Cristián Hermansen, Presidente del Comité de Energía del Colegio de Ingenieros “El mercado energético es imperfecto porque tenemos una ley obsoleta”

Nuestro país se enfrenta a innumerables desafíos para garantizar la continuidad y seguridad de su suministro eléctrico para los próximos años. La urgencia por la construcción de nuevos proyectos de generación, modernización de políticas públicas, opciones de participación ciudadana y una reglamentación clara para el uso de un determinado territorio, entre otros aspectos, son fundamentales para evitar un escenario de racionamiento energético. Sobre estos temas, conversamos con Cristián Hermansen, Presidente del Comité de Energía del Colegio de Ingenieros.

¿Qué aspectos están condicionando nuestro desarrollo energético? Sin duda que necesitamos de nuevas iniciativas para la generación de energía, ya que nuestro consumo país viene al alza desde hace varios años. Sin embargo, también debemos preocuparnos de actualizar y modernizar nuestras políticas públicas a fin de tener un marco legal acorde a lo que encontramos a nivel internacional. A lo anterior se suma la importancia de disminuir los gases de efectos invernadero de nuestra matriz energética, los distintos precios que encontramos al momento de implementar una planta de generación de energía y los tipos de combustible que utilizamos para lo anterior. ¿La ciudadanía está jugando un rol importante? Existe mucha incertidumbre en el mercado respecto a dónde puede instalarse una planta, ya que se corre el riesgo de que la población u organizaciones medioambientales impidan la ejecución de un proyecto, produciéndose una enorme pérdida de capitales, así como también de la posibilidad de insertar nuevos megavatios en nuestra red. Esto ocurrió con Barrancones, entre otros proyectos que el país necesita. El problema es que, en la actualidad, tenemos precios muy altos para la energía, lo que incide directamente en el nivel de productividad y competitividad que puedan tener las industrias que operan en Chile. A su juicio, ¿cómo se solucionaría esta situación? Resulta necesario integrar a la sociedad desde el comienzo de una iniciativa de este tipo. Un proyecto de generación eléctrica que no considere a la población en su génesis y diseño, lo más seguro es que después enfrente un escenario de oposición bastante complicado. Lo recomendable es que antes de entrar a tramitación ambiental, se converse con las autoridades y comunidades para tratar de responder inquietudes y exponer, por ejemplo, los beneficios que traerá para una determinada zona el desarrollo de un proyecto. Con estas estrategias, la empresa ejecutante puede disminuir considerablemente los índices de rechazo e ir solucionando los inconvenientes a medida que éstos se vayan suscitando. Esto quiere decir que el diseño debe incluir la opinión de la gente o de las comunidades indígenas, a fin de tener una construcción lo más expedita y segura. ¿Es este rechazo “ciudadano” a las energías tradicionales un apoyo para las iniciativas de ERNC? No siempre. Es cierto que algunos sectores del país afirman que este escenario de “negativismo” en la población genera un importante impulso para la masificación de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC) en nuestro país, pero curiosamente me he encontrado con personas que se oponen tenazmente a cualquier tipo de iniciativa que se emplace cerca del lugar donde habitan. La gran ayuda que han tenido las ERNC es que sus costos han bajado ostensiblemente en el último tiempo, algo que podemos ver claramente en la energía fotovoltaica, posibilitándoles competir directamente con proyectos tradicionales o más contaminantes. ¿Cuál es su diagnóstico del mercado energético nacional? En Chile, el mercado energético es imperfecto porque tenemos una ley obsoleta, ya que nuestro marco legal es bastante antiguo y no ha sido debidamente actualizado. Por lo tanto, si queremos tener un mejor precio de la energía, debemos “abrir” el mercado para que ingresen nuevos actores al mercado de generación, transmisión y distribución. Esto aumentará la competencia y, con ello, la calidad del servicio y los costos. Si no tomamos medidas, sufriremos los efectos. En primera instancia, en 2013 ó 2014 no tendremos consecuencias, pero a partir de 2015 ó 2016, nos enfrentaremos a un escenario de racionamiento energético o de cortes, si no tenemos una suficiente cantidad de proyectos que aporten MW al sistema. El alto consumo de energía es un problema país, ya que no sólo la industria incrementó sus consumos, sino que también las personas al crecer el número de aparatos electrónicos o eléctricos al interior de una vivienda. Muchos sostienen que este alto consumo se debe a la minería… Están equivocados. Las empresas mineras no son el único consumidor de energía que tiene Chile. Esto demuestra que tenemos un problema país que debe solucionarse mediante un trabajo en conjunto, pues a nivel familiar, empresarial o industrial, se está incrementando nuestra demanda energética. Para graficar lo anterior, basta dar un simple ejemplo. Según cifras entregadas por la Organización Internacional de Energía el año 2009, tenemos como país un consumo por habitante que alcanza los 3.300 kWh, mientras que California tiene sobre 6.000; Alemania, alrededor de 6.000; y EE.UU., cerca de 13.000 kWh. Esa cifra debería seguir creciendo, pues basta mirar la cantidad de televisores, computadores, hornos eléctricos, DVDs o aires acondicionados que tenemos en nuestras casas, entre otros elementos de la vida cotidiana. Sin duda que esto revela que la energía es un problema de todos los chilenos.