Como sabemos, el consumo eléctrico se mide por medio de un cálculo entre voltaje y corriente integrados en una base de tiempo. Por lo tanto, para hacer esta medición es necesario conectar sensores para ambas variables. No obstante, desde hace varios años, la medición de corriente se ha vuelto muy sencilla y segura, gracias a la implementación de sondas de corriente que pueden medir con tan solo abrazar el conductor por sobre el aislamiento. Sin embargo, para medir tensión, aún es necesario hacer la conexión de estos sensores en los terminales metálicos.

Esto, sin lugar a dudas, es actualmente el punto más engorroso y riesgoso del procedimiento de conexión para medición de potencia, ya que requiere acceder al gabinete para conectar las pinzas de voltaje directamente en los terminales metálicos y, en consecuencia, expone al usuario a accidentes graves producto de electrocuciones. Como los terminales se encuentran generalmente bastante juntos entre sí, también existe riesgo de provocar caídas en la red por cortocircuitos.

La buena noticia es que recientemente se ha desarrollado un nuevo método de medición de potencia que no requiere contacto metálico, usando sensores de tensión que, al igual que las sondas de corriente, pueden medir en cualquier parte del conductor y por sobre el aislamiento. Este nuevo método de medición hace del procedimiento de conexión de los sensores algo mucho más amigable y seguro tanto para el usuario, así como también para el sistema.

Además, la posibilidad de medir tensión por sobre el aislamiento implica un significativo aumento de los posibles puntos para realizar las conexiones, permitiéndonos hacer la conexión en cualquier punto del conductor, incluso sin necesidad de abrir el panel.

Para conseguir medir tensión sin contacto metálico, se desarrolló un sensor que posee un electrodo integrado. Al acoplar este sensor al conductor bajo prueba, se produce una diferencia de potencial entre el electrodo y el conductor y, en consecuencia, comienza a fluir una corriente baja entre estos dos elementos, producto del acoplamiento capacitivo y de la inducción electrostática.

Esta corriente instantánea que se produce entre el conductor y el electrodo no varía solo con la magnitud de la diferencia de potencial, sino también según la distancia entre los dos elementos. Por lo tanto, no basta con hacer una relación directa entre la corriente y la tensión de la línea bajo prueba. Para solventar este problema, el sensor cuenta además con un generador de tensión que se encarga de aumentar el voltaje en el electrodo hasta que la corriente instantánea es igual a cero, lo que significa que ya no hay diferencia de potencial y que el voltaje generado es equivalente al voltaje de la línea bajo prueba.

Es así como ahora es posible medir tensión y, por lo tanto, también demanda, sin necesidad de hacer ningún contacto metálico y sin exponer al usuario a ningún riesgo de esta naturaleza. Como mencionamos anteriormente, el desarrollo de este equipo implicó integrar un medidor de corrientes bajas de alta precisión y un generador de voltaje por cada canal, todo en un equipo portátil y compacto.