Al hablar de tecnologías para producir energía, nos encontramos con una diversidad de ellas. Sin embargo, algunas destacan por sobre otras, como es el caso de las plantas de generación flexibles, las cuales -como bien lo dice su nombre- poseen cualidades asociadas a la flexibilidad de operación, de combustible y de demanda.
Por definición y en términos generales, una planta de generación flexible es la que se adapta a la contingencia, manteniendo siempre un alto nivel de eficiencia. Ejemplo de ello, es la capacidad de este tipo de plantas de funcionar a plena carga en tan sólo 10 minutos a partir del arranque, atributo que se enmarca dentro de lo que es su flexibilidad en operación.
Siguiendo esta misma línea, nos encontramos con otra característica y ventaja de la que dispone esta tecnología, la cual alude a que pueden trabajar a distintos niveles de carga, ya sea a plena o parcial según el requerimiento del momento. Esto, sin comprometer su eficiencia, ni incrementando sus costos de operación y mantención, lo que sin duda se traduce en un beneficio directo para el cliente.
Con respecto a la flexibilidad de combustible de estas plantas de generación, se destaca el hecho de que éstas puedan funcionar con combustibles tanto líquidos como gaseosos e incluso con ambos (dual), dependiendo de la solicitud y preferencia del cliente.
Otras ventajas
Crecer modularmente de la mano de la demanda, es otra de las cualidades que posee esta tecnología como parte de su flexibilidad. Esto da la posibilidad de planificar el crecimiento de un parque acorde a las necesidades, lo que mitiga el gasto de inversión inicial y permite ir ampliándose paralelamente al crecimiento del negocio.
Rápida fabricación, alta eficiencia tanto a nivel de mar como en lugares remotos y en altura, son otras de las tantas ventajas de estas plantas de generación flexibles. Características que se hace necesario destacar, pues son aspectos que marcan la diferencia entre éstas y otras tecnologías.
Un ejemplo de su rápida implementación, es el hecho de que una planta de éstas de ciclo abierto puede estar operando en 13 meses, mientras que una planta de ciclo combinado de hasta 500 MW puede estar funcionando en 18 meses.
En tanto, un beneficio importante a destacar de la estabilidad de la eficiencia de estas plantas, alude a su capacidad de operar de manera continua durante los 365 días del año, sin ver disminuida su eficiencia, aun si ésta no se encuentra operando a plena carga. Esto también hace factible compensar la generación -por ejemplo- de parques eólicos, pues si disminuye la intensidad del viento, las plantas flexibles pueden suplir esa baja, despachando en un máximo de 10 minutos y durante el tiempo que sea necesario.
Todas estas características, ventajas y beneficios son parte de las llamadas plantas de generación flexibles, las cuales se emplean en variados tipos de industrias, con diferentes tamaños y capacidad, pudiendo adaptarse tanto a los requerimientos de un cliente como a la demanda misma de energía, lo que las hace muchas veces las preferidas del mercado.