Miguel Márquez, Asesor Energético del PRO
“Tenemos una matriz energética sucia, cara y que contribuye al cambio climático” | | | | |  | | Viendo su trabajo, ¿a qué conclusiones han llegado?
Lo primero a destacar es que Chile carece de una política energética donde se aborden seriamente objetivos a corto, mediano y largo plazo; la relación con el presupuesto de la nación; el rol del mercado, la regulación de servicios públicos vitales, y el acceso masivo y consciente a los recursos energéticos; y la responsabilidad que deben tener las empresas que prestan este servicio; entre otros aspectos. Hoy contamos con una política energética centrada en la oferta y que se basa en la expansión física del sistema, el cual ya se encuentra en los límites de su capacidad.
Pese a lo anterior, Chile necesita más energía…
Antes de empezar a pensar en nuevos proyectos, primero debemos hacernos un conjunto de preguntas: ¿Chile requiere más energía y para qué? ¿Para quién es? Abordar correctamente estas interrogantes garantiza mejores y más eficientes opciones y contribuir a definir quién asume los costos. Lo otro es que nuestro país necesita utilizar mejor su energía y crear una cultura de Eficiencia Energética (EE) que nos permita crear un cambio en la cultura de consumo que tenemos como sociedad, lo que puede implicar la adopción de instrumentos potentes que afiancen a la EE como una fuente de energía como en los países de la OCDE, pensando esencialmente en el fomento en las empresas, industrias y minería.
A su juicio, ¿la minería debería pagar esta expansión?
Algunos antecedentes que manejamos dan cuenta que más del 70% del incremento de la demanda eléctrica de Chile de los últimos años proviene del crecimiento del sector minero, lo que obviamente tiene implicancias en el costo de la tarifa, seguridad del suministro e impacto medioambiental. Es fundamental que la minería racionalice y considere la EE como una opción. Hemos sugerido que este sector ahorre un 2% al año en un plazo de 10 años, lo que tendría un impacto formidable, ya que excluiríamos un número no despreciable de centrales térmicas. Debemos urgentemente poner en práctica ejemplos como el anterior, ya que en caso contrario estaremos tomando el camino equivocado como sociedad.
 ¿Podría darnos otro ejemplo?
En la minería se concentra más del 70% u 80% de los motores eléctricos que se utilizan en el país, por lo tanto, si queremos ser eficientes y competitivos, debemos actualizar o cambiar estos equipos por otros más modernos y eficientes. Obviamente esto implica inversiones y gastos que pueden ser abordados desde la política pública con beneficios tributarios u otros instrumentos públicos. Es necesario señalar también que países como Suiza o Alemania tienen por objetivo que el 50% de su suministro de energía provenga del uso eficiente de la misma, lo que implica nuevos diseños en construcciones, cultura de ahorro e Investigación y Desarrollo (I+D) para una correcta demanda, administración y gestión de la energía.
¿Qué postura tiene el PRO frente a las Energías Renovables No Convencionales (ERNC)?
Si queremos desarrollar de manera seria este tema debemos tener una política país que fomente la I+D, así como la formación y repatriación de profesionales chilenos para masificar y consolidar las ERNC como una opción competitiva frente a las fuentes convencionales y no pasemos de la dependencia del crudo al de la eólica construida en el extranjero. En cuanto a porcentajes, nosotros planeamos que un 30% de la matriz energética al 2025 debe estar basada en energías renovables. ¿Y cómo lograr lo anterior?
Necesitamos realizar un cambio sustantivo en cuanto a la política de fomento se refiere. La política energética debe claramente identificar las tecnologías, los instrumentos y políticas de fomento, propiciar el desarrollo de Pymes en el sector para la expansión de las ERNC y premiar el desarrollo de nuevos modelos de negocio y de gestión compatibles con el medioambiente. Los cambios que deben propiciarse son a nivel de mercado, de regulación, de fomento, de Investigación y Desarrollo y -en particular- propiciar una mirada desde la demanda y no sólo de la oferta energética. A ello se suma que el Estado debe tener un rol de liderazgo que hoy, lamentablemente, no existe. Algunas de las medidas “energéticas” del PRO 1. Negawatts o Negajulios, más con menos: Potenciar el uso eficiente de la energía y las energías limpias y verdes, de las que destacan la gestión de la demanda y especialmente las medidas de carácter estructural que apuntan al cambio en los patrones de consumo energético. 2. Suministro de energía seguro basado en energías convencionales y no convencionales: Se establecerán los instrumentos de mercado y de política de fomento para asegurar la transición de una matriz sucia, cara y dependiente en el suministro de energía de fuentes convencionales a nuevas fuentes de energía que nos permitan instalar una matriz limpia y a costos razonables. 3. Programa de Leña Sustentable: El cual cubrirá al 2025 la mayor parte de los requerimientos de calefacción y agua caliente de las regiones VI a la XI. En cuatro años lograremos desarrollar modelos de gestión de la calefacción y del agua caliente que permitirá sacar a la mayor parte de las ciudades y localidades declaradas zonas saturadas o latentes por partícula fina y gruesa derivado del uso de leña húmeda y de estufas ineficientes en viviendas mal aisladas. 4. Programa de Transporte Sustentable: Nuestro foco estará puesto en el transporte público de la RM y de provincias. Al 2030, el transporte será responsable del 40% del consumo de energía y nadie en Chile evalúa de manera rigurosa las opciones que tenemos, por ello sentaremos las bases para el desarrollo de un sistema de transporte sustentable. 5. ENAE: Impulsaremos la creación de la Empresa Nacional de Energía que tendrá como objetivo esencial “abrir” mercados y desarrollar nuevas tecnologías y fuentes de energía para luego estimular la entrada de privados (Pymes). 6. Investigación y Desarrollo (I+D): Instalaremos condiciones sin precedentes para mejorar, crear y desarrollar nuevas fuentes de energía y nuevos materiales, nuevas miradas y nuevos modelos de negocios, mejores y más transparentes mercados así como personal científico y técnico para el desarrollo de estas nuevas opciones. 7. Participación Ciudadana y Megaproyectos: Se implementarán medidas destinadas a fomentar la participación informada de la gente y las comunidades en la toma de decisiones relativas a los megaproyectos energéticos. | | |
