Víctor Ballivian.

Siguiendo la Agenda de Energía anunciada en 2014, el Ministerio de Energía realizará el primer concurso para el recambio de alumbrado público en comunas del país por luminaria eficiente con tecnología LED. Así comienza este plan de recambio de 200.000 luminarias a lo largo de todo Chile, por medio de cuatro licitaciones de 50.000 luminarias anuales. El primero de estos concursos públicos, que involucrará a 14 comunas, se llevará a cabo en el mes de abril.

Al ser este tipo de licitaciones una novedad para esta cartera y para la Agencia Chilena de Eficiencia Energética (que está liderando este proceso), se espera que haya cambios sustanciales en los procedimientos del concurso, por lo que este ministerio efectuó en marzo una primera licitación piloto en la localidad de San Clemente, donde se reemplazarán 2.104 luminarias por nuevos dispositivos LED con telegestión, a modo de definir y resolver eventuales dificultades en el desarrollo de este proceso.

Dentro de los gastos de cualquier comuna chilena, un ítem muy importante es el consumo eléctrico del alumbrado público. Ahora bien, una municipalidad puede elegir entre dos contratos con una distribuidora eléctrica, ya sea por energía consumida (en la que un medidor mide el consumo de este sistemas), o por potencia (la modalidad elegida por la gran mayoría de los municipios del país), en el que se calcula la energía que debería consumir la totalidad de las luminarias (aunque algunas de estas no enciendan por fallas, etc.).

Entonces, cuando se decide instalar luminarias más eficientes, los municipios deben recalcular sus necesidades de energía y, en base a ese cálculo, renegociar la tarifa de potencia con la distribuidora. No obstante, muchas comunas (especialmente las más pobres) no cuentan con el personal idóneo para realizar la tarea de especificación, por lo que varias terminan instalando la tecnología que está disponible en el mercado o de moda, con asesorías que no necesariamente tienen un denominador común.

En este sentido, esta licitación pública también apunta a estandarizar las especificaciones técnicas de estos sistemas, ya que, como mencionamos, cuando los municipios salen a comprar su alumbrado público, cada uno opta por lo que cree es la mejor alternativa para satisfacer sus requerimientos.

Al ser la primera vez que se realiza esta licitación de manera centralizada, se generó un documento de especificaciones técnicas, el que fue revisado por Cornelec, como representante de IEC en Chile, y en general de la industria, para garantizar que los requerimientos exigidos desde el punto de vista tecnológicos, fuesen correctos y factibles de demandar. En este aspecto, las municipalidades -acostumbradas a elegir luminarias por potencia y precio- deben entender hoy que, al definir una luminaria para sus calles y parques, tienen que tomar en consideración muchos más factores (como temperatura de color, protección, fotometría, entre otros), que las especificaciones incluyen para determinar lo que realmente se quiere. Es decir, no solo es necesario evaluar el estado del arte de la tecnología de la iluminación, sino también los estándares mínimos para cada aplicación en la vía pública.

Una incógnita significativa que este concurso piloto viene a despejar es el número de actores dispuestos a participar en estas licitaciones. En otras palabras, el proceso que se llevó a cabo en San Clemente permitirá conocer qué empresas proveedoras pueden cumplir con los nuevos requerimientos técnicos y financieros (pues, al tratarse de proyectos con financiamiento estatal -total o parcial- son mucho más exigentes) y con qué dificultades van a encontrarse. De hecho, en el sitio web Mercado Público lanzaron a comienzos de este año una serie de consultas para diagnosticar las capacidades de la industria.

En el desarrollo de esta iniciativa, han ido apareciendo diversas interrogantes, propias de la evolución del sistema. Un ejemplo es el financiamiento de este recambio de luminarias: el Estado se dio cuenta que la demanda por luminarias eficientes, es muy superior a las 200.000 estipuladas en un principio, por lo que está proponiendo cambiar el esquema de financiamiento por uno donde el Estado cubra, al menos, el 50% del proyecto y la comuna, el porcentaje restante (que debe calcularse según los ahorros de energía que se lograrían con el recambio).

No obstante, esta fórmula de financiamiento no le resultaría atractiva a todos los oferentes, pues no todos los municipios tienen un historial inmaculado en lo que se refiere a los pagos a sus proveedores. Sin embargo, tanto el Ministerio como la AChEE han dado señales de que las municipalidades solo participarían como financistas, y que las garantías las seguiría entregando el Estado.

A medida que se desarrollen estos procesos de licitaciones, podremos descubrir que no todos los reemplazos serán por tecnología LED. En varias áreas, ya existen luminarias no muy antiguas, con tecnologías modernas y eficientes, y cuyo reemplazo por lámparas LED no es económicamente viable. Por lo tanto, se reemplazarán, en una primera etapa, por luminarias más nuevas, pero de la misma tecnología, pero que incluirían balastos de doble nivel de potencia, de manera de hacer más eficientes las tecnologías “tradicionales” (como haluro metálico).

En todo caso, es innegable que el Ministerio se ha preocupado que esta nueva modalidad de adquisición de luminarias públicas sea muy transparente para todos los actores involucrados, tanto por el modo de financiamiento como por los estándares técnicos utilizados. Esto ha incentivado a las grandes compañías del sector a volver a interesarse en un mercado que habían abandonado.