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Andrés Weintraub, asesor del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad
“Aún nos falta dar
el salto mental como país en materia de innovación”

En el marco de los almuerzos mensuales del Instituto de Ingenieros de Chile, Weintraub dictó el pasado 20 de abril la charla “Puede ser Chile líder en innovación: una perspectiva desde la ingeniería”. Si bien afirma que desde hace más de una década se generó un cambio en la conciencia país respecto a la necesidad de generar mayor innovación para el desarrollo, aún estamos lejos de la meta. Falta, a su juicio, un cambio mental y cultural, además de ofrecer un mayor apoyo a los emprendedores.

¿Qué rol juega hoy la innovación en las empresas?
Fundamentalmente, la innovación permite agregar valor al desarrollo de una compañía, ya que es capaz de generar nuevos productos y potenciar los procesos internos. La innovación debe darse en productos, bienes o servicios, pero también en la forma de producir y en la incorporación permanente de nuevas tecnologías. Si se observa el desempeño de las grandes empresas del mundo, a todas ellas les va bien sencillamente por la razón de que están basadas en la innovación. No hay grandes secretos en esta materia. Incluso, en este ámbito también destacan firmas bastante más tradicionales como son los fabricantes de automóviles, los cuales están elaborando actualmente vehículos eléctricos.

¿Son conservadoras las empresas chilenas en materia de innovación?
Me parece que la empresa chilena, en general, es conservadora y los chilenos también lo somos como sociedad. ¿Cuántos jóvenes están dispuestos a arriesgarse? Tendemos a pensar en pequeño. Si un emprendedor chileno aspira a ganar US$5 millones, el estadounidense no se conforma con menos de US$100 millones. Esto se debe a una combinación de factores, entre ellos, elementos educacionales y culturales, entre otros.
En nuestro país existe un temor a fracasar muy grande; una quiebra es terrible. En cambio, en EE.UU., no lo es tanto. No somos arriesgados y tendemos a conformarnos con los trabajos que son seguros y nos aportan estabilidad. Tratamos de mantenernos en la “zona de confort”, mientras que el innovador debe romper los esquemas.

¿En qué sectores ve usted que hay un mayor potencial de desarrollo innovador a nivel local?
Primero que nada, me parece que Chile como país no tiene una estructura de decisiones adecuadas en relación a las ciencias y a la innovación. Por eso, existen cinco sectores productivos que el Estado debe potenciar: Minería, Acuícola, Alimentario, Servicios Globales y Turismo de Intereses Especiales. En cada uno de estos existen grandes oportunidades, especialmente en Minería.Este rubro compra anualmente millones de dólares en maquinarias y si éstas se hicieran aquí, en el país, tendrían un comprador a la mano y lograrían gran éxito. Es el ejemplo de Finlandia, que posee una gran industria fabricante de maquinarias para la minería y el rubro forestal, porque precisamente explotan estos dos campos. En Chile, con la sola presencia de Codelco, ya se puede armar una pequeña industria de maquinaria.

¿Es la innovación una característica más propia de empresas pequeñas, flexibles y ágiles?
Me parece que existen dos puntos distintos que se deben considerar en esta materia. Por un lado, está el producto que a nadie se le había ocurrido, típicamente del área de la informática, que surge de empresas más pequeñas, que requieren menor capital. Pero, por otra parte, tenemos la innovación “gruesa”, vale decir, en líneas ya establecidas como las maquinarias, provienen más de las grandes firmas. Una compañía chica, no tiene por donde ganar su espacio en este terreno, porque la inversión que se debe hacer es muy alta.

¿Cómo evalúa la educación y formación académica? ¿Se puede enseñar a ser innovador?
En las buenas universidades, se fomenta mucho la investigación de alto nivel, pero todo aquello que tiene que ver con los estudios intermedios no está inserto dentro de la naturaleza del mundo académico. Las universidades tienen una tendencia a formar ejecutivos y además los estudiantes prefieren buscar un buen trabajo más que uno que exija desafíos innovadores. Muchas veces, las firmas y las universidades no trabajan en conjunto y eso es una responsabilidad mutua. En general, en las compañías chilenas no hay espacio para los innovadores, salvo excepciones. La persona que es innovadora por sí misma, puede trabajar un par de años en una empresa, pero finalmente deberá optar por independizarse.

¿Qué papel juegan los ingenieros en la innovación y dónde es más fuerte su influencia?
La ingeniería es central en el proceso innovador. Salvo en el segmento farmacéutico, donde los ingenieros no tienen una gran participación, existe una enorme cantidad de áreas donde estos profesionales tienen gran injerencia como la informática, electrónica, mecánica y sobre todo el management. Esta última es mi área de trabajo y donde conozco las experiencias más importantes. Además, tiene una ventaja interesante, ya que aquí se ven rápidamente los resultados. Por ejemplo, en el manejo de la logística o la producción se han hecho proyectos muy interesantes. La biotecnología es otro rubro muy interesante a nivel local y que está aplicando tecnologías interesantes.

Entonces, ¿usted cree que podemos ser líderes en materia de innovación?
Hay áreas donde podemos ser líderes. Por ejemplo, tenemos ventajas importantes en todo lo que se relaciona con los recursos naturales. También hay segmentos como el management donde se pueden lograr éxitos relevantes. Sin embargo, en otras áreas, como la electrónica, no tenemos mucho que hacer. Lo más importante para ser innovadores es apoyar la creación de equipos multidisciplinarios y reunir grupos de gente que pueda laborar en ciencias básicas, en innovación y emprendimiento. El desafío para Chile es potenciar los grupos de excelencia, invertir más en investigación y desarrollo, aumentar la inversión en las universidades y otorgar un mayor número de patentes. Pero aún nos falta pasar ese punto de quiebre, para lo cual requerimos pegarnos un salto mental. Estamos mejorando, pero sólo a nivel marginal.

Una breve biografIa
De profesión Ingeniero Civil Eléctrico, Andrés Weintraub es además académico e investigador del Departamento de Ingeniería Industrial de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile. En 1998, obtuvo el Premio “Franz Edelman”, concedido por la Sociedad de Investigación Operativa y Ciencias de la Administración (INFORMS) de EE.UU., y en 2000 fue distinguido en nuestro país con el Premio Nacional de Ciencias Aplicadas.

Mayo 2012
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