José Rodríguez.

Viendo su rol, ¿cuál es su opinión de la educación ingenieril en Chile?
Las universidades en Chile tienen una muy buena formación en el área de Ingeniería, principalmente en lo relacionado a temas técnicos que son fundamentales para esta especialidad. Esto hace que los estudiantes chilenos tengan una formación base bastante positiva, lo que les permite trabajar a nivel local o internacional, obteniendo buenos resultados profesionales.

Debido a la naturaleza de esta profesión, muchos estudiantes recién egresados logran desempeñarse en empresas multinacionales o deciden perfeccionarse en el extranjero, donde son bien catalogados por las capacidades y conocimientos con los que cuentan. Esto refleja que en Chile la educación universitaria es bastante buena.

¿Existen desafíos a futuro?
Obviamente que con los cambios que ha experimentado Chile y el mundo, siempre se está esperando mucho más de los ingenieros. Esto quiere decir que hoy no basta con dominar competencias técnicas, sino que también es necesario tener un amplio dominio de las capacidades blandas. Estamos haciendo referencia a aspectos como dominio de idiomas, herramientas para la gestión de personal, capacidades para trabajo en equipo, negociación, liderazgo y comunicación efectiva, por nombrar algunos ejemplos. Esto es muy importante, ya que muchos de estos requisitos nos han sido transmitidos por las propias empresas e industrias con las que tenemos contacto.

Algunos actores dicen que ya no basta saber inglés…
Un dato interesante es que ahora el inglés es muy importante, pero hemos visto cómo el crecimiento de la economía china ha hecho que lentamente también se busquen profesionales con el dominio de este idioma, pues nuestro país realiza muchos negocios con Asia. Esto significa que las generaciones futuras de ingenieros tal vez deban dominar más de un idioma para desenvolverse en esta especialidad.

Por cierto que el ingeniero debe dominar herramientas relacionadas con la sociedad y con el emplazamiento de un proyecto. Antiguamente no había problemas para construir una planta, central hidroeléctrica o yacimiento minero, ya que no se consideraba en gran medida el impacto ambiental o el relacionamiento con las comunidades. Hoy tenemos otros códigos y herramientas que hacen que pese a que una idea sea rentable o positiva para el país, sea necesario considerar estos aspectos. La Ingeniería actual es mucho más que números.

También está el desafío de las comunidades y la sustentabilidad…
Las comunidades locales hoy tienen la potestad para detener un proyecto, por lo que el ingeniero actual debe adecuarse a estas realidades. Esto forma parte de las competencias que debería tener el profesional.

En el pasado no supimos escuchar y analizar las inquietudes de las comunidades frente a un proyecto; esto generó un escenario de oposición bastante fuerte. A lo mejor, las empresas tampoco supieron cómo hacer frente a este empoderamiento social que afecta el desarrollo de nuestro país y economía. Es por ello que necesitamos una normativa clara, participativa y respetada.

¿Cuál es su opinión de la relación Academia/ Industria?
La relación Empresa/Academia no ha sido fácil. De hecho, es un poco lenta. Esto es muy malo, porque las universidades son aliadas en la innovación de las empresas, ya que si ellos desean mejorar su producción, pueden utilizar conocimiento y capital humano nacional para encontrar una solución. Por eso esta relación es importante, pues muchas compañías nacionales no están dispuestas a probar una metodología o nueva tecnología, sino que, por el contrario, prefieren soluciones que ya han sido implementadas. Esto, obviamente, es una barrera para el I+D chileno.

Lo bueno es que este escenario ha ido cambiando. Hoy las empresas y las industrias están dispuestas a innovar en sus procesos de producción. Saben que esto es fundamental para ser competitivos en un mercado tan exigente como el actual. De hecho, encontramos gerentes de innovación, lo que es una buena señal. Sin embargo, mientras no potenciemos la relación Academia/ Industria no sirve de mucho. Además, necesitamos un tercer actor, el Estado, que a través de diversas instancias (como CORFO) entregue recursos significativos que permitan elaborar y desarrollar soluciones locales.

¿Qué llamado hace a los estudiantes que piensan estudiar Ingeniería?
El principal llamado es a las mujeres que están en el colegio. Por años se creyó que la Ingeniería era una carrera de hombres, pero eso ahora ha cambiado. Las mujeres son necesarias para esta disciplina, pues han demostrado tener las capacidades para trabajar en esta área.

La Ingeniería es una carrera netamente vigente. Los grandes desafíos que enfrenta actualmente la humanidad, como transporte, energía y medioambiente, pueden ser resueltos por distintas especialidades de esta rama del conocimiento. Esto hace que la ingeniería cambie nuestros estilos de vida.