Al fallar la iluminación normal, la oscuridad se apodera de los espacios, mientras las personas tratan de encender luces para desplazarse a sitios seguros, detener equipos en funcionamiento y otras tareas cotidianas. Si se trata de un lugar conocido, como el hogar, estar a oscuras sólo implica pequeñas incomodidades, pero en ámbitos potencialmente peligrosos, como una planta industrial, la inseguridad de los operarios aumenta.

Para reducir estos riesgos, se desarrolló el Alumbrado de Emergencia, que se define en la NCH Elec. 4/2003, de reciente entrada en vigencia, como aquellos "sistemas de iluminación destinados a ser usados en caso de falla de la iluminación normal. Su objetivo básico: permitir la evacuación segura en que transiten, permanezcan o trabajen personas".

Una variada oferta

Ya sea a través de fabricantes como KOLFF, Burón y Layex Chile o de representantes y distribuidores, el mercado de la iluminación y señalética de emergencia se caracteriza por su diversidad de actores. Si bien en algunas empresas esta línea de productos no representa el foco principal del negocio, debido a la creciente demanda muchas de ellas han apostando a crear con bastante éxito áreas especialmente orientadas a comercializar soluciones de alumbrado de emergencia. Como señala Carlos Aracena, Jefe División Iluminación de EECOL Electric, "como el perfil de ventas de EECOL es eminentemente industrial, vemos la iluminación de emergencia como un complemento a nuestros proyectos en esta área". Un caso similar es el de Abmatic, empresa que hace cuatro años partió con la línea de iluminación como un apoyo a sus soluciones de automatización industrial.

Sin embargo, así como cada empresa coloca un énfasis distinto en la iluminación de emergencia, la oferta misma de equipamientos también presenta una amplia gama de alternativas para el mercado nacional, aunque no todas se ajustan a los requerimientos de la norma. "Existen dos grandes grupos de equipos que se comercializan en el país: los de bajo costo, orientados principalmente al uso en el hogar, que no necesariamente cumplen con la normativa y que se puedan considerar como ‘commodities’; y el alumbrado de emergencia ‘profesional’, compuesto por equipos de mayores costos y prestaciones y que sí se adhieren a las normas establecidas", explicó Eduardo Cordero, Gerente General de KOLFF.

Entre las aplicaciones a los que están destinados, el ejecutivo apuntó que éstas son "principalmente, proporcionar iluminación de reemplazo de la iluminación normal; ambiental o antipánico, para que los usuarios puedan identificar su entorno y alcanzar de manera sencilla las vías de escape, evitando episodios de pánico entre los usuarios. Otros objetivos de estos sistemas son la evacuación, para permitir la salida del personal del edificio; o la iluminación de zonas peligrosas, que simplemente no pueden quedar a oscuras por un tema de seguridad".

Aunque la necesidad de instalar sistemas de iluminación y señalética de emergencia es evidente, a juicio de los asistentes, el mercado no siempre le otorga la relevancia que se merecen. Según Jean Pierre Gastal, Gerente General de Legrand, "tanto los equipos de iluminación como la señalización de las vías de escape, son elementos de seguridad muy importantes, especialmente en los espacios públicos, lo que está consignado claramente en la nueva normativa".

Entre otros aspectos, la NCH Elec. 4/2003 incluye las características mínimas de instalación y de operación de estos sistemas.

Desconocimiento de las normativas

No obstante, para los ejecutivos presentes, hay un gran desconocimiento entre los clientes sobre los requisitos normativos. "Por esa razón, es importante la labor de difusión y educación que están realizando permanentemente las empresas del sector", indicó Nelson Sáez, Jefe Area Iluminación de Rexel Electra, quien recomendó además considerar el cumplimiento de patrones internacionales, como NFPA y UL, para hacer la elección de productos.

En ese sentido, ya algunos segmentos industriales han generado y adoptado especificaciones propias para sus necesidades específicas. "Por ejemplo, la Minería, que utiliza lámparas de alta intensidad de descarga, instala sistemas para reencendido instantáneo para evitar quedar en penumbras cuando se apaga una lámpara de haluro metálico o de sodio", afirmó Guillermo Delgado, Supervisor de Productos de Iluminación de Abmatic.

En todo caso, los asistentes a esta reunión se manifestaron optimistas con respecto a que las empresas que aún no incorporan estos elementos en sus proyectos de iluminación, lo harán a futuro gracias al conjunto de normas recién aprobado. En ese sentido, Tomás Burón, Gerente General de Burón S.A. afirmó que "la entrada en vigencia de la NCH Elec. 4/2003 ya ha redundado en un aumento en la demanda de estos artículos, porque las empresas están tomando conciencia de la importancia que revisten".

A pesar de lo anterior, los ejecutivos ad-vierten que tener instalados estos artefactos no necesariamente significa que éstos funcionarán como se espera. "Como en todo tipo de productos, es necesario realizar las mantenciones en los plazos recomendados por los fabricantes, y no preocuparse de ello cuando es demasiado tarde, es decir, cuando las lámparas no encienden en una situación de emergencia", agregó Gastal.

De igual modo, recomendaron que tanto proveedores y clientes realicen pruebas a los equipos tras su instalación para garantizar que sus elementos no estén defectuosos. "Si hay un componente en mal estado, tal vez el cliente no pueda darse cuenta hasta que los equipos fallen en medio de un apagón y eso es justamente lo que se quiere evitar", sostuvo Cordero.

Nuevas tecnologías

Para evitar las situaciones anteriormente descritas, actualmente, existen nuevas tecnologías que facilitan la supervisión del estado de componentes vitales para la correcta operación de los artefactos, como las baterías. "Al integrar microcon-troladores, es fácil, por ejemplo, analizar la carga y descarga de las baterías a través de funcionalidades de auto-test, que la mayoría de los proveedores ya ha incorporado en sus equipos", sostuvo Burón. Mientras tanto, Gastal agregó que "para los ámbitos industriales, donde es difícil acceder a los equipamientos, existen sistemas inteligentes que permiten el monitoreo a distancia del equi-pamiento".

Por otra parte, como agrega Cordero, también estas tecnologías apuntan a un mayor ahorro, ya que "los nuevos equipos no sólo son más pequeños en tamaño, sino también más eficientes en cantidad de lúmenes y en disipación del calor".

Relacionado con el punto anterior cobra relevancia el concepto de ‘valor agregado’ de las soluciones ofrecidas, "pues en la medida que le asignamos valor a estos atributos, estamos dispuestos a pagar más".

Un sello chileno

Aunque para los asistentes, sin duda la NCH Elec. 4/2003 es un gran avance, no escatiman en afirmar que ésta posee algunas falencias que podrían ser mejo-radas en una revisión del cuerpo regu-latorio, mencionando, a modo de ejemplo, que no necesariamente tiene un carácter de obligatoriedad. Para Gastal, hace falta un organismo que haga cumplir estas recomendaciones, por lo que las empresas fabricantes y distribuidoras deben acercarse y colaborar con la Superin-tendencia de Electricidad y Combustibles, para ayudarla a realizar sus labores. De la misma opinión es Pedro Núñez, de RTR, quien recalcó la importancia de que exista un sello chileno "a través de un organismo fiscalizador que sea imparcial".

En este contexto, Carlos Petersen, Jefe Depto. Iluminación de Emelta, señala que "aunque para todos la norma representa una gran oportunidad en términos comerciales, esta situación debe ir de la mano de un cambio a nivel de usuarios", ya que como concluye Claudio González, Product Manager de Legrand, este repentino interés debería ser una constante. "Lamentablemente, siempre estamos esperando a que aparezca una norma para preocuparnos y, en este tema, debiéramos ir delante de la normativa".