El fuerte crecimiento que han experimentado ciertos sectores industriales de nuestro país, incrementó ostensiblemente la demanda de nuevos profesionales que dominaran ciertos conocimientos técnicos y humanos. Un perfil que se requiere urgentemente, por ejemplo, en la Industria Eléctrica.
Según explica Mónica Brevis, Directora Carrera Area Electricidad, Electrónica y Automatización de INACAP Santiago Sur, el mercado necesita jóvenes que dominen capacidades duras y blandas, donde estas últimas cada día asumen una mayor importancia para las empresas. “Si antes se fijaban en estudiantes que dominaran perfectamente ramos como física, matemática o cálculo, hoy nos han transmitido que, como institución educativa, nos preocupemos por la necesidad de desarrollar competencias relacionadas con el trabajo en equipo, liderazgo, organización comunicacional, administración o emprendimiento”, explica.
Una visión similar posee Nelson Flores, Director de la Carrera de Electricidad, Electrónica y Automatización de IP Chile, quien agrega que “de todas las competencias blandas exigidas a las entidades de educación superior, el trabajo en equipo asoma como uno de los aspectos donde las empresas están poniendo mayor interés. Recordemos que el primer acercamiento de un estudiante a una industria suele ser durante su práctica, por lo tanto, debe estar capacitado para insertarse en corto tiempo a un grupo de trabajo”.
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Alejandra Iturrieta. |
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Sergio Fuentes. |
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Muchos de los especialistas consideran que mientras la Industria se ha ido adaptando a las nuevas exigencias del mercado, la Academia no ha logrado adaptarse a tiempo a estos nuevos requerimientos.
Relación Academia-Industria
El debate en nuestro país está instalado: si la industria cambia el tipo de profesional eléctrico que necesita incorporar, es fundamental que esta nueva exigencia sea comunicada lo antes posible a la Academia, a fin de que ésta pueda modificar o actualizar sus mallas curriculares. No obstante, y pese a la importancia de lo anterior, esta relación de beneficio mutuo todavía no alcanza su máximo desarrollo en Chile.
“Este escenario da como resultado que encontremos una amplia y dispersa oferta de casas de estudios que imparten la carrera de Ingeniería Eléctrica, lo que hace que no exista uniformidad en el tipo de formación que reciben los jóvenes. Por lo tanto, nosotros que venimos del mundo empresarial, tenemos que preocuparnos de ‘re-educarlos’ según los conceptos técnicos y comerciales que manejamos como compañía. Es por ello que, a nuestro juicio, un profesional alcanza su desarrollo pleno con al menos 1, 2 ó 3 años de experiencia”, asegura Sergio Fuentes, Director de AIE y Presidente del Directorio de Ingeniería y Mantenimiento Eléctrico (SIMELEC).
Si bien esto representa un costo monetario y de tiempo, la pregunta es por qué la Academia y la Industria no trabajan conjuntamente para evitar estos inconvenientes que dificultan la inserción laboral de los jóvenes. De hecho, una formación “conjunta” es algo bastante común en varios países, quienes han visto en esta relación un enorme beneficio.
“Si queremos corregir esta falencia, es importante fomentar las instancias donde personeros industriales y formativos puedan compartir puntos de vista respecto a este tema. Hoy nadie duda de los beneficios y ventajas de esta práctica, por eso nosotros como AIE estamos potenciando este tipo de comités donde podemos abordar este tema desde un punto de vista técnico y profesional”, agrega Rodolfo García, Gerente General de AIE.
Normativa y reglamentación: Una gran carencia
Además del desarrollo de competencias blandas o generales, también existe otra falencia que destacan los especialistas consultados: desconocimiento de normativas y reglamentación eléctrica. “Lo que ocurre es que existe mucha diferencia entre la formación que recibe un profesional en una casa de estudios en comparación a otra. Eso hace que exista desconocimiento respecto al uso de determinada tecnología, legislación o normas, por las cuales te debes regir al momento de ejecutar un proyecto eléctrico”, asegura Alejandro Dollenz, Inspector Especialidad Electricidad División Inspección de Obras de IDIEM-Universidad de Chile.
“Falta que tengan más conocimientos en el ámbito de la seguridad laboral y, principalmente, en el aspecto de la seguridad eléctrica. Con ello no sólo damos paso a un profesional completo que domine aspectos técnicos, humanos y de seguridad, sino que también estaremos avanzando para disminuir este tipo de siniestros al interior de una industria o empresa”, complementa César Muñoz, Especialista de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS).
Ambos expertos coinciden en que la formación que recoge un estudiante cuando ingresa a trabajar es complementaria a la que recibió en la sala de clases, ya que en aquélla le enseñan una visión fundamental para desarrollarse profesionalmente. No obstante, esto no garantiza que el estudiante domine toda la normativa y reglamentación que rige en su sector.
“Hay que inculcarle a los jóvenes que su trabajo se rige por ciertos parámetros que garantizan el éxito de su trabajo. Ellos están familiarizados con Google o Wikipedia, por ejemplo, para buscar información en corto tiempo, mientras que a través de las redes sociales tienen acceso directo a organizaciones o empresas que pueden ayudarlos en sus dudas. Lo importante, entonces, es fomentarles la inquietud por la búsqueda de conocimiento, normativas o datos”, manifiesta Marcelo Vergara, Subgerente Departamento de Ventas de Intronica.
Lo positivo de este aspecto es que la Academia está trabajando en este tema. Hoy los estudiantes de la Carrera de Ingeniería Eléctrica cuentan con mallas curriculares donde se aborda este tema a través de ramos o cursos específicos. Si a ello sumamos su presencia en eventos o seminarios, podemos asegurar que nuestro país va en el camino correcto.
Vocación versus ingreso económico
Cuando una industria o sector productivo experimenta un crecimiento económico y comercial, es común que muchos jóvenes opten por cursar carreras afines en busca de mayores sueldos y un mejor estándar de vida. Esto ocurre actualmente con la minería, lo que a juicio de nuestros entrevistados, puede ser un “arma de doble filo”.
“El Ingeniero Eléctrico debe tener en claro la vocación por esta profesión. Muchos se interesan por un tema económico, que también influye en el nivel de motivación que pueda tener una persona cuando ejerza. Ese es un aspecto que tiene que ver con las cercanías de un estudiante a ciertas especialidades, aspecto que debería monitorearse en la educación superior, media y básica”, aconseja Alejandra Iturrieta, Sub Gerente de Ventas de PPE.
Si se implementara una estrategia motivacional desde la época escolar, se obtendrían enormes beneficios. “Si una persona joven llega motivado a su lugar de trabajo, significará que querrá aprender y aplicar esos conocimientos en su diario vivir. Con ello estaremos formando a un profesional íntegro para ejercer exitosamente en la Industria Eléctrica nacional”, concluye Julio Maragaño, Jefe Departamento I+D+I de KOLFF.
