este caso, las lesiones van desde quemaduras y fracturas por el golpe de corriente, hasta lo que conocemos como electrocución, cuando hay muerte de la persona que entró en contacto con la electricidad. “El nivel del daño sufrido dependerá de la cantidad de corriente eléctrica, del tiempo que esta se mantenga en el cuerpo y del camino que siga internamente. Por ejemplo, con 1mA se siente un cosquilleo; entre 6 y 30 mA se siente dolor y se pierde el control de los músculos, lo que puede provocar un agarre involuntario de las manos a la fuente que tocaron y dificultar alejarse de ella; desde los 50mA, ya es posible la muerte por paro cardiorrespiratorio”, comenta María José Contreras, Gerente Environment, Health & Safety de Eaton.
En tanto, el arco eléctrico consiste en una descarga violenta de energía térmica que nace de una fuente de energía eléctrica expuesta como resultado de un cortocircuito que se transporta por el aire. Ocurre cuando una corriente eléctrica pasa a través del aire entre conductores que no están a tierra, o entre conductores aterrizados y no aterrizados. “Visualmente, es como una bola de fuego fugaz, que puede causar desde quemaduras de tercer grado hasta la muerte a una distancia de tres metros, producto de la energía por radiación y la proyección de piezas del equipo eléctrico, dado que la temperatura de un arco eléctrico puede llegar a los 19.500 grados Celsius; estos accidentes son analizados cuando se trabaja sobre 220 V nominal”, precisa Contreras.
Según José Luis González, Ingeniero en Electricidad, experto en Prevención de Riesgos y Medio Ambiente y Profesor de UFEL-Grupo Comulsa, el 80% de los accidentes eléctricos en la Industria y Minería se produce por arco eléctrico, mientras que un 20% se atribuye por la circulación de corriente con la electrocución.
¿Más conciencia?
La gran mayoría de los accidentes eléctricos podrían evitarse “de existir una cultura de protección personal y una conciencia respecto a las condiciones seguras que debe tener un entorno de trabajo sometido a estos tipos de riesgo”, expresa Piñones.
En ese sentido, ¿existe una mayor conciencia por de parte de los trabajadores del sector industrial de los peligros inherentes al trabajo con electricidad? “Afortunadamente, sí. A estas alturas, la industria cuenta con múltiples casos conocidos y documentados sobre las consecuencias de exponerse a estos peligros, lo que incluye casos de personas con amplia experiencia en el rubro, pero que por un descuido pequeño han perdido la vida”, señala Contreras.
Por su parte, López constata que el número de accidentes debido a la corriente eléctrica han disminuido en los últimos años debido a la aplicación de modernas normas de seguridad en los proyectos. Sin embargo, advierte, los peligros no están descartados, especialmente si los usuarios no cuentan con conocimientos técnicos.
Una opinión similar tiene González: “Los trabajadores en Chile creen que solo están expuestos al choque eléctrico, y desconocen los riesgos y daños producidos por el arco eléctrico. Tampoco se encuentran capacitados en estas materias y las empresas generalmente no cuentan con estudios de arco para sus instalaciones”.
Cómo disminuir los riesgos
Los riesgos pueden reducirse aplicando medidas de control, según estándares internacionales y prácticas recomendadas por la norma NFPA 70E, y la selección de EPP adecuado, según la categoría de riesgos definida, afirma González. En tanto, Cabañas sugiere prestar atención a cuatro elementos:
Distancia: Mantener una distancia de seguridad entre el personal y el equipo durante operaciones críticas proporciona el medio más eficaz de evitar lesiones.
Tiempo: Reducción del tiempo para despejar las condiciones de falla de arco eléctrico, tiene un alto impacto en la reducción de la energía liberada y el consiguiente daño y lesión.
Condición: Conocer y mejorar el estado de los equipos es un factor clave en la reducción de la probabilidad de fallas, daños y lesiones.
Entrenamiento: Un adecuado entrenamiento al personal es esencial para una operación segura de los equipamientos.