¿Por qué es necesario que las zonas mineras estén provistas de ERNC?
Porque en la actualidad Chile no tiene reservorios energéticos de combustibles fósiles; todo es importado. Entonces, debemos comenzar a aprovechar ahora los recursos que sí tenemos y que son de carácter autóctono y renovables. En este caso, nuestra propuesta apunta a explorar las energías solar y geotérmica, que tienen un gran potencial y que, sin embargo, están muy poco desarrolladas a nivel nacional. Decidimos abordar la energía eólica con un poco más de cautela, dado que en estos momentos existen muy pocos estudios de medición de viento asociadas al SING, además de que en Tarapacá el recurso solar es claramente superior al eólico.

¿Este proyecto obedece a un cierto temor de escasez de suministro energético?
No, principalmente porque con la entrada de las plantas carboneras, prevista para este año y el que viene, debería resolverse. Desarrollar las ERNC responde más bien a fortalecer nuestro compromiso con la sustentabilidad y desarrollo limpio por el que apuesta la compañía; una política que se acentuó especialmente con la actual administración.

Como proyecto macro, nuestra meta es diversificar la matriz energética de Collahuasi y del Norte del país. Eso es lo que nos motiva.

¿Cuáles son las principales ventajas de desarrollar las energías solar y geotérmica en el norte?
En el sector en el que está ubicada nuestra faena tenemos una radiación que fluctúa entre los 2.200 y 2.500 kW/h por metro cuadrado al año. Eso indica que estamos en una de las mejores zonas del mundo, al compararla, por ejemplo, con la Plataforma Solar de Almería, en España, que es todo un ícono en Europa y que tiene alrededor de 2.100 kW/h.

Desde el punto de vista geotérmico, Chile posee una gran actividad volcánica que, si bien no necesariamente indica que exista potencial geotérmico, es un excelente punto de partida. En el área que estamos nosotros hay cerca de cinco volcanes, algunos de ellos activos, los que perfectamente pueden ser utilizados con fines geotérmicos.

¿Ya están trabajando en proyectos de exploración?
Hace un año y medio aproximadamente. Actualmente hemos encontrado temperaturas atractivas, desde el punto de vista geotérmico, a profundidades que incluso son menores a las de otras partes del mundo. Contamos con cinco concesiones geotérmicas, que esperamos poder explorar en el mediano plazo.

En cuanto al desarrollo de energía solar están más avanzados…
Efectivamente. A la fecha contamos ya con varios estudios de exploración y pretendemos contar con una primera planta solar a corto o mediano plazo. Dependiendo de los resultados de los estudios en curso, tenemos considerado efectuar una licitación por compra de ERNC.

¿La geotermia requiere de mayores inversiones?
Sí. En comparación con la generación convencional, contempla inversiones de magnitudes muy superiores, y plazos distintos también.

Otras empresas mineras, ¿también están siguiendo esta tendencia?
Existe mucho interés y, por nuestra parte, estamos impulsándolas a avanzar en este sentido. Es así como otras compañías están adquiriendo concesiones y otras están analizándolo. Poco a poco todas tendrán que abrirse paso en este camino.

¿Es necesario promover algunas modificaciones a la legislación actual?
Definitivamente. Creemos que aún existen trabas que no permiten el ingreso de las ERNC a la matriz energética, y que basta con pequeñas modificaciones para poder gatillar la entrada de los primeros proyectos.

¿Cuál es la traba más importante?
La más potente es que, para efectos de la Ley 20.257, sólo se reconoce como ERNC a aquélla conectada al sistema eléctrico del Norte Grande, o al sistema eléctrico central. Por lo tanto, si la planta está conectada al sistema interno de una empresa, no es reconocida como energía renovable; lo que implica que se denomina como un medio de autogeneración y no puede ser declarado dentro de las obligaciones en temas de energía renovable que exige la mencionada ley.

No se debiera limitar la generación de ERNC a la obligación de que las futuras plantas estén conectadas al SING, porque eso sería desconocer el gran aporte que significaría tener pequeños focos de generación en distintas partes del país, especialmente en zonas extremas, como el Altiplano de la I Región.

¿Qué tan fácil o difícil puede ser destrabar esta situación?
Pasa por un tema de voluntad, de darse cuenta que el desarrollo de las ERNC, independientemente de su punto de conexión, es positivo para el medioambiente y para la diversificación de la matriz energética nacional; al igual que para la industria en general que requiere energía, e incluso para el sistema eléctrico, porque si existe una falla general, el apoyo que puede significar contar con plantas de ERNC que funcionen como islas alimentando pueblos o industrias aisladas, puede ser de gran utilidad.