En la industria, la termografía generalmente se utiliza para inspeccionar equipos eléctricos y mecánicos mediante la obtención de imágenes de su distribución de temperatura. La mayoría de los elementos de un sistema que sufran un mal funcionamiento exhibirán un incremento de temperatura, por lo que, al observar el comportamiento térmico de los equipos, se pueden detectar defectos y evaluar su grado de importancia. Las cámaras térmicas miden la emisión natural de radiación infrarroja procedente de un objeto y generan una imagen térmica. De este modo, no es necesario un contacto directo con los equipos inspeccionados, permitiendo que éstos sigan funcionando mientras son inspeccionados, sin perder productividad o exponer al mantenedor a una situación de riesgo.
"Gracias a la cámara infrarroja, podemos captar la radiación que emiten todos los cuerpos y observarla por medio de los colores predeterminados en las respectivas temperaturas de los cuerpos en su superficie, sin contacto y tiempo real", comenta Julio Arroyo, Gerente de Arroyo Termografía.
En este sentido, Daniel Bannister, Gerente de Operaciones de TIAR, indica que este método de inspección tiene una infinidad de aplicaciones, "siempre exista una diferencia de temperatura entre dos o más elementos". "Los campos son tan variados, pues además de las mencionadas en Mecánica y Electricidad, tiene aplicaciones en Electrónica, Construcción, Militar, Medicina, entre muchos otros campos", afirma.
Por su parte, Julio Puelma, Gerente de Ventas de Intronica, explica que la termografía es una tecnología que permite utilizarse en diferentes aplicaciones, tanto en el área industrial como en la de investigación. "Por ejemplo, en tableros eléctricos, la inspección termográfica permite ver desbalance de fases, puntos calientes por falta de apriete o corrosión, sobrecarga, etc. En motores, permite el chequeo de rodamientos, aislamientos, exceso de carga, entre otros. En un edificio, una cámara infrarroja es muy útil para detectar fugas, pérdida de aislamiento, grietas, humedad, moho, etc. En general, la termografía puede adaptarse a cualquier situación o aplicación. Basta conocer bien el área donde la aplicaremos y entender los fundamentos básicos como las limitaciones de esta tecnología", acota.
¿Cómo escoger una cámara?
En los últimos años, han llegado al mercado nacional varias líneas de cámaras termográficas, de diversas prestaciones, calidades y, por supuesto, precios. En este aspecto, Genaro Marín, Sub Gerente Comercial de Comulsa, recomienda a los usuarios buscar un modelo que se adecue a los rangos de temperatura que operan los procesos y elementos a revisar.
"En una cámara termográfica, la resolución del detector (mayor es mejor) y la resolución espacial (menor es mejor) son datos vitales para diferenciar una cámara de bajas o altas prestaciones y conocer la distancia máxima a la que se puede realizar una medición. Asimismo, es básico que el equipo tenga corrección de emisividad, tanto en la cámara como en el software, pues cada material tiene una emisividad diferente, que debe ser corregida en terreno o posteriormente en la oficina o laboratorio", agrega.
Además, para Jaime Colvin de la Vega, Gerente General de Colvin y Cía., las velocidades de lectura también son un factor a considerar en la elección de la cámara. "Al momento de la selección, es mandatorio conocer si las inspecciones se realizarán a cuerpos estáticos o móviles; en caso de estar en movimiento, se requiere conocer sus velocidades", declara.
El ejecutivo también indica que el equipo seleccionado debe contar con alta precisión y sensibilidad en todo momento. "Para ello, debemos asegurarnos de que la unidad cuente interiormente con cuerpos negros referenciales, que actúen dinámicamente, sensibles a los cambios en el medio ambiente y condiciones a los que la cámara se vea expuesta, asegurando de esta manera que las temperaturas leídas sean siempre confiables", explica.
Otro elemento a considerar es la ergonometría del modelo escogido. "Largas rutinas de inspección son frecuentes, por lo que se hace muy importante considerar el diseño y peso de la unidad, así como también la duración de cada carga de batería y los tiempos muertos en recarga de éstas", acota Colvin.
En este punto, Matthias Demski, Jefe Unidad Estratégica de Negocios Instrumentos de Medición de ANWO, sostiene que hay usuarios que requieren una cámara termográfica para detectar una fuga de agua, aplicación para la que se requiere un producto más sencillo y económico. "Para aquellos que tienen requerimientos más complejos y, además, necesitan resolver situaciones a futuro, les recomiendo un producto más avanzado y con mayores prestaciones. Obviamente será más caro, pero se podrá utilizar en múltiples aplicaciones", indica.
Sin embargo, la gran variedad de modelos disponibles en el mercado nacional, lleva a todos nuestros entrevistados a recomendar la asesoría de un distribuidor experto en el campo, quien podrá guiar a los clientes en la selección de la cámara más adecuada a sus necesidades.
Externalizando el servicio de termografía
En estos días, muchas empresas optan por contratar servicios externos de termografía, accediendo a profesionales de amplia experiencia y conocimiento, sin necesidad de realizar inversiones en contratación o capacitación de personal.
Sin embargo, como declara Julio Puelma, los expertos en ocasiones pueden desconocer los procesos y máquinas dentro de las plantas. Además, se queda dependiente de una compañía externa que manejará tiempos propios y conocimientos que a veces deben quedar dentro de la propia planta. En este sentido, el servicio externo tiene un alto costo oculto". Para el profesional, son los ingenieros o técnicos de planta quienes mejor conocen sus procesos productivos y equipos, por lo que si son estos quienes realizan las inspecciones termográficas, obtendrán mejores resultados en el mantenimiento.
Para Mauricio Gaete, de Eltec Ingeniería, la decisión de externalizar esto servicio pasa principalmente por las políticas de inspecciones preventivas que realice la empresa, el nivel de criticidad ante fallas o paradas inesperadas en los procesos y las competencias del personal interno para la utilización de este tipo de mediciones. En este aspecto, Puelma reflexiona sobre la dependencia de un servicio externo. "Vale preguntarse qué pasa si en un servicio externo de inspección, se detectaron algunos puntos calientes que representan una falla y tras realizarse las acciones correctivas necesarias, ¿cómo se puede saber si quedó bien reparado? Se requiere esperar hasta la próxima inspección o contratar nuevamente el servicio para que lo confirme. En cambio, un servicio "in-house" permite dar seguimiento inmediato a las reparaciones", agrega.
La certificación en termografía
Los termográfos, o expertos en termografía, pueden certificar sus niveles de conocimiento en esta disciplina mediante estándares internacionales. Si bien no es necesario contar con una certificación para hacer una inspección termográfica de sus instalaciones, nuestros entrevistados generalmente la recomiendan. "La certificación es un aspecto clave para la interpretación de los análisis realizados. Es fácil cometer errores si no existe una correcta interpretación de la información pudiendo generar detenciones innecesarias de equipos o bien que las fallas se presenten antes de lo estimado", expresa Gaete.
"Al operar una cámara sin la requerida instrucción previa, generaremos un análisis incorrecto o poco preciso, por desconocimiento tanto de las bondades y limitaciones del equipo como de los principios teóricos. Por esto, buscamos enseñar a los usuarios los principios de la tecnología, así también el exacto y correcto uso de todas las potencialidades de las cámaras IR", expresa Jaime Colvin.
Por su parte, Daniel Bannister coincide, diciendo que "en termografía, hay algunos conceptos que no son de conocimiento público y que se deben dominar para no cometer errores. La certificación es una forma de asegurarse que el termógrafo ha sido expuesto a los conceptos que requiere la práctica de esta disciplina".
Contar con un servicio de termografía, ya sea in-house o externalizado, es una valiosa herramienta de apoyo para los responsables del mantenimiento industrial. Es un método seguro, rápido y eficiente para detectar posibles fallas en sus equipos. No obstante, es fácil que la oferta disponible de cámaras y servicios pueda confundir a los usuarios menos avezados en la materia. Por esa razón, es recomendable acercarse a un distribuidor con experiencia y reconocimiento en el mercado por una completa asesoría que le permita elegir la cámara infrarroja que mejor se adapte a sus necesidades.