Diederik Lugtigheid, PhD., relator del Laboratorio de Gestión de Activos UC: La obsolescencia de equipamientos es un riesgo, no sólo de confiabilidad, sino también de mayor gasto | | | | | | ¿Por qué se necesita una política de reemplazo de equipos? Para mantener de forma adecuada las plantas industriales, se deben reemplazar equipos, ya que si no existe una estrategia de recambio, éstos envejecen, lo que es un riesgo, no sólo de confiabilidad, sino también de mayor gasto. Por esa razón, en este curso no apunto a sólo darles herramientas para definir, por ejemplo, si una bomba se debería reemplazar o no, sino a generar una discusión sobre la importancia de que todas las empresas cuenten con una política de gestión y reemplazo de equipos. No sólo se trata de incorporar la compra de nuevos equipamientos de una forma sustentable, sino también de un proceso continuo de evaluar y reevaluar el rendimiento de aquéllos que están actualmente en operación. Para esto, se pueden apoyar en metodologías que les permitan reevaluar en forma anual sus activos y hacer inversiones para seguir produciendo a un mínimo costo. Si no hay una política que incorpore un análisis continuo del rendimiento y del reemplazo de equipos, fácilmente se puede llegar a un punto donde las máquinas pueden fallar y la única forma de revertir dicha situación es a través de una inversión enorme que hubiese sido mucho mejor hacerla de manera gradual, planificada. Muchas veces, un equipo no se reemplaza porque su costo ya se amortizó
Claro, pero sí se pueden dar condiciones por las que conviene reemplazarlo aunque siga funcionando. Por ejemplo, una estrategia de reemplazo de camiones mineros puede indicar que se deben cambiar cada 75 mil horas, basada en un análisis muy antiguo. No obstante, una vez que ese equipo entra en operación, puede estar sometido a ciertas circunstancias que invalidan ese análisis. Por esa razón, sostengo que se debe implementar un análisis continuo de la necesidad de modernización y recambio, no sólo para decidir qué comprar cuando se necesitan activos adicionales, por ejemplo, para un aumento de la capacidad, sino también para mantener de forma económica lo que ya se tiene. ¿Cómo ha evolucionado esta temática en los últimos años? Tras la Segunda Guerra Mundial, el recambio de equipos fue de gran relevancia para la industria estadounidense, la que desarrolló una serie de investigaciones y metodologías al respecto. Sin embargo, durante las últimas tres décadas, se han publicado varios modelos, pero no se ha generado una discusión sólida sobre el tema. Creo que muchas empresas, especialmente en la industria minera, deberían implementar este tipo de políticas, porque no sólo podrían ahorrar mucho dinero, sino que además reducir bastante el riesgo que estas compañías están asumiendo al no hacerse una autocrítica. ¿Es el aspecto económico el criterio fundamental para analizar un cambio de equipos? Claramente, el aspecto económico es importante, pero también se trata del contexto. Al cambiar el contexto, los criterios de evaluación también cambian. En este sentido, el contexto externo también es importante. Por ejemplo, estamos viviendo un boom de la actividad minera, por lo que el reemplazo de los equipamientos es muy importante para evitar las paradas no-planificadas, pero en 1998, en un escenario mucho más complicado, se debía asegurar que la política de recambio estaba orientada a minimizar los costos. De igual modo, si el entorno de la planta o la aplicación cambian, la política de reemplazo también debe cambiar. A medida de que aumenta el nivel de criticidad del equipo, el criterio es más exigente. Entonces, todos esos aspectos se deben tomar en consideración. Muchas veces, adopta modelos tomados de un libro o de Internet y calculan un punto óptimo para el recambio, cuando en realidad el "punto óptimo" como tal, no existe, sino que depende del contexto. ¿Qué rol juega la tecnología en esta materia? Hoy en día, la tecnología ha tomado un rol preponderante. La obsolescencia tecnológica es muy importante y mucha gente se confunde. Hay muchas empresas que se preocupan de que tienen equipos que no son de última generación y sienten que pierden al no tenerlos. En este sentido, el miedo a "no quedar atrás" es un criterio más, como el económico o el rendimiento. Obviamente, está la necesidad de contar con una estrategia tecnológica que permita identificar realmente qué tecnología agrega valor a la empresa para priorizar una inversión sobre otra. Muchas veces las empresas no saben si una tecnología les puede agregar valor o simplemente sería "cool" tenerla. | |