El principal motor de la economía nacional, la minería, es un gran consumidor de energía eléctrica. Requiere de cantidades y precios adecuados para llevar a cabo sus procesos de forma eficiente y competitiva en el mercado global en que se desenvuelve. Como ejemplo, aproximadamente el 90% de la demanda del SING, es decir, más de 13.000 GWh/año, corresponde a clientes mineros.
Existe una creciente preocupación acerca de los precios y de la disponibilidad de energía eléctrica en el país para los próximos años. Al retraso o cancelación de proyectos de generación, se suman las restricciones del sistema de transmisión que no permiten el transporte de energía eléctrica desde las zonas donde ella se encuentra disponible. Por otra parte, el desarrollo y construcción de una nueva generación basada en gas natural tomará por lo menos 4 ó 5 años. Lo anterior es claramente una barrera para el desarrollo de los nuevos proyectos mineros, cuyas inversiones para los próximos años se estiman en US$60 mil millones.
¿Hay, entonces, alguna solución para un consumidor que hoy requiere un contrato de suministro de energía y que, en el contexto antes descrito, se verá obligado a aceptar un precio alto y probablemente expuesto a los precios del mercado spot (costos marginales)?
Una respuesta son las empresas de generación que ofrecen Energías Renovables No Convencionales (ERNC), y que, bajo la ley chilena, constituyen fuentes como la eólica, biomasa, fotovoltaica, solar térmica, mini-hidro (menos de 20 MW), de las mareas y de las olas, entre otras. Los costos de estas energías han experimentado una fuerte reducción que hoy las posiciona como fuentes competitivas en precio respecto de las fuentes convencionales. Además, aparte de su competitividad, son la opción en cuanto al desarrollo de un mix de generación más limpio.
La incorporación de las ERNC a la matriz
La incorporación de las ERNC dentro de los suministradores de energía para la minería ya se inició. El año 2012, tras una licitación internacional, Collahuasi adjudicó un contrato por 60 GWh/año a una central ERNC. Por su parte, Antofagasta Minerals firmó un contrato de suministro de energía a un parque eólico de 100 MW y, a principios de este año, CAP adjudicó un contrato por 100 MW con otro generador ERNC.
Esa tendencia está respaldada principalmente por dos hechos:
• En primer lugar, los precios de las ERNC, como la eólica y la fotovoltaica -que hasta hace un tiempo eran relativamente las más caras-, han alcanzado y descendido bajo el precio de “paridad de red” para Chile. Es decir, sus precios hoy en día son iguales o mejores que las opciones convencionales de energía térmica en el SIC y el SING. Lo mismo ocurre desde hace varios años para las tecnologías de biomasa y mini-hidro.
• En segundo lugar, el tiempo para el desarrollo de plantas de ERNC es corto. Por ejemplo, un sistema fotovoltaico se puede instalar dentro de los seis meses después de la obtención de los permisos. Este plazo es una fracción de plazo de instalación de un ciclo combinado, por ejemplo.
Otras ventajas de las fuentes de ERNC son:
• Utilizan recursos energéticos autóctonos, por lo que proporcionan independencia energética al país.
• Su disponibilidad no está sujeta a las fluctuaciones del mercado y, por lo tanto, los generadores ERNC pueden ofrecer precios constantes a largo plazo.
• La aceptación de las plantas de ERNC de las comunidades, en general es bueno.
• Sus emisiones de gases de efecto invernadero son muy bajas en comparación con las plantas de carbón, gas o diesel.
Por todas estas razones, en ACERA estamos convencidos de que las ERNC son una realidad que ofrece grandes oportunidades para el crecimiento sustentable de la industria minera en Chile.
