El primero se produce porque al disminuir la densidad del aire se genera un menor poder de refrigeración y, por ende, de la capacidad para disipar calor. La transmisión de calor de un sólido al aire circundante se produce por conducción, cuando el sólido más caliente transfiere energía térmica a las moléculas adyacentes a su superficie; y por convección, cuando las moléculas que han sido calentadas por el sólido transfieren a su vez energía térmica a otras moléculas adyacentes creando un movimiento convectivo. Menor densidad significa un menor número de moléculas (a paridad de volumen) y, consecuentemente, un menor movimiento convectivo y una menor disipación del calor. A la larga esto podría perjudicar el cumplimiento de los límites de elevación de temperatura en los terminales establecidos por la norma. Además, en caso de interruptores termomagnéticos habrá una disminución de los tiempos de intervención. En tanto, la tensión asignada de servicio del interruptor sufre un declasamiento por altitud por la disminución de la presión y de la densidad del aire, lo que causa una disminución de la rigidez dieléctrica del aire. Al disminuir la presión y la densidad del aire, se aumenta el camino libre de las moléculas de aire, es decir, la energía cinética de las mismas, lo que facilita el que se origine un arco eléctrico. Es muy difícil encontrar la curva de declasamiento de un interruptor, pero las normas UL ofrecen factores de corrección para la corriente y la máxima tensión aplicable a los interruptores abiertos, teniendo en cuenta todos los fenómenos físicos que contribuyen al cambio de la atmósfera en la altitud. En el caso de IEC, se debe hacer referencia a los valores indicados por el fabricante. Para evitar un declasamiento en altitud se deben adquirir interruptores que sigan los requisitos de las normas y se debe exigir al fabricante un certificado de ensayo realizado en altura que certifique que se producirán declasamientos menores que los previstos. |