¿A qué se debe este estancamiento?
Creo que hay un problema cultural básico. Los diseñadores y fabricantes, muchas veces quieren inventarlo todo y no utilizan lo que ya existe para así concentrarse sólo en explotar su capacidad creadora. Otra dificultad es que muchos dicen que hacen electrónica, pero se pierden en ese discurso y finalmente no son rigurosos en sus desarrollos.

También las empresas debemos asumir nuestra responsabilidad en llevar a la academia las técnicas y estándares nuevos que existen en el mundo de la electrónica, como también mostrar los casos exitosos de la industria local. Esa es una tarea que las empresas no hemos hecho bien.

Por otra parte, juega en contra la baja barrera que tienen las importaciones de productos electrónicos provenientes de los países con los que Chile tiene tratados de libre comercio, sin embargo, eso nos obliga, además, a ser mucho más competitivos en precio. A pesar de eso, también es un desafío posible de alcanzar.

¿Cuáles son las soluciones a la falta de desarrollo de la electrónica nacional?
Es necesario partir proveyendo localmente soluciones para hacer prototipos. Uno de los problemas que tiene la industria electrónica nacional es que la provisión de servicios de circuitos impresos no logra satisfacer la demanda de los clientes, porque dentro de la actual oferta una parte tiene un alto costo y la otra está permanentemente copada.

También hay un problema pendiente en relación al conocimiento actualizado en la técnica de armado de circuitos impresos y en lo que son tendencias nuevas, como soldadura sin plomo y las normas del diseño en electrónica; ambas gravitantes para el adecuado funcionamiento de los equipos.

El apoyo del Estado también es fundamental, por ejemplo un CORFO dispuesto a optimizar su sistema de intermediarios y a mejorar sus mecanismos de evaluación. Ello permitirá procesos más rápidos y efectivos en el financiamiento de proyectos tecnológicos.

¿A qué países debemos mirar?
Dentro del contexto latinoamericano llama la atención Colombia, que aún siendo un país en vías de desarrollo destaca por su capacidad de emprendimiento y diseño en electrónica, que es mucho más potente que en Chile. Tienen una gran iniciativa, su mano de obra es cerca de un 20% más barata que la nuestra y el "Made in Colombia" goza de un buen prestigio dentro de ese país. Por ejemplo, son muy fuertes en el desarrollo y fabricación de aplicaciones de nichos como, por ejemplo, electrónica de cercos eléctricos de seguridad, luminarias para vehículos y buses, medición del consumo eléctrico, telecomunicaciones, POS, ascensores de última generación, los que incluso exportan a algunos países de Europa.

¿Existe en Chile el potencial para desarrollar la electrónica nacional, así como en Colombia?
Chile es un país de 16 millones de habitantes y Colombia tiene una población superior a los 45 millones, lo que significa que indudablemente no podemos ir con la misma rapidez de ellos, pero por otra parte Chile goza de una reputación de país confiable, con un orden jurídico, político y financiero estable, por lo que podríamos convertirnos en un proveedor de electrónica de nichos para el Cono Sur, que es un mercado bastante interesante.

El crecimiento de la industria electrónica, ¿podría significar para Chile una puerta al desarrollo?
Así es. Todos los países desarrollados tienen una industria electrónica. Está claro que mercados de consumo masivo deben atenderse con fabricación en países ya reconocidos, sin embargo, mercados de nichos deben atenderse, especialmente a partir del prototipo, localmente. Eso da rapidez, flexibilidad, conocimiento y privacidad. El fabricar prototipos o lotes menores en otros países "baratos" puede ser más económico como un primer desembolso, pero muy malo como Valor Presente a nivel país. El ser un país pequeño no nos puede limitar. Finlandia tiene 4,5 millones de habitantes, pero cuenta con un gran modelo educativo, fruto del cual han nacido empresas como Nokia, que es líder mundial en telecomunicación celular, y además son diseñadores y fabricantes de equipos para la industria de la celulosa.

No por tener un alto ingreso per cápita, basado en un alto precio del cobre, vamos a ser un país desarrollado. No podemos depender de eso. Es el conocimiento lo que nos asegura el desarrollo. Hacer crecer la industria electrónica de Chile es posible, pero es una apuesta a largo plazo en la que el factor cultural juega un papel relevante y constituye la principal barrera por derribar.