Problemas en las instalaciones y calidad de los materiales empleados en ellas han significado considerables pérdidas tanto humanas como materiales. Para salvar esta situación y diferenciar sus productos, se ha generado en nuestro medio la voluntad de muchas empresas de presentarse al mercado con una "certificación de calidad" que, en algunos casos, sólo se ha prestado para confundir, voluntaria o involuntariamente al usuario final. Iniciativas empresariales para imple-mentar las normas de calidad de la familia ISO 9000:2000, sin duda, son un avance en el funcionamiento de los sitios industriales o de servicios, ya que con su foco en el cliente, en los procesos, en las competencias laborales y en el análisis crítico de las "No Conformidades", conducen finalmente al mejoramiento continuo de la empresa. Elemento diferenciador Una empresa que implemente las normas ISO 9000:2000, puede optar a una certificación de su Sistema de Gestión de Calidad que dura tres años (renovables) y entrar al Club de las Empresas certificadas ISO 9000, que quizás en el país no son tantas como deberían ser. Felizmente, esta situación se esta revirtiendo en la medida que los clientes -como instituciones gubernamentales, compradores extranjeros y grandes consumidores nacionales, entre otros- están exigiendo esta certificación como un argumento dife-renciador entre empresas de un mismo rubro, ya que un tercero (organismo certificador) audita periódicamente el Sistema de Calidad. Pero, debemos recordar que las Normas ISO 9000 se crearon con objeto de homologar el funcionamiento y gestión entre la gran diversidad de empresas productoras o de servicios, y que la aplicación voluntaria de éstas les significará a mediano y largo plazo una mejora sustancial de su gestión interna. Sin embargo, muchas empresas hoy equivocadamente utilizan dicha certificación, como un "plus" de calidad de sus productos, porque es posible que una empresa certificada produzca artículos de baja calidad. Lo que certifica la calidad de los productos son los Sellos de Calidad otorgados por Laboratorios de Ensayos independientes y de prestigio, como los internacionalmente reconocidos VDE, IMQ, UL, AENOR y NF, mientras que entre los de América Latina destacan IRAM, INMETRO, CESMEC, UNIT y otros. Las normas ISO 9000 no certifican productos, y aquellos productores que intencionadamente o por desconocimiento estampan el logo de su organismo certificador sin seguir las reglas establecidas "estafan" a sus clientes con una suerte de publicidad engañosa que induce a la confusión. En resumen, hoy estamos frente a una fuerte necesidad de calidad de los productos y de las instalaciones, pero certificarse ISO 9000 no garantiza de ninguna forma la calidad de los productos ni menos la calidad de una instalación. Esto sólo es garantizado por el cumplimiento de las normas de productos o de las instalaciones y certificado por una organización externa competente y de prestigio. |