Dr. Peter F. Knights, especialista en Gestión de Activos Físicos “La gestión de activos físicos es la variable que aporta el valor agregado a un negocio”

El crecimiento económico origina, particularmente en el mundo en desarrollo, un aumento constante de las demandas para los equipos de producción y un importante incremento de sus costos de ciclo de vida. Por tal motivo, la Universidad Católica desarrolla el diplomado de “Gestión de Activos Físicos y Mantenimiento”, con el fin de enfrentar los retos en el diseño, fabricación, operación, mantenimiento y retiro de los activos físicos. Como parte de sus actividades, la entidad invitó a dictar un curso a Peter F. Knights, profesor y MBA Chair in Mining Engineering en el Departamento de Ingeniería en Minas de la Universidad de Queensland, Australia. El profesional, que además es doctor en la Universidad de McGill, se especializa en el mantenimiento, confiabilidad y gestión de equipos en la industria minera.

Muchas veces se considera la gestión de activos sólo desde el Mantenimiento. ¿Qué opina Ud.? Hay una diferencia fundamental entre la gestión de activos físicos y la de mantenimiento. La primera contempla una visión de negocios mucho más integral, por lo tanto, resulta primordial preguntarse primero por qué es necesario adquirir un activo. Por ejemplo, cuando se compran grandes maquinarias en el rubro minero, muchas veces es posible ampliar su capacidad productiva sin necesidad de tener que comprar equipos adicionales. Hay otras maneras de aumentar la tasa de producción o disponibilidad con estas mismas soluciones. También hay otro aspecto relevante asociado a la gestión financiera en términos de saber con exactitud cuándo es el momento óptimo de reparar o remplazar un activo específico. Esta es una estrategia muy diferente a lo que se hace regularmente con simples planes de mantención. ¿Se le incorpora actualmente ese enfoque de gestión de negocios? La idea es que la administración de activos físicos sea una mezcla integral de gestión financiera y gestión técnica de mantenimiento. Por lo tanto, ésa es la visión que estamos tratando de inculcar y aportar a los participantes del Diplomado “Gestión de Activos Físicos y Mantenimiento” de la Universidad Católica de Chile. En general, veo una tendencia global de las universidades a no incorporar esta materia en las carreras de pregrado. El caso de Australia es un claro ejemplo de esto. Me parece que este tema aún se ve como un área de ingeniería no tradicional; existe poca gente capaz de enseñarla adecuadamente y, además, muchos segmentos de la ingeniería están enfocados aún en el diseño. En ese sentido, ¿cuáles son las principales inquietudes que han planteado los alumnos? Básicamente, las preguntas apuntan a ver cómo están gestionadas las grandes organizaciones a nivel global. Es así como un tema muy recurrente en el módulo apunta a analizar los integradores de medición o los KPIs, que se integran en distintas unidades de negocios. En este punto, nos interesa abordar el grado de alineación entre las condiciones de desempeño, ya sea, por ejemplo, en mantenciones u operaciones en la bodega. Se nota que existe un conflicto de optimización, ya que se desarrollan pequeñas islas de acción dentro de la estructura organizacional. El gran desafío, por ende, es superar esa problemática y ver el negocio como un proceso integral. ¿Qué diferencia ve entre la visión australiana y la local en esta materia? Existen muchas similitudes entre ambas realidades. En Australia también estamos experimentado actualmente un fuerte “boom” minero, pero existe una escasez de recursos humanos bastante alta y una amplia rotación de empleados, lo que genera una competencia muy fuerte en el área de RR.HH. Me parece que en Chile, la tasa de rotación es mucho más baja. El hecho de experimentar cambios constantes perjudica la posibilidad de generar compromisos más fuertes con la organización. Por tal motivo, lo que me interesa resaltar en este curso es que la gestión de confiabilidad de los equipos no sólo corresponde al departamento de mantenimiento, sino que también es responsabilidad de los operadores y bodegueros, así como de los encargados de compra, quienes tienen el deber de potenciar la competitividad operacional de los equipos. ¿Cuál es el nivel de las empresas chilenas en este tema? En general, me parece que el nivel de la gestión de activos físicos en Chile es bastante alto. La razón fundamental que explica dicha afirmación tiene que ver con que en este país existen las empresas de cobre más grandes del mundo. Por eso, obviamente, poseen grandes flotas de equipos, por lo que pequeños aumentos de la eficiencia de dichas flotas implican importantes ganancias. Las mineras saben que el esfuerzo de implementar planes de gestión de activos físicos en sus faenas, generará a la larga una repercusión positiva para sus operaciones cotidianas. ¿Cuál es el rol que juega hoy la tecnología en el desarrollo de la gestión de activos? En general, las empresas llevan a cabo fuertes inversiones en soluciones tecnológicas para tratar de compensar los altos gastos en materia de mano de obra. Las inversiones de capital siempre se utilizan en forma de lograr mayor eficiencia en la organización y disminuir los gastos operacionales. El caso de la minería es relevante, ya que invierte mucho más en materia de automatización. En ese sentido, el uso de capital es bastante más intensivo que en otro tipo de empresas, por lo que el tema de la gestión de activos físicos es bastante más pertinente y desarrollado que en otras áreas. ¿Cómo se logra internalizar esta disciplina dentro de la cultura organizacional de una empresa? Ese aún es un gran desafío. Desde hace tiempo, existe la visión de que el concepto de mantenimiento está asociado sólo a un tema de costos. La percepción que estamos tratando de cambiar es que la gestión de activos físicos es la variable que aporta el valor agregado a un negocio. Y cuando esta estrategia se impulsa desde lo más alto de una organización, con un programa definido, existe una mayor probabilidad de que la gestión de activos físicos sea incorporada con mayor éxito dentro de una organización. Lo que importa es que permanentemente se esté monitoreando y que se informe oportunamente el valor que se está agregando a través de este tipo de programas de gestión. En el pasado, hemos visto que cuando ocurren cambios en el alto mando ejecutivo, los programas corren el riesgo de ser cancelados.