El 80% de nuestro tiempo lo pasamos en entornos cerrados con poca o ninguna luz solar. De más está decir que la luz condiciona la agudeza visual, pero hoy el estado de la investigación en neurociencia permite afirmar que la luz es biodinámica, es decir, que afecta profundamente al sistema endocrino y a través de él a todos los sistemas biológicos. Especialmente, la ausencia de luz solar influye negativamente sobre el estado de ánimo y la capacidad del cerebro para el manejo rápido de la información. Por tanto, la calidad de la iluminación artificial es un punto muy importante para la seguridad y el rendimiento laboral. Influencia de la iluminación en el ambiente de trabajo La iluminación usual en entornos de trabajo -mal diseñada, monótona y muy insuficiente- produce falta de atención, desánimo, depresión e incrementa el stress y la fatiga de la jornada, lo que es causa de accidentes, ausentismo laboral y bajo rendimiento. Precisamos una luz brillante, de intensidad mínima entre 800 a 1.000 lux, que dice a nuestro sistema nervioso que ya es de día y nos des-pierta el ánimo, sin necesidad de es-tímulos químicos como café o tabaco. La fotobiología explica que la percepción de la luz brillante por la glándula pineal inhibe la secreción de melatonina, la hormona del sueño, y proporciona al cerebro serotonina, la hormona de la actividad. El grado en que la calidad de la iluminación puede mejorar el resultado laboral dependerá del componente visual de la tarea. Una buena visibilidad repercutirá en mayor medida sobre una tarea con un componente visual importante que sobre otra en que no lo es tanto (ver tabla 1). Tabla 1: Mayor rendimiento localizado y reducción del número de rechazos como resultado del aumento de los niveles de iluminación. La iluminación y la reducción de accidentes Está demostrado que muchos accidentes industriales podrían evitarse si se mejorara la visibilidad. Lógicamente, la disminución del número de accidentes dependerá, en gran medida, del sector y del ámbito dominante. La tabla 2 ilustra con cifras la reducción de accidentes en dos de las tareas numeradas en la tabla 1, previo seguimiento de la mejora en la productividad y del descenso en el número de rechazos. | Tabla 2: Reducción del número de accidentes tras mejorar el nivel de iluminación. | Conviene advertir que no es sólo el nivel, sino todos los aspectos relacionados con la calidad de la luz los que intervienen a la hora de prevenir accidentes. Basta mencionar que la falta de uniformidad luminosa puede crear problemas de adaptación que afecten a la visibilidad. Los deslumbramientos también originan serios problemas de adaptación, con todas las consecuencias negativas que ello implica. Además, los efectos estrobos-cópicos de la iluminación pueden constituir un riesgo si la tarea obliga a ver perfectamente las piezas móviles de la maquinaria. Un riesgo que merece la pena destacar se elimina por completo con los balastos electrónicos de alta frecuencia. Por último, la iluminación con escaso rendimiento en color puede dar lugar a interpretaciones erróneas en situaciones potencialmente peligrosas. Consecuencias de la iluminación de baja calidad Una iluminación escasa o de baja calidad puede producir esfuerzo y fatiga en la vista, con la consiguiente disminución del rendimiento y, en algunos casos, dolor de cabeza. Con frecuencia, las causas son el escaso nivel de iluminación, el deslumbramiento y las relaciones de luminancia mal equilibradas en el lugar y en el puesto de trabajo. Los tubos fluo-rescentes tienen una frecuencia de parpadeo de 50 Hz. Esta fluctuación induce ondas cerebrales de stress (ondas Beta), además de cansancio físico, cefaleas y fatiga visual. El stress causa una excesiva secreción de cortisol en el cerebro, matando millones de neuronas. Los ballasts electrónicos de alta frecuencia, que operan desde 20.000 Hz, eliminan la fatiga visual y el stress al evitar el parpadeo del tubo, ya que éste no llega a apagarse completamente. Además, producen un encendido instantáneo, al prescindir de partidores y condensadores; ahorran energía; y alargan la vida de los tubos. Consecuencias de un aumento en la calidad global de la iluminación Generalmente, la calidad de la iluminación implica suficiente luz en las tareas visuales, buena uniformidad en todo el área de trabajo, distribución equilibrada de la luz en toda la sala, instalación sin deslumbramientos, buen rendimiento y características de color y ausencia de parpadeo. Un diseño de iluminación que reúna estas características servirá para reforzar la sensación de bienestar del trabajador y mejorar su motivación. El ausentismo se reducirá en beneficio de la productividad, que se estima puede aumentar entre el 0,2% y el 1,0%. |