David Alchao

En mayo del año pasado, el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad aprobó por unanimidad la norma que regula las emisiones de las fundiciones mineras apuntando a reducir la contaminación de dióxido de azufre en un 53% y de arsénico en un 37%. De hecho, para el 12 de diciembre de este año, las fundiciones deben tener instalado al menos un sistema de monitoreo de análisis.

Hasta el momento, la regulación pide medir solamente CO2 y oxígeno, pero a futuro es evidente que se requerirán mayores datos, por lo que es importante estar preparado y contar con equipos multivariables en tema de gases. Actualmente en el mercado, hay equipos capaces de medir hasta 20 componentes en línea. Al respecto, es importante siempre ir más allá de la exigencia de la autoridad y mirar, por ejemplo, a países europeos, donde existe experiencia de más de diez años en este tipo de reglamentación y cuentan con las tecnologías y casos de éxito.

Para garantizar un correcto funcionamiento de este equipamiento, se requiere una inspección visual de los componentes de una vez por semana para verificar que no haya deterioros; una calibración una vez al año con equipos de gases patrones; y cada dos años, aproximadamente, un cambio de consumibles del sistema (filtros, membranas, etc.).

Las revisiones visuales y la calibración la pueden hacer los mismos operarios previa capacitación por parte del fabricante del equipo, pero el cambio de consumibles es recomendable que lo haga personal especializado.

Tanto el análisis de líquidos, principalmente aplicado a la industria de alimentos y farmacéutica, como el de gases, que se refiere a todos los procesos que emiten material contaminante al aire, tales como fundiciones y plantas generadoras de electricidad, son de suma importancia para el cuidado del medioambiente y la salud de las comunidades aledañas a estas fábricas.