Andrea Allamand Puratic, Ministerio del Medio Ambiente (MMA) “La gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) puede generar nuevos nichos de negocios”

Recientemente, el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), junto a la Plataforma Regional de Residuos Electrónicos en Latinoamérica y el Caribe (RELAC), dio a conocer un documento que propone lineamientos para la gestión de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) en la Región. Frente a la necesidad de lograr una gestión ambientalmente segura, diversos países latinoamericanos reunieron a un grupo de representantes de compañías multinacionales y organismos públicos de Colombia, Perú, Chile, Honduras, Costa Rica y México, entre otros. En esta entrevista, Andrea Allamand Puratic, Coordinadora del tema Gestión de RAEE del Depto. Residuos Sólidos, Sustancias Químicas y sitios contaminados del MMA, nos cuenta cómo se está abordando este tema a nivel público y privado en Chile y en la Región. Lo anterior en el marco del lanzamiento en Chile del documento “Lineamientos para la Gestión de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) en Latinoamérica, resultados de una mesa regional de trabajo público-privado”.

¿Cuál es el diagnóstico de la situación del país en términos de gestión de RAEE? En general, en Chile la gestión de los residuos está regulada de forma bastante atomizada. Existen algunas normativas que rigen esta situación, especialmente lo que tiene que ver con elementos peligrosos (Decreto 148). Debido a que hoy en día Chile pertenece a la OCDE, se están modificando algunos reglamentos para que cumplan con ciertos requerimientos en torno a esta materia, como la aplicación del "Green and Ambar Product Control Procedure", un sistema que define los procedimientos que se deben llevar a cabo para los movimientos transfronterizos de los residuos, dentro de los cuales hoy en día están incluidos los aparatos eléctricos y electrónicos. Sin embargo, actualmente no existe una normativa específica que defina alguna estrategia concreta, por ejemplo, en cuanto a la recolección selectiva para que éstos no sean trasladados a sitios de disposición final de residuos municipales. Sin embargo, el Ministerio del Medio Ambiente está consciente de que hay que avanzar hacia una normativa específica. ¿Qué equipos o maquinarias se incluyen dentro de este proceso de gestión? Existen una serie de categorías diferentes de los RAEE. El documento "Lineamientos para la Gestión de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) en Latinoamérica, resultados de una mesa Regional de trabajo público-privado" propone una clasificación de cinco categorías agrupadas por gestión. Encontramos aquellos aparatos que contienen refrigerantes, como las neveras y congeladores, que requieren transporte seguro y el consecuente tratamiento individual. También están los electrodomésticos grandes y medianos, que contienen diferentes metales y plásticos que pueden ser manejados según los estándares actuales. En tercer lugar, están los aparatos de iluminación, como tubos fluorescentes o bombillas, que requieren procesos especiales de valorización. A continuación, están los aparatos con monitores y pantallas, donde se incluyen televisores o monitores TRC y LCD, cuyos tubos de rayos catódicos requieren transporte seguro y el consecuente tratamiento individual. Por último, tenemos los aparatos eléctricos y electrónicos que equivalen a equipos portátiles, netbooks, teléfonos y dispositivos compactos. Entre otras cosas, estos dispositivos requieren de un tratamiento de reciclaje. ¿Cómo se está abordando este tema a nivel privado? ¿Qué responsabilidad asumen las empresas? Hasta ahora, el mercado nacional ha generado pocas iniciativas que conduzcan a la prevención o reducción de los residuos. Las iniciativas se concentran en aquellas marcas que tienen mandatos internacionales de cumplimiento de estándares medioambientales. El mercado está concentrado básicamente en la comercialización de éstos sin tomar en consideración la etapa post-consumo, es decir, cuando el producto pasa a ser un residuo. Obviamente, la acelerada venta de este tipo de productos está generando un aumento de los residuos. Y es en ese sentido que el Gobierno, a través del MMA, ha propuesto en su proyecto de ley de residuos el concepto de la estrategia jerarquizada, la cual apunta como elemento principal a la prevención antes que todo. Las empresas deben entender que si no se generan residuos, tampoco existen costos asociados al medioambiente, al tratamiento y a la salud de las personas. Fuente: Ministerio del Medio Ambiente Fuente: Ministerio del Medio Ambiente Respecto a la gestión de los productos una vez que ya son residuos, muchas empresas, a nivel local, especialmente firmas trasnacionales, están desarrollando iniciativas B2B que efectivamente surgen como necesidad particular para cumplir con certificaciones o estándares corporativos. Pero creo que hay mucho que avanzar, especialmente de parte de las asociaciones gremiales o sectoriales que reúnen a las distintas compañías. ¿Qué está haciendo el MMA en esta materia? Es importante saber lograr consensos y acuerdos concretos. El documento que incluye los lineamientos para la gestión de los RAEE es un ejemplo interesante de cómo, tras un año de trabajo, se logró aunar ideas con empresas como Sony o Dell y otras que participaron de esta mesa regional de trabajo público-privado. Sería relevante que las empresas adquieran un mayor grado de participación y compromiso con este tema y que el sector lo vea, más que como un problema, como una oportunidad para generar nuevos nichos de negocios. Me parece que resulta muy importante también promover mayores grados de capacitación, ya que muchas veces el tema no pasa por mala voluntad o falta de disposición de los actores, sino que por desconocimiento de cómo empezar el proceso y de cómo organizarse en estos temas, donde las empresas no debieran ser competencia. ¿Qué lineamientos estratégicos se han planteado y en qué plazos? La ley de residuos o Ley 3R propone, entre otros aspectos, aplicar un concepto internacional definido como el principio de la Responsabilidad Extendida del Productor (REP). Su objetivo fundamental es que el fabricante extienda su responsabilidad a lo largo de todo el ciclo de vida de un producto. En ese caso, el Estado define criterios y lineamientos generales sobre cómo llevar a cabo este sistema de gestión, y los detalles corresponde definirlos a cada empresa, ya sea a través de un sistema de gestión de forma individual o asociada a otras compañías del mismo rubro. Respecto a los plazos, esperamos que la ley ingrese al Congreso este año. Además, hay que mencionar que existe otra ley propuesta en el Congreso por seis parlamentarios de diferentes bancadas, conocida como la "Ley RAEE", que posee muchos elementos en común con la norma impulsada por el Gobierno, como por ejemplo, el REP. Esto demuestra la necesidad de legislar respecto de estos temas en nuestro país. En el caso de Argentina, Perú y Colombia ya se ha avanzado bastante respecto a legislación en esta materia; de ahí la importancia de la coordinación y traspaso de experiencias. ¿Cuál es la propuesta concreta del documento presentado respecto de la gestión de RAEE? Uno de los aspectos más importantes del documento apunta a lograr lineamientos de carácter regional, con el fin de disminuir las diferencias entre las normativas de los diferentes países. En ese sentido, destaca un referente común para el diseño de propuestas: la REP. Por lo tanto, se debe reconocer al productor como un actor principal en este tema y que asuma la responsabilidad no sólo en la comercialización de los productos, sino también en todo el proceso que viene después, referido a la gestión de los residuos. Además, destacan aspectos específicos como el manejo diferenciado de los RAEE respecto a los residuos sólidos urbanos; mecanismos de financiamiento transparentes y sin fines de lucro; definición de metas de recolección y aprovechamiento por parte del Estado consensuadas con el sector; adopción de estándares técnicos para la calidad de los aparatos eléctricos y electrónicos que tengan relación con normas internacionales; y un protocolo de manejo en el ciclo de vida de los RAEE que considere un manejo ambientalmente adecuado por parte de los gestores.

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