Si realizamos una encuesta acerca de la efectividad de las redes inalámbricas, los números no estarán con nosotros, y esto se debe muchas veces a la falta de rigor en el proyecto, su ejecución y en la elección de los componentes. Si deseamos que la cobertura de R.F sea confiable y se manifieste como una real alternativa de plataforma de comunicaciones, debemos enfrentar nuestro proyecto de cobertura de la misma forma que lo hacemos con uno de fibra óptica o cableado estructurado. Para este fin, existen cuatro pasos que asegurarán el éxito de nuestro proyecto. Inspección en terreno Proyecto de RF interior Instalación Verificación Final Inspección en Terreno Este paso es crucial, pues en él plasmaremos las principales características medioambientales y de desempeño de nuestra red. Cuando realicemos nuestra planilla, deben aparecer en ella: Layout de las dependencias a irradiar Altura del cielo Espesor y material de muros Cantidad de usuarios Protocolo de comunicación Disponibilidad de horarios Mediciones de emisión tentativas Gráfico de puntos calientes en el Layout Detectar y medir niveles de ruido Para este fin, existen en el mercado gran variedad de programas gratuitos y de pago, y que colocan a nuestra disposición valiosa información para nuestro proyecto. El gráfico de puntos calientes nos dará una visión de cuáles son las vías naturales de propagación de ondas, de las cuales nos serviremos para propagar nuestra señal. Proyecto de RF Interior Parámetros de entrada Determinar pérdidas Cálculo de propagación Selección de componentes Procedimiento sugerido Los parámetros de entrada principales son muy importantes, y es aquí donde se comete la mayoría de los errores: Frecuencia Nivel de RSSI Potencia de Transmisión Exponente n Pérdidas por obstrucción Margen de seguridad Altura de instalación del cable radiante En caso de transmitir con más de un Access Point, recordar utilizar la regla de tres en WiFi (canales 1, 6 y 11) para evitar traslapar las frecuencias, ensuciando de esta manera el espectro de nuestra red. El nivel de RSSI (indicador de fuerza de señal de recepción) aparece en la información suministrada por el fabricante del transmisor-receptor, y está vinculado a la tasa de transferencia de datos: "A mayor transferencia de datos, menor será la capacidad de escucha de los equipos". Un nivel profesional de RSSI estará en los -85 a -90 dBm, y debemos considerar un nivel aceptable de seguridad de 10 dB como mínimo para asegurar el éxito de nuestra comunicación. Los valores de N y de pérdidas por obstrucción los podrán encontrar en la publicación anterior. Con esta información clara, procederemos a nuestro cálculo, lo que nos permitirá una correcta selección de componentes. Un punto importante es la elaboración de un protocolo de instalación para evitar que se ejecute algo no acorde a nuestro diseño. Es decir, no se debe dejar margen a la improvisación de nuestros técnicos en terreno, pues aunque ésta pueda estar bien intencionada, no siempre es la manera más acertada. Instalación Durante la instalación es conveniente observar algunos puntos que eviten la contaminación por ruido, las pérdidas por inducción, y de propagación no deseadas. Evitar fuentes de emisión de E.M. (ballast, trafos, ignitores, motores) Evitar el montaje a cursos paralelos metálicos, perfiles, ductos o fittings En caso de montaje en estructuras metálicas, proveer separación mediante espaciador dieléctrico de 100mm Nunca instalar en ductos, bandejas o escalerillas, para evitar efecto jaula de Faraday Observar una correcta ejecución en la conectorización Asegurarse de la correcta orientación de guías de ondas del cable radiante y antenas Verificación Final Este paso es muy importante, pues nos permitirá comprobar que nuestro proyecto esté dentro de los requerimientos, tanto de calidad de emisión/recepción como de impacto físico en el área intervenida. Verificar niveles de cobertura Verificar calidad de la señal (-63 dB para datos; -52 dB VoIP, como mínimo) Verificar pulcritud de las terminaciones Elaborar documentación con mediciones para entregar al usuario final junto al informe del proyecto. |