MICROELECTRÓNICA EN CHILE
Tecnología de punta que demanda una mayor inversión | | | | |  | Angel Abusleme, Profesor Asistente; Marcelo Guarini, Profesor Titular; Christian Oberli, Profesor Asociado; Dani Guzmán, Profesor Asistente; todos del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Pontificia Universidad Católica de Chile. | ¿En qué nivel se encuentra la industria microelectrónica en Chile?
A. Abusleme: Lamentablemente, esta industria no existe en nuestro país, mientras que la ligada al desarrollo electrónico posee un lento crecimiento. De hecho, tenemos un proveedor de instrumentos que constantemente nos afirma que vende muchos más productos en Colombia o Argentina, lo que es un reflejo de que no tenemos una masa crítica para potenciar el desarrollo de estas tecnologías.
¿Cómo se trabaja el diseño de chips?
M. Guarini: El modelo utilizado hoy en la elaboración de un circuito integrado consiste en diseñar el chip mediante herramientas de software especializadas . Una vez que tienes depurados los “planos detallados” descritos en software, esta información es enviada a una fábrica en el extranjero, donde los chips son construidos siguiendo esta descripción. Una vez fabricados, los dispositivos son enviados a Chile y son probados en nuestros laboratorios.
Entonces, lo ideal sería diseñar en Chile…
C. Oberli: Por supuesto. Ese es un negocio con gran potencial lucrativo que posibilitaría rentabilizar esta industria. Con ello se hace una importante inversión en Innovación y Desarrollo (I+D) que en el futuro nos podría trasformar en uno de los líderes de la Región. Costa Rica, por ejemplo, hizo un esfuerzo interesante para tener una planta de Intel, la cual aporta con el 10% del PIB de esa nación.
 ¿Y por qué en Chile no se hace lo anterior?
D. Guzmán: Falta voluntad política. Existe un desconocimiento de las implicancias del I+D y del valor agregado que ésta genera y que nos posibilitaría posicionar a Chile como un ente desarrollador de tecnología a nivel de circuitos integrados.
Si existiera inversión, ¿qué rubros podrían verse beneficiados?
D. Guzmán: Claramente, tiene un enorme potencial de desarrollo en los rubros de la minería, agrícola, vitivinícola, energía e, incluso, astronomía (recordemos que nuestro país albergará la mayor cantidad de telescopios del mundo en los próximos años). De hecho, se podrían crear soluciones para cualquier rubro que tenga necesidades de electrónica compleja, por ejemplo, en instrumentación, ya que un proyecto necesita de una ingeniería que se pueda hacer con especialistas nacionales, y llevamos varios años trabajando este tema a nivel universitario.
¿Hay empresas que han “apostado” por ustedes?
M. Guarini: En la Universidad Católica contamos con el Laboratorio de Tecnologías Inalámbricas (LATINA - www.ing.puc.cl/latina), el que desde hace algunos años recibe el aporte económico de Coasin S.A. (www.coasin.cl) y de Synopsys Chile Ltda. (www.synopsys.cl), principalmente de su software de diseño de circuitos integrados. Lo anterior es muy relevante porque, pese a que sólo en los últimos cuatro años hemos estado trabajando directamente para desarrollar microelectrónica en nuestro país, estas compañías “apostaron” por nuestros proyectos y han sido un aliado importante en nuestro trabajo.
 ¿Qué beneficios obtiene una empresa que confía en electrónica “made in Chile”?
C. Oberli: Lo primero es que estás confiando en especialistas nacionales que tienen experiencia, conocen el mercado y la realidad de un determinado sector productivo, por lo que es mucho más fácil hacer la ingeniería y el desarrollo de un microprocesador para optimizar un determinado proceso. Lo segundo es que tienes acceso a un equipo multidisciplinario que no tiene inconvenientes en visitar tus instalaciones para capacitar a tu personal o coordinar una visitar a nuestros laboratorios para que vean cómo trabajamos. Además, nuestro país posee beneficios arancelarios que abaratan los costos al importar los distintos componentes del circuito impreso, entre otros beneficios.
Por último, ¿qué mensaje le entregan al mercado?
A. Abusleme: Existe una infinidad de desarrollos que no podemos realizar por falta de recursos, lo que daría paso a tecnologías que podrían ser aplicadas masivamente. Un grupo de desarrollo microelectrónico como el nuestro podría crear un dispositivo que, posteriormente, podría ser comercializado masivamente, lo que daría acceso a importantes recursos financieros. En el fondo, los especialistas están en Chile; sólo falta quien quiera atreverse e innovar. | |
