¿Considera Ud. que existe actualmente un escaso desarrollo de la industria electrónica en Chile?
Sí, hay muy poco desarrollo, y eso es peligroso para el crecimiento del país. Hoy en día, exportamos una serie de productos, especialmente commodities, lo cual nos coloca en una posición bastante expectante.

El problema es que no hemos logrado desarrollar una industria manufacturera propiamente tal; casi toda la tecnología y las maquinarias usadas en Chile son importadas. Por lo tanto, los componentes electrónicos provienen casi siempre desde el extranjero, integrados a estas máquinas. Creo que el error está en subestimar la electrónica, cuando es un elemento que permite darle inteligencia y automatización a los "fierros".

¿Existe poca preocupación a nivel país por este tipo de problemática?
Siempre se ha manifestado una preocupación por este tema en diferentes ámbitos, que incluye a esferas de gobierno, y se han organizado equipos de trabajo y comisiones, pero por algún motivo no se generan resultados reales. Pienso que parte de eso tiene que ver con un tema de educación.

Sin duda, falta mayor nivel de emprendimiento, que exista gente que se arriesgue a fabricar este tipo de maquinarias y, además, se requiere más apoyo del sector industrial. Afortunadamente, algunas empresas se han dado cuenta de esto y están intentando hacer algún aporte concreto. Incluso, nuestra propia empresa ha logrado el apoyo de algunos clientes en el ámbito forestal y cementero. Además, recientemente estuve en una reunión con gente de BHP Billiton y Codelco, los cuales están planeando desde hace algún tiempo llevar a cabo un cluster orientado al desarrollo de proveedores de clase mundial a fin de solucionar problemas complejos del sector.

¿Cuál es el rol que debe jugar el Estado en este caso?
Primero que nada, debe mantener el rol subsidiario en materia de innovación, a través de mecanismos como Innova de Corfo y CONICYT. Me parece relevante, también, que se apoyen ideas y empresas nuevas. Como economía abierta, ya no vale la pena entrar en medidas proteccionistas frente al ingreso de tecnología. Más bien, el Gobierno debe generar mayor valor agregado a nivel local. Una medida prudente sería buscar socios en el extranjero, lo cual permitiría formar polos de desarrollo atractivos en el país. El punto más complicado en este sentido, y donde el Gobierno debe pronunciarse, es la función que debe cumplir la academia, ya que la "famosa" brecha universidad-industria se mantiene casi inalterada.

Entonces, ¿se ha dejado de lado la formación de emprendedores?
En el ámbito académico se llevan a cabo una serie de desarrollos, pero la mayoría de éstos no son implementables en la industria real. Los proyectos, orientados a aplicaciones industriales, son demasiado teóricos y, en muchos casos, no reúnen los requisitos fundamentales para su implementación práctica. Mucho de esto se debe a la falta de conocimiento en terreno de los procesos industriales. A ello se suma que existen pocas patentes industriales y desarrollos que llegan a concretarse en proyectos industriales. El ingeniero es formado para ser un gerente o un gestionador, pero no tiene las habilidades para crear o hacer trabajos de campo o terreno.

Si se potenciara la formación de un espíritu más creativo, el estudiante tendría mayores ganas de emprender o ejecutar cosas más industriales. Entidades como la UFSM y la USACH destacan un poco en esta materia y, por ejemplo, esta última se dedica a la formación de ingenieros físicos.

Pedro Pedraza, Gerente I+D de Tecnología Integral; Gastón Martínez, Director Ejecutivo de Tecnología Integral; Daniel Kiblisky, Director de AIE.

¿Cuál es el desafío que han asumido como empresa en la promoción del sector electrónico?
En general, las empresas invierten poco en I+D, ya que los modelos de negocios apuntan sólo a sacar el máximo provecho de un producto. Claramente, existe un tema de mentalidad en este ámbito. Sin embargo, dentro de ese contexto, nuestra empresa, por formación y vocación, reinvierte bastante de sus utilidades en el ámbito de la I+D.

Si bien somos una empresa mediana y constituimos un simple grano de arena, la vocación por la investigación y el desarrollo nos ha permitido marcar la diferencia y generar una oferta interesante no sólo para el ámbito local, sino también para firmas extranjeras. Actualmente, exportamos cerca de un 70% de los equipos que fabricamos. Junto con ello, se puede destacar también que hemos logrado dar una serie de puestos de trabajo muy interesantes. A la fecha, hemos contratado físicos, ingenieros físicos y doctores en física, que si bien algunos vienen del campo teórico, tienen la capacidad para laborar en proyectos aplicados.

El premio otorgado por la AIE, ¿ratifica esta labor que ustedes están desempeñando desde hace ya bastante tiempo?
Así es. Además, este tipo de reconocimientos permite dimensionar y valorar de mejor forma el interesante trabajo que hemos hecho. Por otro lado, también nos pudimos dar cuenta de que existe poco desarrollo en el ámbito de la innovación tecnológica, ya que también obtuvimos este galardón en el año 2006.

La distinción obtenida fue por partida doble, ya que, por un lado, nos premiaron por la creación de un cabezal pirométrico, que constituye un desarrollo tecnológico de primer nivel. Es una pieza bastante útil y logró una aprobación muy exitosa en una fundición de Codelco Norte. Su utilidad práctica se basa en que ya no debemos importarlo desde Francia o Alemania, donde también se fabrica un producto similar.

Y, por otro, nos premiaron por una patente comercial, ya que a solicitud de un cliente minero encontramos una solución a un problema específico que derivó en esta patente. Constituye un sistema muy innovador y actualmente se encuentra en etapa de piloto industrial.