Luis Quiroz, Gerente General de Cadetech “La Gestión de la Integridad de los Activos ayuda a administrar el uso de los equipos según su uso o desgaste”

Esta empresa nacional ha generado su propia metodología de mantenimiento, tomando algunas directrices de otras prácticas y unificándolas bajo una sola filosofía. De aplicación actual entre las empresas mineras, la Gestión de Integridad de los Activos apunta a medir diversas variables estructurales y mecánicas de equipos críticos, permitiendo determinar el desgaste al que están sometidos y cambiarlos o rotarlos con equipamientos similares en la misma faena que no se encuentren bajo el mismo grado de daño. De este modo, se lograría que todos cumplieran con su vida útil proyectada. Para conocer más sobre esta filosofía de mantenimiento, conversamos con Luis Quiroz, Gerente General de Cadetech.

¿En qué consiste esta filosofía del mantenimiento? Existen equipos similares que trabajan en condiciones diferentes, por lo que pueden estar sometidos a mucho más desgaste que otros que incluso se encuentran en la misma fábrica o faena. Entonces, a través del monitoreo de ciertas variables, podemos distribuir la carga de esos equipos de manera que todos vayan usando su vida útil de la misma forma y que todos cumplan el ciclo de vida para el que fueron diseñados. En este sentido, la Gestión de la Integridad de los Activos ayuda a administrar el uso de dichos equipos según los síntomas que presentan. Si existe un equipo que está desgastándose en mayor medida que otro, deberíamos distribuir esa utilización. ¿Cómo se constituye esta filosofía? Hemos unificado muchas metodologías, como por ejemplo, Mantenimiento Predictivo o Basado en Condición, y le agregamos otros conceptos, como Tolerancia al Daño. Este último sostiene que las máquinas pueden funcionar con cierta cantidad de “daño” o desgaste, pero esos equipos “dañados” pueden cumplir con la labor para la que fueron diseñados. Entonces, debemos controlar ese daño y evaluar su importancia y posibles consecuencias. A eso le llamamos “gestión predictiva de la integridad estructural y mecánica”. Al contar con esta información de lo que pasará a futuro, se pueden tomar acciones sobre esa máquina (o flota de máquinas). ¿Qué variables analizan? Principalmente, recogemos y analizamos dos tipos de integridad: estructural y mecánica. En la primera, necesitamos conocer el estado del uso de la estructura que soporta el resto del equipamiento, para lo que usamos fundamentalmente la deformación, medida a través de señales de Strain Gauge. A su vez, estas señales se traducen en una medida de esfuerzo, con lo que podemos saber las solicitaciones de la estructura en todo momento y proyectar su vida útil. Por su parte, la integridad mecánica se refiere básicamente al estado de las partes móviles, como transmisiones, rodamientos y engranajes, entre otros. ¿A qué tipo de equipos recomienda realizar la gestión de integridad? No importa la industria donde se encuentren estos equipos, sino su criticidad, cuya falla signifique un gran costo no sólo por el reemplazo del equipo, sino también por la no-producción. Si una máquina es fácilmente reemplazable o barata, no tiene ningún sentido invertir en este tipo de gestión. No obstante, en equipos de varios millones de dólares o que demoran mucho tiempo en ser reemplazados, es muy útil. Por ejemplo, las palas mineras, que son equipos muy caros y difíciles de comprar. Entonces, hay que tener el reemplazo cuando se sabe que un equipo se dará de baja.