¿Cuáles son las actuales tendencias en Robótica Industrial?
P. Cárdenas: La tendencia mundial ha sido el aumento sostenido de las capacidades técnicas de los robots, pero cada vez a menores costos. Un manipulador robótico cuesta hoy una fracción de lo que costaba hace 10 años, con prestaciones muy superiores a lo que se ofrecía en ese entonces. Hoy presentan enormes mejoras en la facilidad de uso, e incorporan nuevas herramientas como la programación offline para uso en un ambiente simulado. Esto disminuye los tiempos de desarrollo, y permite anticiparse a problemas que de otra forma se hubieran dado durante la implementación.

En términos de confiabilidad también ha habido progresos relevantes. Por ejemplo, hoy es frecuente encontrar modelos que no requieren más mantenimiento que un cambio de aceite cada 40 mil horas de operación.

¿Qué avances se han producido en términos de capacidad?
P. Cárdenas: Ha existido un gran desarrollo de la robótica para la manipulación de cargas pequeñas, pudiendo encontrar robots industriales prácticamente "portátiles", que pesan apenas 25 kg y que tienen una capacidad de levante de 3 kg. Asimismo, los manipuladores de mayor tamaño, cada vez pueden manipular cargas más pesadas y a mayores velocidades. Un ejemplo de estos equipos es la nueva línea de robots que ABB lanzó en abril de 2011 y que es un 15% más veloz que el robot de paletizado más rápido en la industria, lo que probablemente será seguido por los demás fabricantes.

¿Qué penetración tiene la robótica en la industria chilena?
F. Calderón: A la fecha no existen estadísticas certeras, pero se estima que hay un número en torno al centenar de robots en producción, los cuales están enfocados principalmente a aplicaciones de paletizado, empacado y soldadura, en las industrias de bienes de consumo y minera.

En cuanto a conocimientos, Chile está muy bien posicionado: hoy los institutos y universidades ya cuentan con robots industriales para entrenar a sus alumnos, y egresan profesionales con capacidad de sobra para operar estos sistemas. Más aún, el nivel actual de tecnologización en el país hace que para el operador promedio sea relativamente sencillo adaptarse a esta tecnología.

¿Por qué no se ha logrado una mayor penetración?
F. Calderón: Al comparar el número de robots per cápita con países industrializados -o incluso con otros países de la Región, como Argentina y Brasil-, el número en Chile es bajo, debido principalmente a que un eje fundamental del desarrollo de la robótica a nivel internacional han sido industrias no desarrolladas en Chile, como la electrónica y la automotriz.

De hecho, esta última -prácticamente inexistente en Chile- justifica casi un 40% de las ventas de robots industriales en el mundo. Por otra parte, la relativa baja industrialización en el país hasta ahora no hacía imperativa su implementación. Pero hoy eso está cambiando.

¿Qué criterios hay que tener en cuenta al elegir un integrador de una solución de este tipo?
A. Lüders: Antes de trabajar con un integrador es fundamental poner atención en aspectos comerciales y técnicos. Desde el punto de vista comercial, es crucial trabajar con una empresa solvente, que pueda ofrecer garantías reales sobre la operación del sistema de acuerdo a lo especificado en términos técnicos y tiempos de implementación. Dado que la robótica generalmente se incorpora en la línea crítica de producción, no se debieran tomar riesgos trabajando con actores sin una espalda financiera relevante.

Por otra parte, desde el punto de vista técnico, es importante entender que si bien lo más visible de una solución robótica es su manipulador, éste es sólo una fracción de la solución robótica global. El integrador tiene una incidencia fundamental en el éxito de la implementación, la que dependerá tanto de su destreza como de los equipos complementarios que utiliza.

¿Qué riesgos se corren en la implementación?
F. Calderón: Dado que la robustez de la solución robótica está dada por la confiabilidad de su componente más débil, una programación deficiente o el uso de componentes inadecuados se traducirá en una solución con problemas, independientemente de que se utilice el mejor robot del mundo.

Por esto, se debe tener claridad al menos en el tipo de robot que éste utiliza, el nivel de preparación de sus profesionales, verificar que la empresa cuente con programadores certificados por el fabricante, entender cómo se desarrollan las ingenierías complementarias a la solución (más allá de solamente la parte robótica) y conocer los detalles de todos los componentes periféricos del sistema, tales como transportadores y grippers. Muchas veces ocurre que por ahorrar costos se opta por incluir componentes de mala calidad o bien desarrollar desde cero mecanismos que ya han sido ampliamente probados en la industria.

¿Qué diferencia a POCH como integradores de sistemas robóticos?
P. Cárdenas: En POCH contamos con profesionales altamente capacitados con experiencia en robótica en Chile y en el extranjero. Dado que somos una empresa grande, con más de 500 profesionales, contamos con todas las disciplinas de la ingeniería "in-house", lo que nos permite desarrollar la totalidad de la solución en forma local. Es decir, contamos con ingenieros especializados, no sólo en Robótica, sino en cada una de las disciplinas complementarias que son cruciales para el éxito de la solución.

Además, contamos con todo el respaldo de ABB Robotics, siendo sus únicos integradores en Chile, y utilizamos las últimas tecnologías disponibles en el mercado en visión artificial, paletizado, empacado y robótica cooperativa, entre otras.

Finalmente, todas nuestras soluciones cumplen con la norma estadounidense de seguridad para instalaciones robóticas (RIA/ANSI R15.06), lo que garantiza a nuestros clientes una solución de una calidad equivalente a la entregada por los más destacados integradores a nivel mundial.