Desde tiempos inmemoriales, el Sol ha sido una fuente de energía vital para la humanidad, y hace cientos de años comenzaron los primeros intentos por capturarla y reutilizarla en diversos procesos productivos. Con el avance de la tecnología, la energía solar (en sus diversas formas) ya no es una promesa, sino que representa una oportunidad real para diversificar la matriz energética del país.

Al respecto, Juan Pablo Oyanedel, Gerente General de Punto Solar y socio de ANESCO CHILE A.G., sostiene que la energía solar en nuestro país es un mercado en pleno desarrollo con un potencial tremendo. “Si bien es un mercado inmaduro, se están presentando todas las condiciones necesarias para que las energías renovables sean una solución real a corto plazo. Hoy nos encontramos con una serie de factores que, a mi entender, son claves para el desarrollo del mercado, como el incremento en los costos marginales de energía, la disminución del precio de la tecnología y el aumento en el valor de los combustibles”, agrega.

Al respecto, Carlos Finat, Director Ejecutivo de ACERA, se refiere a un estudio recientemente publicado por el Ministerio de Energía que dimensionó el potencial de fuentes eólicas, solares e hidroeléctricas, que concluye que el potencial de generación mediante energía solar supera los 1.800.000 MW. “Es decir, 100 veces superior al total de capacidad de generación instalada actualmente en el SIC y SING. Por lo anterior, esperamos un rol muy importante de las energías solares dentro de las diferentes ERNC”, afirma.

De hecho, cifras presentadas por Fernando Hentzschel, Gerente Técnico del Centro de Energías Renovables (CER), parecen confirmar esta visión: “Chile tiene un escenario extremadamente positivo para el desarrollo de la energía solar: ya posee 189 MW de energía solar fotovoltaica, casi 500 MW en construcción, y más de 6 mil MW que ya tienen su Resolución de Calificación Ambiental (RCA) aprobada. A esto se suman los 100 MW de la planta de concentración solar (CSP) actualmente en construcción y los 760 MW con RCA aprobada para esta tecnología. Además, se estima que en los próximos seis años se invertirá cerca de $10 mil millones en este sector. Por eso, el desarrollo de la industria local será clave para retener parte de esta ganancia en las regiones donde se instalan los proyectos”.

Sobre su uso, Finat comparte un interesante dato: “El uso de la energía solar en procesos industriales en nuestro país se remonta al siglo XIX en salitreras del norte. Actualmente, la energía solar se emplea para generar energía eléctrica mediante tecnología fotovoltaica y calor por medio de centrales solares térmicas instaladas en operaciones mineras”.

En este sentido, para Daniel Rosende, Managing Director de SMA South America SpA, nuestro país es un excelente lugar para desarrollar proyectos solares. “En Chile se dan condiciones excepcionales de radiación solar, y esto, junto con el nivel de precios de la energía, permite que la tecnología solar, particularmente la fotovoltaica (FV), sea competitiva con otras fuentes convencionales de generación. Hay todo por hacer en el mercado solar, en cada uno de sus segmentos: industrial, comercial y residencial; la utilización de esta tecnología está recién comenzando en nuestro país”.

Como indica Antonieta Díaz, Gerente General de Global Process Supplier, otro uso de la Energía Solar es el calentamiento de agua mediante energía solar (termosolar). “Es cada vez más común utilizar esta energía como apoyo a los sistemas a gas para agua caliente y calefacción en las nuevas construcciones de departamentos en Santiago, lo que permite disminuir el monto pagado por concepto de gastos comunes. Adicionalmente, se ha ido adoptando esta tecnología para ser usada en colegios y universidades para su red de agua caliente, a la vez que se ha masificado su uso en las piscinas que aprovechan esta tecnología para su temperado. La energía solar térmica tiene un gran potencial de aprovechamiento muy poco empleado hasta ahora en el sector industrial. Esta energía es capaz de proveer en forma natural y económica parte del calor que la industria necesita”, acota.

Respecto de la energía fotovoltaica, la ejecutiva destaca las aplicaciones domésticas para autoproducción eléctrica con conexión “on grid” (aporte a la red); en el área de telecomunicaciones para proveer energía a las antenas y sistemas de retransmisión de televisión en sectores aislados; para la iluminación de parques y plazas, y electrificación de sectores rurales, así como el uso de las grandes centrales para abastecer con energía eléctrica a la industria de la minería en el norte de nuestro país.

En el año 2012, se aprobó la ley 20.571, conocida como la “Ley del Netmetering”, que regula el pago de las tarifas eléctricas de las generadoras residenciales de hasta 100 kW, y que apunta a estimular la participación de las ERNC en la matriz energética nacional. Para Oyanedel, esta ley (que -a su juicio- sería más de Netbilling, que de Netmetering), permitiría un desarrollo importante para el mercado de la generación distribuida. Sin embargo, y aunque lo reconoce como un avance, sostiene que “no es suficiente, ya que faltan incentivos para lograr que el mercado reaccione. Con el actual sistema de Netbilling, el retorno puede llegar a ser de más de 10 años en la Región Metropolitana, mientras que con el Netmetering, ello podría bajar a 6 años. Considerando la vida útil de estos sistemas -25 años-, se vuelve una opción real y atractiva para la inversión”.

Para Finat, la relevancia de la ley de Netmetering es que “permite que los clientes finales puedan optar a un suministro distinto del de la empresa distribuidora que los atiende”. No obstante, advierte que es escéptico de que en su forma actual, dicha ley vaya a tener “un efecto relevante. Pienso que serán necesarios mecanismos de financiamiento y eventuales beneficios tributarios para que sea efectiva”.

Para Rosende, al hablar de generación basada en ERNC, el sistema eléctrico chileno, y sus principales subsistemas (SING y SIC), debe solucionar una de sus mayores deficiencias: “la estrechez de las líneas eléctricas”. “Actualmente, en variados puntos de la transmisión, no existe redundancia ni holgura, lo que se traduce en la imposibilidad de inyectar grandes paquetes de energía, complicando la construcción de grandes parques eólicos o plantas fotovoltaicas”, añade.

Para el ejecutivo del CER Chile, dada la baja participación de las ERNC (cercano al 8% a nivel nacional), hoy en día no hay mayores conflictos. “Sin embargo, es evidente que el aumento sostenido que ha tenido la generación ERNC impondrá nuevos desafíos en un futuro de corto y mediano plazo. En este escenario, se debe ser responsable y no alarmista, dada algunas voces que han surgido, llegando algunos a mencionar las ERNC como ‘lujo’. Lo importante a considerar en el desarrollo eléctrico del país es la calidad del suministro y mantener precios competitivos”, continúa.

“Me parece que ninguno de esos atributos debiese ser afectado en el corto y mediano plazo, para cumplir con la Ley 20/25 (Ley 20.968), lo que está respaldado por estudios de distintos entes. Esto no quita que se deban hacer mejoras al sistema, tales como refuerzos al sistema de transmisión, incorporar mayores automatismos a la operación de la red, entre otros”, concluye.