Por sus características constructivas y de operación, el uso de baterías implica la existencia de ciertos riesgos, como los eléctricos. Sin embargo, existen riesgos iguales (o incluso mayores) que muchas veces no son atendidos al implementar un sistema con bancos de baterías, siendo el principal de éstos el riesgo de explosión. En una sala de baterías, este tipo de accidentes responde a la gasificación que se produce durante el proceso de carga de la batería, en el que se emana Hidrógeno, el que, en una concentración por sobre el 4%, puede generar una explosión de graves consecuencias. Se debe tener presente que todas las baterías gasifican en su proceso de recarga, incluidas las selladas (VRLA). Por su tecnología de fabricación, éstas pueden recombinar el gas producido casi en su totalidad, pero bajo ciertas condiciones de temperatura y estado de corriente de carga, éstas también pueden gasificar. Además, se considera que la mayor cantidad de gasificación se produce cuando la batería ha alcanzado aproximadamente el 80% de su recarga, instante en el cual se genera la mayor disociación del agua en Hidrógeno y Oxígeno. Consideraciones de Seguridad Como en todos los sistemas industriales, los riesgos son inherentes a los procesos, por lo que, para minimizar la posibilidad de accidentes, se deben tomar medidas de control apropiadas. Entre las medidas que se deben considerar en la construcción de salas de baterías, se encuentran: Realizar el cálculo de la máxima concentración de Hidrógeno esperada. Asegurarse que la ventilación sea la suficiente para eliminar el Hidrógeno antes de que éste alcance una concentración de 1%. No fumar. Considerar un sistema de extracción de aire forzada, controlada por un Detector de Nivel de Hidrógeno. No considerar cielo falso en las salas de baterías. Realizar un mantenimiento preventivo anual al cargador de baterías. No instalar equipos eléctricos en las salas de baterías, ya que éstos, en su mayoría, generan "chispas" en sus partidas. Emplear iluminación sólo a prueba de explosión. Controlar la temperatura ambiental de la sala, de tal forma que ésta no supere los 30ºC. El mantenimiento de los bancos de baterías sólo debe realizarlo personal especializado. Sellar todos los ductos de cables que entran o salen de la sala. No instalar enchufes de tensión al interior de la sala. Realizar inspección visual a la sala de baterías una vez por semana. Incluir en el procedimiento de mantenimiento del banco de baterías, que la sala debe ser ventilada con puertas abiertas a lo menos cinco minutos antes de comenzar la intervención. Las medidas mencionadas apuntan principalmente al uso de baterías de electrolito líquido (Vented). En el caso de baterías selladas (VRLA), se debe tener la precaución de asegurar una correcta ventilación, por lo que éstas jamás se deben instalar en gabinetes totalmente sellados. Cabe destacar que con estas simples medidas, además de controlar el riesgo de explosión, se mantendrá bajo control la temperatura ambiente dentro de la sala, lo que redundará en una mayor vida útil del banco de baterías, pero, por sobre todo, no olvidemos que un buen mantenimiento a nuestras baterías, minimizará cualquier riesgo y asegurará contar con una energía de respaldo segura y confiable. |