A diferencia de las empresas mineras, en las que cerca del 30% del costo total de producción se destina a acciones de mantenimiento, la industria productiva recién comienza a incorporar este concepto como estratégico y vital para el éxito de sus procesos.

Según explica Fernando Saavedra, Gerente de Servicios de Rockwell Automation Chile, durante los dos últimos años -y principalmente motivado por la crisis económica- ha habido un cambio respecto a la importancia que se da al mantenimiento al interior de la industria (no minera). "Poco a poco están incorporándolo en su visión de negocios y, específicamente, hemos podido percibir esta tendencia en la importancia que las empresas productivas están dándole a la capacitación en esta materia. Eso quiere decir que quieren crecer en mantenimiento, porque es básico para el funcionamiento óptimo de sus procesos", indica el ejecutivo.

De acuerdo a la opinión de los expertos, el mercado de la industria productiva, específicamente en el segmento de medianas y pequeñas empresas, experimenta realidades diferentes. Como señala Miguel Angel Maldonado, Gerente de Operaciones de Magesta Ltda., el gasto en mantenimiento en las compañías medianas alcanza entre un 15% y 20%, mientras que en las pequeñas es entre 5% y 10%. "El gran problema es que -sobre todo en las industrias de menor tamaño- éste se concentra en la reparación de equipos con muy poca vida útil. Aún no existe un concepto de mantenimiento predictivo, fundamentalmente porque en este segmento falta desarrollar y crear conciencia sobre la directa relación que existe entre mantenimiento y productividad".

Un cambio de paradigma

En relación al mantenimiento industrial, varios aspectos están cambiando. En primer lugar, a juicio de Raúl Stegmaier, Académico del Departamento de Industrias de la Universidad Técnica Federico Santa María, está cambiando su denominación a gestión de activos, "y ese cambio de nombre es relevante, porque estamos frente a un área que tiene algo que decir en el resultado del negocio". Este cambio de paradigma, a juicio del representante de la UTFSM, no sólo pasa por el quehacer de los actores específicos dentro de una empresa, sino que también por imprimirle una visión empresarial y un cambio de perspectiva desde una lógica reactiva a una proactiva.

Cada vez más las empresas de tamaño mediano están viendo el mantenimiento como una unidad de negocio, comenzando por llevar a cabo estrategias preventivas. "Muchas de ellas la han incorporado a sus gerencias de operaciones, pero eso ha dado espacio para notar la falta de mantenedores expertos", afirma Rodrigo Montero, Gerente Comercial del Grupo CIGIO.

Para Miguel Angel Maldonado, en la medida en que el mercado es cada vez más abierto, las empresas medianas y pequeñas comienzan a observar a sus vecinos, "y cuando ven que un competidor es más eficiente y es capaz de llegar con mejores precios y entregas a los clientes finales, se detienen a analizar que probablemente los costos de las reparaciones de equipos deben ser reemplazadas por gestión de activos".

Este cambio va de la mano, de acuerdo a Carlos Valle, Director de Carreras Electricidad y Electrónica, e Instrumentación y Automatización Industrial, Sede Valparaíso de DuocUC, del perfil que debe tener el profesional a cargo del área de gestión de activos. "Hasta hace poco era frecuente que un técnico de buen desempeño fuera ascendido a jefe de mantenimiento, sin tener una formación específica en esta área; un gran error si lo que quiere realmente una empresa es hacer gestión sobre sus activos", puntualiza.

Inversión con retorno

A pesar de su importancia indiscutible, para Rodrigo Mendoza, Ingeniero del Laboratorio de Gestión de Activos de la Universidad Católica, es necesario que el mantenimiento industrial tome el rol que le corresponde y deje de ser considerado como un anexo del área de operaciones de las empresas. "Y para eso es primordial entender que el resultado que produce la incorporación de una estrategia de mantenimiento constituye un beneficio y no un gasto", asegura.

Respecto al retorno de inversión que representa la implementación de una estrategia de gestión de activos en una compañía, Raúl Stegmaier advierte lo complejo que puede ser analizarlo desde una perspectiva de costos versus una de beneficios y, junto con eso, del riesgo de centrar la atención en las soluciones utilizadas al punto que se transformen en el objetivo y no en las herramientas. De ahí la importancia del re-potenciamiento de la ingeniería de mantenimiento, que durante el último tiempo ha reflotado de manera muy significativa y que puede aportar al desarrollo de esta materia, sobre todo por su vínculo entre el quehacer técnico y su impacto en el negocio.

Es justamente esta mirada y esta apuesta la que, según Alejandro Derderian, Gerente de Ingeniería de Mantención de ABB, puede evitar pagar por una falla en un equipo varias veces lo que cuesta un mantenimiento preventivo. Lo importante -asegura- es trabajar con especialistas, de manera que la inversión sea efectiva y tenga un retorno seguro en el tiempo. "En otras palabras, es fundamental que las empresas adjudiquen los sistemas de mantenimiento predictivo por valor, y no por precio", afirma.

Las áreas de mantenimiento, a juicio de Carlos Valle, internamente, deben ser capaces de "promoverse" a nivel de sus organizaciones, y establecer cómo aportan desde el punto de vista de unidades de negocios -con números e indicadores de KPI- a sus compañías.